El ejército alemán decidió renovar una pieza clave de su flota: el Mercedes-Benz Clase G, conocido en la Bundeswehr como Wolf. Este vehículo, que desde 1989 reemplazó al Volkswagen Iltis, se convirtió en un ícono militar con más de 12.000 unidades en servicio en distintas configuraciones. Y que integró la flota de las Fuerzas Armadas argentinas. Ahora, casi cuatro décadas después, comienza la era del Wolf 2.
El origen del Clase G, sin embargo, no estuvo ligado a Alemania. El modelo nació en los años 70 por pedido de Mohammad Reza Pahlavi, el último sah de Persia, que solicitó a Mercedes-Benz un todoterreno robusto para su ejército. En 1979 llegó la versión civil y su fama se expandió rápidamente. Paradójicamente, antes de Alemania, fue el Ejército Argentino el que incorporó este vehículo en 1981.

Pruebas extremas para un vehículo exigente
La Bundeswehr no dejó nada librado al azar antes de dar luz verde al nuevo modelo. El Wolf 2 fue sometido a un recorrido de 16.000 kilómetros por distintos terrenos: bosques, caminos de grava, arena abrasiva y pistas artificiales. Además, pasó por cámaras climáticas con temperaturas que oscilaron entre los -34°C y los +49°C, incluyendo escenarios de humedad extrema y sequedad total.
Según comunicó el Ministerio de Defensa alemán, estas pruebas fueron clave para garantizar que el vehículo pueda desempeñarse sin fallas bajo cualquier condición operativa. También se verificó su capacidad de ser transportado en helicópteros, su resistencia en ascensos y vadeos, así como su traslado seguro en trenes militares.

El salto tecnológico del Wolf 2
Las diferencias con el modelo anterior son notables. Mientras el viejo Wolf tenía motor manual de 154 caballos de fuerza, el nuevo incorpora una transmisión automática y un propulsor de 245 caballos, capaz de adaptarse a combustibles de baja calidad. Además, alcanza un par máximo de 600 nm, triplicando la capacidad de su antecesor.
El Wolf 2 mide 4,8 metros de largo, 1,9 de ancho y 2,18 de alto, lo que lo convierte en un vehículo más imponente y espacioso que el modelo original. Su peso total admisible es de 4,5 toneladas y puede transportar hasta 1.200 kilogramos de carga útil.
Pero la gran novedad es la digitalización. Este será el primer vehículo en llegar a los cuarteles con el sistema D-LBO (Digitalization Land-Based Operations), un equipo de radio y comando que marca un cambio de época en la manera de operar de las tropas.

Dos versiones y un futuro exclusivamente militar
La Bundeswehr confirmó que el Wolf 2 tendrá dos variantes: una de uso general para las tropas y otra para la Policía Militar, que incorporará señalización especial y luces azules integradas.
A diferencia de su antecesor, que en algunos casos terminó adaptado a usos civiles, el Wolf 2 no podrá matricularse fuera del ámbito militar. Esto se debe a que cumple con la normativa Euro 3 de la OTAN, pero no con las regulaciones ambientales actuales de la Unión Europea. En otras palabras, su vida estará atada exclusivamente al servicio militar.

De Persia a Alemania, un mito global
La historia del Clase G es un recorrido singular. Nacido en Medio Oriente, exportado primero a la Argentina y convertido después en símbolo de la Bundeswehr, este todoterreno se ganó un lugar entre los vehículos militares más exitosos del mundo. En total, más de 48 países lo adoptaron en diferentes variantes, desde modelos básicos hasta blindados como el LAPV Enok, utilizado por las fuerzas especiales alemanas.

Plan de adquisición y vida útil
El primer pedido de la Bundeswehr fue de 1.500 unidades, pero la cifra podría trepar hasta 5.800 de aquí a 2032. Los primeros cinco vehículos ya fueron entregados en noviembre de 2024, y la previsión oficial es que el despliegue en las tropas comience a fines de 2025 para entrar en servicio plenamente en 2026.
La expectativa es que el Wolf 2 permanezca operativo por al menos 20 años. De cumplirse ese plazo, el Clase G habrá acumulado más de medio siglo como protagonista del ejército alemán en sus distintas versiones.

Un “lobo” con ADN alemán
“Con el sucesor del Wolf, las tropas reciben no solo un reemplazo poderoso y robusto, sino también el primer vehículo que llega equipado de serie con el nuevo equipo digital de mando”, destacó la Bundeswehr en un comunicado. Así, el Wolf 2 no es solo una actualización mecánica: es también una apuesta tecnológica que refleja los nuevos desafíos de la defensa alemana en un mundo digitalizado y en permanente transformación.





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