Rodolfo “Pelusa” Cardoso debutó en 1987 con la camiseta de Estudiantes de La Plata. Surgido de las inferiores, se ganó un lugar en el fútbol argentino y pasó por Boca hasta dar el salto a Europa. En Alemania construyó una carrera extensa, sobre todo en la Bundesliga, donde se consolidó como un volante técnico, con visión y gran despliegue.
En 1998, cuando ya estaba afianzado en el exterior, fue cedido a préstamo a Boca Juniors, el club del que es hincha desde chico. La ilusión duró poco. Con la llegada de Carlos Bianchi, el mediocampista no fue tenido en cuenta y debió regresar al Pincha.
“Me hubiese encantado jugar en el Boca de Bianchi. Hice la pretemporada en Tandil, pero cuando volvimos me dijeron que no iban a usar la opción y me fui a Estudiantes”, relató en una entrevista con el programa Cómo Te Va, por Radio Colonia.
El paso frustrado por Boca
Cardoso no oculta lo que significó para él vestir la camiseta azul y oro. “Pasar por Boca, yo de chico soy hincha, fue un orgullo”, expresó. A la vez reconoció que su etapa en el club estuvo marcada por la desilusión: no logró asentarse ni disfrutar de un ciclo que, poco después, sería histórico.
“Llegó Bianchi, no salimos campeones y me tocó irme. Fui con muchas expectativas, pero no se dio”, resumió. Su regreso a Estudiantes representó un alivio. Allí encontró un lugar donde lo valoraron y donde siempre tuvo las puertas abiertas.
Aunque su paso por Boca fue breve, mantiene el recuerdo como un momento especial de su carrera. El contraste entre su ilusión y la realidad muestra las dificultades que atraviesan los jugadores cuando cambian de equipo, más aún en instituciones con alta competencia interna.
Una vida ligada a Alemania
Tras ese episodio, Cardoso regresó a su rutina europea. En Alemania desarrolló gran parte de su vida personal y profesional. Se retiró en el Hamburgo, club en el que todavía se desempeña como entrenador en divisiones formativas.
“Estoy trabajando en Hamburgo, el club donde me retiré. Hacemos entrenamiento personalizado según los puestos. Yo estoy con los delanteros”, explicó. Su tarea se centra en la formación de atacantes jóvenes, una responsabilidad que lo mantiene en contacto directo con las promesas del club.
La elección de continuar en Hamburgo no fue casual. Se trata de una institución donde dejó huella como jugador y donde se siente identificado. El club lo integró en un proyecto de desarrollo que busca potenciar habilidades específicas y mejorar el rendimiento individual.
Cardoso valora el orden y la estructura que encontró en Alemania, pero nunca se desprendió de sus raíces en Argentina. Siente que en algún momento deberá regresar para devolverle al fútbol local lo que recibió en sus inicios.
Opinión sobre el presente y mirada al futuro
En la entrevista también opinó sobre el mercado de pases. Uno de los movimientos que llamó la atención fue la llegada de Rafael Santos Borré al Eintracht Frankfurt. Aunque llegó libre, el delantero colombiano genera grandes expectativas.
“El Frankfurt es uno de los equipos con mejor scouting. Van a trabajar muy bien con Borré. Ese equipo tiene mucho recambio ahora. Le diría que tenga paciencia, que no baje los brazos, porque un jugador con talento siempre termina jugando”, aseguró.
La reflexión de Cardoso muestra la experiencia de alguien que atravesó diferentes etapas del fútbol europeo. Sabe de la importancia de la perseverancia en un entorno competitivo y destaca el papel de las instituciones que confían en proyectos a largo plazo.
Respecto a su propio futuro, el exmediocampista dejó abierta la posibilidad de volver a trabajar en Argentina. “Estudiantes me formó no solo como jugador, sino como persona. Creo que es un club donde todos los que pasaron quieren volver. Tiene esa mística que te llama”, señaló.
El vínculo con el Pincha es fuerte. Cardoso mantiene contacto con referentes de la institución y valora el sentido de pertenencia que genera. “Me encantaría trabajar en Estudiantes, en las inferiores en algún momento. Tengo amigos como Pablo Quatrocchi. Estudiantes tiene eso, todos los que pasaron quieren volver”, remarcó.
El deseo de regresar se relaciona con una idea de identidad. Estudiantes representa un espacio de pertenencia y un modelo formativo que marcó su vida. Para él, la posibilidad de transmitir esa experiencia a nuevas generaciones sería una forma de cerrar el círculo.
Una carrera con huellas en dos continentes
La historia de Rodolfo Cardoso combina raíces argentinas y vida europea. En Argentina se formó y debutó. En Alemania se consolidó y encontró estabilidad. Su breve paso por Boca quedó como una cuenta pendiente, pero al mismo tiempo como un recuerdo que lo llena de orgullo personal.
Hoy vive entre entrenamientos, jóvenes talentos y la nostalgia de volver a casa. “Me encantaría regresar a Estudiantes”, repite cada vez que puede. Y en esa frase resume un recorrido en el que nunca perdió la conexión con sus orígenes.
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