Buenos Aires (AT) – Durante el receso de verano europeo, el Museo Belvedere de Viena lanzó una propuesta innovadora para sus visitantes más jóvenes: un juego multimedial interactivo llamado The Fantastic Palastics: Mission Museum, que transforma el recorrido tradicional por la colección en una experiencia lúdica y digital.

Una experiencia inmersiva en el corazón del arte
El juego se desarrolla dentro del histórico palacio barroco y está diseñado para niñas, niños y adolescentes a partir de los 8 años, aunque también puede ser disfrutado por personas adultas. La dinámica combina actividades presenciales con recursos digitales y propone un recorrido activo por obras emblemáticas de la colección, como El beso de Gustav Klimt o los célebres “caracteres” esculpidos por Franz Xaver Messerschmidt.
Para comenzar, cada visitante recibe sin costo una guía impresa del juego (Game Map) y un lápiz. Con ese material, y utilizando su propio teléfono móvil o tableta, debe resolver desafíos creativos, descifrar un código secreto de cuatro cifras y superar pruebas que combinan observación, dibujo, memoria visual y uso de tecnología.

Seis animales guía y una misión: conectar con el arte
El juego está protagonizado por seis simpáticos personajes animales —el león Roco, el lemur Neo, la gacela Rena, el cordero Pop, el avestruz Dada y el puercoespín Flux— que acompañan a los participantes durante toda la experiencia. Según los organizadores, la “misión” central es recolectar la mayor cantidad posible de impresiones y aprendizajes para descubrir qué artistas moldearán el futuro del arte.
Gracias a la tecnología de realidad aumentada (AR), algunas estaciones del recorrido permiten activar contenidos audiovisuales con solo escanear un código QR. Esto permite, por ejemplo, ver animaciones, escuchar audios explicativos o tomar selfies artísticas con filtros temáticos.

Accesible, gratuito y sin necesidad de app
Una de las ventajas clave del proyecto es su accesibilidad: no requiere descargar ninguna aplicación específica y funciona directamente desde el navegador del celular. Además, el museo ofrece conexión Wi-Fi gratuita y mantiene el ingreso sin cargo para menores de 19 años. El juego está disponible en alemán e inglés, lo que amplía su alcance para visitantes internacionales.
“Lo que buscamos es que los y las jóvenes se vinculen con las obras de manera activa, desde su propia creatividad”, explicó Michaela Höß, responsable del área de educación artística del Belvedere. “La idea no es solo despertar curiosidad, sino también invitar a expresarse, a imaginar, a intervenir.”

Una recompensa para cada misión cumplida
Quienes completan con éxito el recorrido y descifran el código final reciben una pequeña sorpresa de parte del museo: un recuerdo físico del shop institucional y la posibilidad de usar un filtro especial para convertir su obra en una pieza “expuesta”. La actividad completa tiene una duración estimada de 40 minutos, ideal para una visita en familia con tiempo limitado.

Una estrategia sostenida de apertura digital
Mission Museum forma parte de una estrategia más amplia del Oberes Belvedere para acercarse a públicos más jóvenes a través de herramientas digitales. Desde 2021, el museo ha desarrollado experiencias virtuales como Art Leap (disponible en Roblox), que ya ha sido jugada por más de dos millones de personas en todo el mundo. Para comparar: el museo recibe físicamente alrededor de 1,8 millones de visitantes por año.
A esta propuesta se suma también el primer juego de la saga Fantastic Palastics, desarrollado para el jardín del palacio, que puede experimentarse al aire libre y sin costo en belvedere.at/garden-game. Todas las iniciativas están disponibles en www.belvedere.at/games.
Una idea replicable en museos argentinos
Si bien la propuesta surge en el hemisferio norte y está pensada para el verano boreal, iniciativas como Mission Museum pueden servir de inspiración para museos argentinos que busquen atraer al público joven durante el receso estival en el sur. El uso de tecnologías accesibles, la gratuidad y el enfoque participativo son elementos replicables en contextos locales, especialmente en instituciones que cuentan con patrimonio artístico relevante y vocación educativa.




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