Buenos Aires (AT) – Ayer, lunes 17 de marzo, Múnich fue testigo de un evento que quedó grabado en la memoria de los aficionados al fútbol: la Copa Beckenbauer. Este torneo de leyendas no solo sirvió para celebrar el 125º aniversario del FC Bayern Múnich, sino también para rendir un emotivo homenaje a Franz Beckenbauer, una de las figuras más icónicas de la historia del deporte.
El torneo reunió a un elenco de estrellas, con la presencia de grandes equipos europeos como el Real Madrid, el AC Milan, el Ajax de Ámsterdam, el Borussia Dortmund y el VfB Stuttgart, todos ellos integrados por jugadores legendarios. Naturalmente, también contó con la participación de glorias recientes del club homenajeado. Es importante recordar que aunque el “Kaiser” jugó brevemente para el Hamburgo y el New York Cosmos, su nombre está indisolublemente ligado al Bayern Múnich.
El evento no solo reavivó la nostalgia de los hinchas, sino que también sirvió para recaudar fondos en beneficio de la Fundación Franz Beckenbauer.

Una reunión de grandes figuras
El torneo, disputado en el SAP Garden de Múnich ante más de 9.000 espectadores, reunió a algunas de las leyendas más recordadas del fútbol europeo. El equipo del Bayern contó con la presencia de jugadores como Arjen Robben, Franck Ribéry, Giovane Elber y Mark van Bommel, mientras que el Real Madrid alineó a figuras como Iker Casillas, Pepe y Fernando Sanz. La expectativa en torno al torneo era enorme, y el público se entregó por completo al espectáculo.
Desde el inicio, las emociones estuvieron a flor de piel. Heidi Beckenbauer, viuda del ‘Káiser’, y su hijo Joel Beckenbauer inauguraron el torneo con un discurso conmovedor. “El legado de Franz sigue vivo en cada rincón del mundo del fútbol”, expresó Joel con la voz entrecortada. “Ver a tantas leyendas reunidas en su nombre es algo que nos llena de orgullo”.

El desarrollo del torneo
El formato del torneo, disputado en modalidad de fútbol 5, permitió partidos dinámicos y llenos de goles. En la fase de grupos, el Bayern empató 1-1 ante el Ajax de Ámsterdam, con un tanto de Franck Ribéry, y luego igualó 2-2 contra el Real Madrid, en un duelo vibrante que tuvo a Pepe como protagonista al anotar el gol del empate para los españoles en los minutos finales.
Por el otro grupo, Borussia Dortmund y VfB Stuttgart se mostraron como los equipos más regulares. El Dortmund superó 2-1 al Stuttgart y luego goleó 5-0 al AC Milan Glorie, con una actuación destacada de Kevin Großkreutz, quien anotó un doblete.
Las semifinales estuvieron cargadas de dramatismo. En la primera, el Real Madrid derrotó al VfB Stuttgart en una infartante tanda de penales tras empatar 3-3 en el tiempo reglamentario. Por su parte, el Bayern se midió ante el Borussia Dortmund en un clásico vibrante. Arjen Robben, recordado por su gol en la final de la Champions League de 2013, volvió a ser el héroe al marcar el tanto que selló el 2-0 definitivo a favor de los muniqueses.

La gran final: una muestra de superioridad
El duelo decisivo enfrentó al Bayern y al Real Madrid, dos equipos que han protagonizado algunos de los enfrentamientos más memorables de la historia del fútbol europeo. Sin embargo, esta vez el conjunto alemán se mostró ampliamente superior y se impuso con un contundente 4-0.
El brasileño Giovane Elber abrió el marcador con un derechazo inatajable, seguido por un tanto de Mark van Bommel tras una gran asistencia de Ribéry. En la segunda mitad, Rafinha amplió la ventaja con un remate cruzado y Elber cerró la goleada con su segundo gol de la noche. La victoria desató la euforia en las tribunas, con los hinchas del Bayern celebrando el triunfo en una jornada tan especial.
Al finalizar el partido, el presidente del club, Herbert Hainer, destacó la importancia del evento: “Esto fue más que un torneo, fue un homenaje a la grandeza de Franz Beckenbauer. Estoy seguro de que, desde donde esté, él lo disfrutó tanto como nosotros”.

El impacto y el legado de Beckenbauer
La Copa Beckenbauer fue mucho más que un evento deportivo. Fue una demostración del impacto que el ‘Káiser’ tuvo en el fútbol mundial. Como jugador, reinventó la posición de líbero, guió a Alemania a conquistar la Copa del Mundo en 1974 y llevó al Bayern a la cima del fútbol europeo. Como entrenador, condujo a la selección alemana a un nuevo título mundial en 1990. Su legado trasciende títulos y está plasmado en la filosofía de juego que implantó y en los valores que dejó en la institución bávara.
Además de su contribución deportiva, Beckenbauer también tuvo un impacto en la sociedad a través de su fundación, que desde hace décadas ayuda a personas con discapacidades o en situación de vulnerabilidad. Los fondos recaudados en este torneo serán destinados a continuar con esa labor solidaria.

Un cierre a la altura de la leyenda
Antes de la entrega del trofeo, los jugadores de los equipos finalistas, junto con los organizadores, se unieron en un último homenaje a Beckenbauer. En el centro del campo, se proyectaron imágenes de sus mejores momentos en el Bayern y la selección alemana, mientras el público entonaba la emblemática canción “Gute Freunde kann niemand trennen” (“Nadie puede separar a los buenos amigos”), que lo acompañó a lo largo de su vida.
Al recibir la copa, Giovane Elber tomó el micrófono y expresó: “Franz nos enseñó que el fútbol es alegría y unión. Hoy lo recordamos de la mejor manera posible”. Un mensaje que encapsuló la esencia del evento: un tributo a la grandeza de Beckenbauer y un recordatorio de su legado imborrable.

Un homenaje que perdurará en el tiempo
La Copa Beckenbauer fue una muestra de que el legado del “Káiser” sigue vigente en el fútbol y en la memoria colectiva. No solo reunió a algunas de las más grandes leyendas del deporte, sino que también permitió que nuevas generaciones comprendieran la importancia de Beckenbauer para el Bayern y para el fútbol mundial.
“Franz unía a la gente, ese era su legado. Hoy, el fútbol volvió a unirnos en su nombre”, concluyó Hainer. Una frase que resume el espíritu del evento y la huella imborrable de Beckenbauer en la historia del deporte.

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