Buenos Aires (AT) – La Iglesia Evangélica Alemana en la Argentina está de fiesta. Este año se celebran los 180 años de su presencia en el país, y para conmemorar este hito la congregación organizó un mes repleto de eventos significativos que incluyen servicios religiosos, interpretaciones musicales de Johann Sebastián Bach y visitas guiadas a su histórico templo de la calle Esmeralda, situado en el corazón de Buenos Aires.
Este aniversario no solo marca una rica tradición religiosa, sino también un legado cultural y patrimonial que enriquece la vida de la ciudad y el país. Argentinisches Tageblatt estuvo presente en el Templo de la calle Esmeralda, donde el miércoles 18 la celebración estuvo a cargo del pastor Leonardo Schindler, acompañado por muchos otros invitados.
Poco antes de las 18 horas ya la gente se agolpaba frente al templo, algunos invitados a la ceremonia, otros simples transeúntes curiosos por el evento y, en especial, por la presencia del grupo Coro de Bronces de Villa Ballester, que se dispuso a interpretar canciones religiosas en la entrada, al aire libre, con la serena presencia de los instrumentos de viento preanunciando lo que estaba por suceder: un importante evento religioso con la presencia de representantes de diferentes credos y de funcionarios alemanes y argentinos, además, por supuesto, de los fieles de la Iglesia.
Orígenes y evolución de la Iglesia Evangélica Alemana
La Argentina, como se sabe, es un país influenciado por diversas corrientes migratorias a lo largo de su historia. Entre las comunidades religiosas que han dejado una huella indeleble en el país se encuentra la Iglesia Evangélica Alemana. Con más de un siglo de historia en nuestro país, esta iglesia ha desempeñado un papel significativo en la vida religiosa y social.
La presencia de la Iglesia Evangélica Alemana en la Argentina se remonta a la inmigración alemana que comenzó a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Los primeros inmigrantes alemanes, además de traer consigo sus experiencias, también trajeron su fe religiosa. La necesidad de preservar sus tradiciones y prácticas religiosas condujo a la creación de congregaciones evangélicas en todo el país.
Como señaló en su discurso del miércoles el doctor Jorge Stokland, representante de la Secretaría de Culto de la Nación, “los inmigrantes evangélicos protestantes llegaron mayormente de países europeos, y lo hicieron en pleno proceso de organización argentina del siglo diecinueve, fundando la Iglesia diez años antes de la Constitución Argentina”. Una historia que sin dudas sigue presente y viva, como agregó luego el doctor Stokland: “Testimonio de su servicio a la comunidad es el proyecto de ayuda para niños en la calle, de ayuda para ancianos, en fin… de ayuda para todo aquel que necesite de una mano para transitar esta vida de una manera más digna”.
Además de celebrar los 180 años de su presencia oficial en la Argentina, también se conmemoró el 170º aniversario de la inauguración del icónico Templo de la calle Esmeralda. Este templo, de estilo gótico, fue inaugurado el 11 de febrero de 1853 bajo la dirección del arquitecto Edward Taylor, quien también diseñó la Aduana de la Ciudad. A lo largo de los años, el Templo fue objeto de reformas y mejoras, incluyendo la adición de decoraciones artísticas en su interior, a cargo del arquitecto Andrés Kálnay. Un momento destacado fue la llegada de un órgano de tubos Walcker en 1911, que añadió una dimensión musical nueva a las actividades religiosas y culturales en el templo.
El Templo de la calle Esmeralda es un símbolo no solo de la fe de la comunidad alemana, sino también de su integración en la sociedad argentina. A lo largo de los años, ha sido el escenario de numerosos conciertos, eventos benéficos y actividades que promueven la unidad y la comprensión intercultural. Por otro lado, la Iglesia Evangélica Alemana en Argentina ha desempeñado un papel clave en la educación del país. Varias instituciones educativas, como escuelas y jardines de infantes, fueron sido fundadas y administradas por la iglesia.
Un mes de celebraciones
A lo largo de octubre, se llevaron a cabo encuentros con diferentes enfoques para resaltar la importancia de la congregación. Estos eventos no solo destacan la dimensión religiosa y pastoral, sino también el significativo aporte de la Iglesia Evangélica Alemana en los ámbitos de la cultura, el patrimonio, la caridad, el trabajo social y la educación.
Todos los miércoles de octubre, entre las 18 y las 20 horas, el Templo Esmeralda estuvo y quedará abierto al público para que los visitantes tuvieran la oportunidad de explorar la historia de la iglesia. El punto culminante de las celebraciones fue el culto conmemorativo central, seguido de una ceremonia civil, que tuvo lugar el miércoles 18 de octubre.
Allí se hicieron presentes, entre otros, el ya mencionado doctor Jorge Daniel Stokland; la señora presidenta de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, la licenciada Mónica Capano; en representación del arzobispo de Buenos Aires, estuvo monseñor Gustavo Carrara, vicario nacional de la arquidiócesis; el obispo de la iglesia anglicana, reverendo Brian Williams; el obispo de la iglesia metodista, reverendo Américo Jara; el Superior de la orden franciscana, fray Emilio Andrada; el párroco de la iglesia ortodoxa rusa de Buenos Aires, el arcipreste Alejandro Iwaszewicz; el rector del seminario rabínico latinoamericano, rabino Ariel Stofenmacher, y muchos más en representación de diferentes iglesias y credos de la Argentina.
Una ceremonia emotiva e histórica
La ceremonia comenzó con la palabra de pastores, y siguió con lectura de pasajes de La Biblia y cantos acompañados por el Coro de Bronces. Las palabras centrales del acto estuvieron a cargo del Pastor Schindler, quien dio un emotivo mensaje para reivindicar la historia de la Iglesia Evangélica Alemana y su postura y rol en la sociedad contemporánea, además de puntualizar sobre la influencia que tuvo en su propia vida.
“Somos un actor responsable en la construcción de una sociedad democrática, defensora de los Derechos Humanos y protector del medio ambiente”, dijo el Pastor, al tiempo que criticó a las sociedades dominadas por “una estructura económica donde lo único importante es acumular, generando crisis económicas, sociales, ecológicas… Sociedades donde emergen fundamentalismos que destruyen la vida de las personas, donde avanza el individualismo, donde impera el ‘que cada uno haga lo que quiera’”. El pastor Schindler puso de relieve la importancia de mantener la fe en un contexto tan hostil, y en especial “seguirlo a Cristo en obediencia” porque eso “nos interpela y obliga a colocarnos siempre junto a las personas que el sistema vulnerable, violenta y descarta”. Para finalizar, el Pastor destacó que la tarea de la Iglesia Evangélica hoy debería ser “recrear comunidades que sean espacios de aceptación, que reflejen la voluntad de Dios… En medio de los dolores de este tiempo, ponernos del lado de los que más padecen”.
Luego se pronunciaron sus discursos y palabras de agradecimiento los diferentes representantes de los credos, dando así cierre a la fecha más relevante de este mes de celebraciones. En un templo repleto, los presenten pudieron disfrutar y sobre todo imbuirse de una historia larga pero totalmente viva, que construyó la Argentina y que también, de algún modo, la sostiene.
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