Buenos Aires (AT) – El Banco Mundial puso la primera piedra para reformarse y poder impulsar de forma directa los esfuerzos al cambió climático y la prevención de pandemias a la hora de otorgar préstamos a los países más empobrecidos. El objetivo de la reforma: que los países puedan invertir más y de forma eficiente en proyectos que no redunden únicamente en su propio beneficio, por ejemplo, en la protección de las selvas tropicales o en la lucha contra las enfermedades infecciosas. En su conferencia anual a fines de la semana pasada en Marrakech, Marruecos, los miembros del Banco Mundial aprobaron una nueva declaración de objetivos. Su misión debe seguir siendo la lucha contra la pobreza, sin embargo se añadió la impotencia de mantener el “planeta habitable”.
“En el siglo XXI, sólo se puede luchar con éxito contra la pobreza si al mismo tiempo se protegen los recursos naturales” afirma Svenja Schulze, ministra de Desarrollo en Alemania. Schulze fue una de las principales impulsoras de la reforma, junto con la Ministra de finanzas estadounidense, Janet Yellen. Según el Ministerio de Desarrollo, se trata de países especialmente vulnerables al cambio climático, como por ejemplo los pequeños Estados insulares. En caso de catástrofe natural, se les debe dar la opción de no pagar sus deudas a corto plazo y disponer así de un respiro financiero para luchar contra la crisis. El Banco Mundial necesita reformarse, eso se viene acordando desde hace tiempo. Tiene que adaptarse a nuevos retos como por ejemplo el cambio climático. Pero cómo hacerlo y quién debe pagarlo ha sido hasta ahora motivo de controversia.
Para los críticos del Banco Mundial, las reformas no son suficientes. Dustin Schäfer, de la asociación “Urgewald e.V”, que lucha por la protección del medio ambiente y los derechos humanos, considera la reforma decepcionante; su organización desearía más transparencia. Conjuntamente, denuncia que el Banco Mundial, como organismo especializado de las Naciones Unidas, carece de una pauta en materia de derechos humanos. “El crecimiento económico y el crecimiento del Banco siguen teniendo prioridad por sobre otros”, reprocha Schäfer.
El jueves en Marrakech se decidirá definitivamente la reforma del Banco Mundial. El papel que el Banco realmente desempeñará para salvar el clima, probablemente seguirá siendo tema de discusión.
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