Buenos Aires (AT) – Northvolt, la compañía sueca que alguna vez simbolizó la independencia europea en la fabricación de baterías, enfrenta una encrucijada. Fundada en 2016 con el objetivo de reducir la dependencia de Asia en tecnologías clave para vehículos eléctricos, la empresa ha pasado de ser un referente del sector a luchar por sobrevivir. Tras acumular una deuda de US$ 5.800 millones y solicitar la protección por bancarrota en noviembre de 2023, Northvolt busca resurgir con el respaldo de sus accionistas y un plan de reestructuración ambicioso.
En sus primeros años, Northvolt fue celebrada como la gran esperanza europea en el campo de las baterías de iones de litio. La compañía atrajo más de US$ 10.000 millones en inversiones y obtuvo acuerdos de suministro con marcas como BMW, Porsche y Audi. Sin embargo, en 2023 comenzaron a acumularse problemas: retrasos en la construcción de plantas, dificultades en la producción y un contexto económico adverso llevaron a la empresa a una situación límite.
“Hemos enfrentado una serie de desafíos inesperados, pero seguimos comprometidos con nuestra visión de liderar la transición energética,” declaró en un comunicado Peter Carlsson, cofundador y CEO de Northvolt. Con una plantilla de 6.600 empleados y operaciones en siete países, la compañía ha implementado recortes significativos, incluido el despido del 20% de su personal.
La votación que decidió el futuro
En noviembre de 2023, Northvolt convocó a sus principales accionistas para decidir si continuaría operando o cerraría sus puertas. Bajo la legislación sueca, una empresa debe someterse a esta votación si el valor de sus acciones cae por debajo de la mitad del capital social registrado. Con el apoyo de Volkswagen, Goldman Sachs y otros inversores clave, la decisión fue mantener a flote la compañía y buscar una reestructuración.
“Este resultado demuestra la confianza de nuestros accionistas en nuestro potencial,” expresó Carlsson tras la votación. Sin embargo, el camino por delante está lleno de obstáculos. La empresa necesita recuperar la confianza del mercado y cumplir con los acuerdos de suministro que han sido afectados por los retrasos en la producción.
Reestructuración y nuevos objetivos
El respaldo de Volkswagen y Goldman Sachs, entre otros, no solo es una muestra de confianza sino también una apuesta por el futuro. Northvolt busca optimizar sus costos, aumentar la eficiencia en la producción y asegurar una financiación estable para evitar nuevas crisis. Uno de sus principales objetivos es alcanzar un 50% de materiales reciclados en sus baterías para 2025, una meta que podría redefinir el abastecimiento de recursos en el sector.
Además, la empresa ha intensificado sus esfuerzos en tecnologías de reciclaje, como procesos químicos avanzados que permiten recuperar materiales críticos de baterías usadas. Estas iniciativas no solo contribuyen a la sostenibilidad, sino que también podrían reducir los costos de producción a mediano plazo.
El impacto de los materiales reciclados
La transición hacia materiales reciclados es un elemento central en la estrategia de Northvolt. Actualmente, el reciclaje de baterías presenta retos técnicos y económicos, pero también ofrece oportunidades significativas. Si se logran avances en esta tecnología, podría disminuir la dependencia de minerales como el litio y el cobalto, reduciendo el impacto ambiental y la vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado global.
El compromiso de Northvolt con la sostenibilidad también plantea preguntas sobre la transparencia en la cadena de suministro. La empresa ha considerado el uso de tecnología blockchain para garantizar que los materiales reciclados provengan de fuentes éticas. “Queremos establecer un estándar de transparencia que inspire confianza en toda la industria,” explicó Carlsson.
Las lecciones de la crisis
La situación de Northvolt no es única en un sector que está en rápida evolución. La competencia con fabricantes asiáticos, que dominan el mercado de baterías, ha puesto de manifiesto la necesidad de una estrategia más robusta por parte de las empresas europeas. Para Northvolt, la crisis representa una oportunidad para reconfigurar su modelo de negocio y demostrar que es posible competir a nivel global.
El análisis también apunta a la importancia de diversificar los mercados. Aunque el sector automotriz sigue siendo el principal cliente de Northvolt, la empresa está explorando aplicaciones en energía renovable y almacenamiento a gran escala, lo que podría abrir nuevas fuentes de ingresos.
Que puede aprender la Argentina
El caso de Northvolt tiene implicancias relevantes para la Argentina, un país con importantes reservas de litio en el denominado “triángulo del litio” junto con Bolivia y Chile. Este mineral es fundamental para la producción de baterías, y la crisis de Northvolt subraya la necesidad de desarrollar una cadena de valor sostenible y competitiva.
En 2023, la Argentina exportó aproximadamente US$ 300 millones en litio, pero carece de infraestructura para avanzar en el procesamiento y producción de baterías a nivel local. La experiencia de Northvolt podría servir como modelo para implementar tecnologías de reciclaje y fomentar la investigación en el sector. Además, el país podría desempeñar un papel clave en garantizar el abastecimiento ético de recursos.
El futuro de Northvolt está lleno de incertidumbres, pero también de oportunidades. La empresa tiene el potencial de liderar la transición energética en Europa y establecer un nuevo estándar en sostenibilidad. Sin embargo, su éxito dependerá de su capacidad para superar los desafíos actuales y adaptarse a un mercado en constante cambio.
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