Buenos Aires / Mainz – La investigadora de turberas, Franziska Tanneberger, y el inventor de un nuevo sistema de carga rápida de coches eléctricos, Thomas Speidel, fueron distinguidos el domingo con el Premio Alemán del Medio Ambiente, por su calidad de “auténticos pioneros prácticos”, según los fundamentos del jurado. El Premio es concedido anualmente por la Fundación Alemana para el Medio Ambiente (DBU – Deutsche Bundesstiftung Umwelt, por sus siglas y nombre en alemán). Según destacó el secretario General de la DBU, Alexander Bonde, el objetivo del premio “es honrar a las personas que avanzan en la búsqueda de soluciones a los grandes problemas medioambientales, a través de acciones concretas en la empresa o la ciencia“.
Tanneberger y Speidel comparten el galardón, con medio millón de euros, uno de los mejor dotados de Europa. El empresario Speidel recibe el premio por el desarrollo de un sistema de carga de alto rendimiento para coches eléctricos. La DBU destacó su condición de pionero de la transición energética y su espíritu emprendedor con “fuerza innovadora, previsión estratégica y audacia económica”.
Como fundador y director General de ads-tec Energy, Speidel desarrolló sistemas de alto rendimiento, que permiten cargar coches eléctricos en cuestión de minutos. Se trata de cargadores rápidos con batería que pueden instalarse de forma flexible en carreteras, edificios de empresas o zonas residenciales sin necesidad de instalar dispositivos de carga en garajes.
Aprovechar las lecciones de la tierra
La investigadora de turberas Tanneberger, de fama internacional, demuestra por su parte “que la protección y el aprovechamiento de las turberas no son contradictorios”, afirmó Bonde. Destacó que la directora del Centro de Turberas de Greifswald consiguió situar las turberas en la agenda internacional de la política y la diplomacia medioambientales.
Tanneberger es una constructora de puentes entre la ciencia y la política, la ciencia y la agricultura, según la DBU, y una impulsora de la utilización económica de la revitalización y rehumidificación de los pantanos. La tarea es “ingente”, porque las turberas drenadas artificialmente son responsables de alrededor del 4% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano en todo el mundo. Además del clima y la biodiversidad, las turberas también son cruciales para la seguridad hídrica, afirmó Tanneberger. Los pantanos representan alrededor del 5% de la superficie de Alemania.
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