Buenos Aires (AT) – A principios de año, Viola Amherd, de 61 años, se convirtió en la nueva presidenta de Suiza. En un país que se distingue por su tranquilidad y orden, las elecciones presidenciales suizas son un asunto ceremonial. La Asamblea Federal Unida, conformada por ambas cámaras del parlamento, “elige” al presidente, aunque en la práctica esta elección ya está predeterminada, siguiendo un turno anual establecido. Este proceso refleja el principio de igualdad entre los miembros del Consejo Federal, evitando la acumulación excesiva de poder en manos de un individuo.
Una vida atravesada por la política
La historia personal de Amherd añade datos interesantes a su liderazgo. Nacida en 1962 en la ciudad alpina de Brig, en la parte superior del cantón Wallis (Oberwallis) de habla alemana, su vida estuvo marcada por el divorcio de sus padres cuando culminó sus estudios en el Colegio Spiritus Sanctus en Brig. Este evento, en una época en que el divorcio no era bien aceptado, dejó una huella permanente en la visión de Amherd sobre la independencia y la lucha personal.
Ingresó a la política a los 29 años. Fue una decisión que, en un principio, requirió persuasión. Lo fundamental fue el comentario de una amiga, que la instó a no desaprovechar la oportunidad de marcar una diferencia para las mujeres. Desde entonces, Amherd construyó una carrera que incluye ser concejala en Brig, alcaldesa de su ciudad y, en 2005, ganar un escaño en el parlamento en Berna.
Su compromiso con la protección de niños y jóvenes fue una constante en su carrera política. Inspirada por su experiencia como abogada de divorcios, Amherd lideró iniciativas sobre temas como el sexting, la custodia de menores, el ciberacoso y la prostitución infantil. Este compromiso con la realidad de las familias suizas le valió el respeto tanto en su cantón natal como en la arena nacional.
Ministra de Defensa: un antes y después
El 2019 marcó un nuevo capítulo en su carrera al asumir la responsabilidad del Ministerio de Defensa. Su enfoque pragmático y su habilidad para ver el panorama completo le permitieron integrar sin esfuerzo las responsabilidades fundamentales de su departamento con su brújula moral. Al aumentar la presencia de mujeres en el ejército y abogar por su liderazgo en las organizaciones deportivas, Amherd demostró un compromiso no solo con la seguridad nacional, sino también con la equidad de género.
Sin embargo, su liderazgo no ha estado a salvo de desafíos. La polémica decisión de comprometer 6 mil millones de francos suizos para la compra de nuevos aviones de combate en 2020 generó debate y tensiones internacionales. Aunque la medida buscaba fortalecer la seguridad suiza, la elección del F35 de Lockheed Martin afectó las relaciones con Francia. Además, la asignación récord de 32 mil millones de francos al Ejército suizo y la creación del Secretariado de Estado de Política de Seguridad causaron fricciones internas.
A finales de 2023, otras decisiones la colocaron bajo la lupa crítica. Sin embargo, Amherd demostró su resiliencia ante las críticas y está decidida a utilizar su año en la presidencia para consolidar la integración internacional de Suiza. Con negociaciones pendientes con la Unión Europea sobre la cooperación futura, enfrenta desafíos diplomáticos que podrían definir su legado en la escena internacional.
Cómo funciona el sistema político suizo
El sistema político de Suiza se caracteriza por la democracia directa, la descentralización y la participación ciudadana. Se organiza bajo un sistema federal, compuesto por 26 cantones, cada uno con su propio gobierno y constitución. Esta descentralización se traduce en una distribución equitativa de poder entre el gobierno federal y los cantones. La autonomía de los cantones es esencial para preservar la diversidad cultural y lingüística del país.
El gobierno federal suizo está encabezado por un Consejo Federal compuesto por siete miembros, conocidos como “consejeros federales”. Cada consejero es responsable de un departamento específico, como Finanzas, Asuntos Exteriores o Defensa. El presidente de la Confederación es elegido anualmente entre los consejeros y ostenta un papel representativo.
La Asamblea Federal es el órgano legislativo suizo y está conformada por dos cámaras: el Consejo Nacional y el Consejo de los Estados. El Consejo Nacional se elige proporcionalmente a la población de cada cantón, mientras que el Consejo de los Estados otorga a cada cantón dos representantes, independientemente de su tamaño. La aprobación de una ley requiere la aprobación de ambas cámaras.
Sin embargo, uno de los pilares fundamentales del sistema político suizo es la democracia directa. Los ciudadanos tienen el derecho de participar activamente en la toma de decisiones mediante referendos y la iniciativa popular. Los referendos pueden ser solicitados para aprobar o rechazar leyes aprobadas por el Parlamento, mientras que la iniciativa popular permite a los ciudadanos proponer cambios en la Constitución.
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