La Asociación Suiza de Fútbol confirmó que Leon Avdullahu no formará parte del seleccionado absoluto. El mediocampista, que jugó para Suiza hasta la Sub 21, representará a Kosovo. La decisión despertó un tema sensible en el país: varios futbolistas con pasaporte suizo eligieron vestir otra camiseta nacional. El caso de Avdullahu se suma a una lista extensa que incluye a figuras reconocidas como Ivan Rakitic, Mladen Petric y Berat Djimsiti.
La federación expresó que solo quiere jugadores que se identifiquen plenamente con Suiza y su equipo nacional. Sin embargo, el fenómeno no es nuevo. A lo largo de los últimos veinte años, numerosos jóvenes formados en clubes helvéticos optaron por defender el país de sus raíces familiares.
Una lista larga de decisiones similares
El antecedente más llamativo fue el de Ivan Rakitic. El mediocampista jugó en todas las categorías juveniles de Suiza, pero en 2007 aceptó la convocatoria de Croacia. Con esa camiseta llegó a la final del Mundial 2018 en Rusia. Fueron 106 partidos y 15 goles, además de títulos relevantes a nivel de clubes, como la Champions League 2015 con el FC Barcelona. Su ausencia todavía se considera una de las pérdidas más dolorosas para la federación helvética.

Mladen Petric también tomó otro rumbo. Tras disputar partidos en la Sub 21 de Suiza, se inclinó por Croacia en 2001. Jugó 44 encuentros internacionales y anotó 12 goles. Hoy se lo ve como comentarista en transmisiones deportivas.
Milos Veljkovic, formado en Basilea y luego transferido al Tottenham inglés, representó a Suiza apenas en la Sub 16. Eligió a Serbia en juveniles y con esa selección levantó títulos europeos Sub 19 y mundiales Sub 20. En la mayor sumó 35 partidos. Tras varios años en el Werder Bremen, firmó contrato con Estrella Roja de Belgrado.

Berat Djimsiti, surgido en Zúrich, pasó por varias selecciones juveniles suizas. Desde 2015 juega para Albania. Hasta hoy acumula 63 partidos. Se consolidó en Atalanta, uno de los clubes destacados de la Serie A.
Zdravko Kuzmanovic siguió un camino parecido. Jugó para Suiza en juveniles, pero en 2007 debutó en la mayor de Serbia. Fueron 51 encuentros internacionales y pasos por Fiorentina, Stuttgart e Inter de Milán.
Los más recientes y la presión de la competencia
El fenómeno no se limita a los futbolistas de hace dos décadas. También hay casos recientes. Izet Hajrovic llegó a jugar un amistoso con la mayor de Suiza, pero como no fue un partido oficial, en 2013 decidió representar a Bosnia-Herzegovina. Terminó disputando 27 encuentros con esa camiseta.

Amir Abrashi, volante formado en Grasshoppers, jugó 43 partidos en selecciones juveniles suizas. Fue parte del equipo Sub 21 que alcanzó la final del Europeo 2011 ante España. Pero no encontró lugar en la selección absoluta y optó por Albania. Con ese país disputó dos Eurocopa y acumula 51 partidos internacionales.
Más recientemente, Eman Kospo, defensor central, decidió representar a Bosnia. Había sido capitán en varias selecciones juveniles de Suiza, pero afirmó que el vínculo con la federación fue débil y que no le ofrecieron un proyecto claro. Actualmente juega en la Fiorentina.
El apellido Xhaka también refleja esta situación. Taulant, hermano de Granit, jugó en todas las categorías juveniles de Suiza pero eligió Albania. En la Eurocopa 2016 se dio un hecho inédito: dos hermanos se enfrentaron representando países distintos. Suiza ganó 1-0 en ese duelo.

Nedim Bajrami, con 51 partidos en juveniles y 15 goles, también dio un paso hacia Albania. En la Euro 2024 marcó el gol más rápido de la historia del torneo, apenas a los 23 segundos ante Italia. Hoy juega en el Glasgow Rangers.
El delantero Haris Tabakovic tomó la decisión más tarde que el resto. Después de un largo recorrido por Suiza, Hungría y Austria, eligió representar a Bosnia en 2023, a los 29 años. Hasta ahora sumó cinco partidos.
Un debate que excede al deporte
La situación plantea un debate que no es exclusivamente deportivo. Suiza es uno de los países europeos con mayor proporción de población de origen extranjero. Según datos de la Oficina Federal de Estadística, más del 25% de los habitantes son inmigrantes o hijos de inmigrantes. Eso se refleja en el fútbol. Muchos jóvenes crecen en academias locales, pero mantienen lazos familiares y culturales con los países de sus padres.
Las selecciones nacionales se transformaron en un espacio donde los jugadores definen identidad y pertenencia. No siempre es una decisión sencilla. Factores como la competencia interna, la posibilidad de jugar más minutos en otro seleccionado y el vínculo con las raíces familiares influyen.
El caso de Avdullahu se suma a esta tendencia. El mediocampista eligió Kosovo, un país reconocido por la FIFA desde 2016. Su decisión significa un refuerzo importante para una selección en desarrollo.



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