Buenos Aires (AT) – La empresa italiana Lavazza comenzó conversaciones con la compañía alemana Dallmayr para estudiar una posible fusión. Se trataría de una integración entre dos grupos familiares históricos del sector, con el objetivo de formar un nuevo referente internacional del negocio del café. La negociación, que por ahora está en una etapa preliminar, es gestionada por el banco de inversión Goldman Sachs.
Según el diario italiano Corriere della Sera, el esquema de la operación contemplaría un intercambio de acciones. La familia Lavazza mantendría el control mayoritario del nuevo grupo. Por el momento, ni Lavazza ni Dallmayr realizaron declaraciones oficiales.
La fusión, si se concreta, combinaría dos compañías con fuerte presencia en Europa. Lavazza domina el mercado italiano y tiene posiciones sólidas en Francia y otros países del sur del continente. Dallmayr, en cambio, es líder en Alemania y opera en más de 50 mercados. El nuevo grupo superaría los EUR 5.000 millones en ingresos anuales.
Dallmayr: historia, números y estrategia

Dallmayr es una empresa familiar con sede en Múnich. Su historia comenzó hace más de 300 años. Actualmente está gestionada por Johannes Dengler y Florian Randlkofer, miembros de familias que forman parte de la tradición de la compañía.
Su modelo de negocio combina producción de café, distribución de bebidas, confitería y servicios de vending. Dallmayr procesa unas 71.000 toneladas de café por año y administra una red de más de 121.000 máquinas expendedoras en distintos países. Sus ventas anuales rondan los EUR 1.200 millones y emplea a unas 4.800 personas.
Uno de los emblemas de la firma es su tienda gourmet en Múnich, considerada la mayor del rubro en Europa. Recibe unos 3,5 millones de visitantes cada año. Además del café, allí se venden productos exclusivos, vinos, chocolates y platos elaborados.
La marca mantiene un posicionamiento premium en el mercado alemán y en algunos países vecinos. En los últimos años, amplió su línea de productos para adaptarse a nuevas tendencias de consumo, como cápsulas y café orgánico.
Lavazza, expansión y resultados positivos

Lavazza cerró el año 2024 con resultados financieros sólidos. Alcanzó ingresos por EUR 3.350 millones, un aumento del 9,1% en comparación con el año anterior. El margen operativo se ubicó en EUR 312 millones, un alza del 18,6%. La ganancia neta fue de EUR 82 millones, un crecimiento del 21%.
En paralelo, la compañía avanzó en su estrategia de expansión. En 2024 adquirió el 49% de IVS, una firma dedicada al diseño y fabricación de máquinas de vending. El acuerdo incluye la posibilidad de adquirir el 100% de la empresa entre 2027 y 2034. Con esa operación, Lavazza busca fortalecer su red de distribución automática en Europa.
En caso de concretar la fusión con Dallmayr, Lavazza sumaría una red ya consolidada en el sector del vending y una estructura logística con fuerte presencia en el centro del continente. Esto le permitiría mejorar su eficiencia operativa y ganar poder de negociación en la compra de materias primas.
Durante 2024, los precios del café mostraron una suba brusca. El precio internacional del robusta trepó más de un 70%, mientras que el del arábica también se encareció por encima del 60%. Las sequías en Vietnam, las heladas en Brasil y la presión logística global impactaron en la oferta y empujaron los valores.
Desafíos y proyecciones

La eventual fusión entre Lavazza y Dallmayr no solo modificaría el mapa del negocio en Europa. También generaría una estructura con mayor peso frente a grandes competidores globales como Nestlé (dueña de Nespresso) y JDE Peet’s. Esta última factura más de EUR 8.000 millones al año y controla marcas como Jacobs, Senseo y L’OR.
Además, un grupo unificado podría acelerar su expansión en Asia, América Latina y Medio Oriente. Con una escala mayor, podría invertir en nuevas plantas, acuerdos de distribución y campañas de marketing en mercados donde aún tiene presencia limitada.
Sin embargo, no todas las fusiones familiares llegan a buen puerto. Las diferencias culturales, las estructuras legales y los estilos de gestión suelen dificultar estos procesos. En este caso, ambas firmas tienen modelos similares y valores conservadores, lo que podría facilitar la integración.
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