Buenos Aires (AT) – El director general de Vion, Ronald Lotgerink, mencionó en junio que la empresa holandesa se enfocará en la producción cárnica en los países del Benelux. Esto implica su retirada en gran medida de Alemania para dirigirse hacia la unión aduanera y económica de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo (Benelux). Esta determinación resulta aún más destacada al considerar la estructura organizativa de la empresa: Vion cuenta con 16 centros de producción en Alemania, mientras que en Holanda solo hay la mitad.
Las pérdidas económicas del sector cárnico
Según el diario alemán Handelsblatt, un experto del sector describe la retirada de Vion de Alemania como una “venta obligada”. Los números respaldan esta afirmación: en 2022, las pérdidas del grupo aumentaron de EUR 29 millones a EUR 108 millones (de US$ 31 millones a US$ 116 millones).
Fundada hace 90 años como una planta de procesamiento de grasas, Vion se ha convertido en una de las principales empresas cárnicas a nivel mundial. A pesar de aparecer en múltiples ocasiones en titulares negativos, con acusaciones que van desde la falta de higiene hasta la crueldad hacia los animales, Vion es el tercer matadero más grande de Alemania. Solo Westfleisch y, con una amplia ventaja, el Grupo Tönnies la superan como líderes del mercado.
Cambios en el consumo de carne en Alemania
Tanto el Grupo Vion como toda la industria están experimentando una caída en las ventas debido a varios factores, entre ellos, los hábitos alimentarios cambiantes de los alemanes, quienes están consumiendo menos carne.
Esta misma observación ha sido compartida por la Sociedad Alemana de Nutrición (Deutsche Gesellschaft für Ernährung e.V. – DGE), la cual se posiciona como una entidad científica independiente dedicada a la ciencia y la orientación nutricional.
La tendencia a largo plazo de disminución en el consumo de carne en Alemania continúa. Según información preliminar del Centro Federal de Información para la Agricultura (Bundesinformationszentrum Landwirtschaft – BZL), el consumo per cápita de carne se redujo en 430 gramos, alcanzando los 51,6 kilogramos en 2023, según confirmó la ecotrófologa Silke Restemeyer de la DGE a la cadena de noticias Deutsche Welle (DW).
La Oficina Federal de Agricultura y Alimentación (BLE) también ha observado esta tendencia: “El volumen de consumo ha disminuido ligeramente durante varios años. Es probable que uno de los motivos de esta reducción en el consumo de carne sea el cambio en la dieta”, mencionó la autoridad a DW.
Susanne Abe, de la BLE, atribuye este cambio a una mayor preocupación por los aspectos ecológicos del consumo de carne: “También es posible que una mayor conciencia sobre los efectos del consumo elevado de carne en nuestra salud, el clima y el medio ambiente esté teniendo un impacto”.
Impacto de las regulaciones y tendencias globales
Los cambios en los hábitos de consumo en Alemania no son la única presión que enfrenta el mercado. Los sucesos en otras partes del mundo también están impactando a los carniceros. Por ejemplo, las prohibiciones de importación impuestas por algunos países asiáticos debido a la peste porcina africana (PPA) están afectando a la industria. Muchos productos que son difíciles de vender en Europa, como las orejas de cerdo, que son consideradas un manjar en China, encontraron mercado en esas regiones.
Además, constantemente surgen nuevas regulaciones y requisitos que impactan en la industria de sacrificio, tanto a nivel de la UE como del Gobierno central en Berlín para el mercado alemán. El ministro federal de Agricultura y Alimentación, Cem Özdemir, ha expresado en varias ocasiones su intención de transformar la cría de animales en general. Su objetivo es criar menos animales, pero ofreciéndoles más espacio y condiciones de vida adecuadas a su especie. No obstante, la reducción en la cría de animales en Alemania también implica menos actividad comercial para los mataderos locales.
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