Buenos Aires (AT) – Durante los últimos cinco años, el running dejó de ser una actividad puramente deportiva para convertirse en una expresión de identidad. En calles, parques y redes sociales, se ha consolidado una nueva tendencia: la de correr con estilo. El “athleisure”, una mezcla entre ropa deportiva y moda casual, pasó de ser una opción práctica a una declaración de intenciones.

Buenos Aires no se queda atrás
Si bien el epicentro de esta transformación se encuentra en grandes ciudades como Berlín o Nueva York, Buenos Aires ha comenzado a integrar esta ola. Grupos de corredores organizados, como los “Run Clubs” de Palermo o Puerto Madero, combinan actividad física con encuentro social y una estética cuidada. “El outfit de running hoy dice mucho más que antes. Ya no solo buscamos comodidad, también queremos vernos bien corriendo”, señala Ramiro Preziosa, entrenador y referente de una de estas comunidades.

De zapatillas a objetos de deseo
El mercado de zapatillas para correr, una vez dominado por la funcionalidad, ahora también responde a criterios estéticos. El modelo “Clifton” de Hoka, por ejemplo, fue el más vendido en 2024 en el marketplace europeo Zalando, superando al clásico “Pegasus” de Nike. Según cifras de la empresa, la categoría “running” creció especialmente en el segmento femenino durante el segundo trimestre de 2024, con un aumento de ventas en el rango de un solo dígito, mientras que en hombres se mantuvo estable.

Diseño y rendimiento: el maridaje de las nuevas marcas
Colaboraciones como la de On Running (marca suiza especializada en calzado técnico) y la casa de lujo Loewe marcaron un punto de inflexión. Su línea conjunta de zapatillas y ropa técnica vendió miles de unidades en Europa y América, con precios que alcanzan los EUR 200 (US$ 219) por una prenda básica. Jonathan Anderson, exdirector creativo de Loewe, fusionó el diseño de alta gama con tecnología de alto rendimiento. “El lujo también corre”, fue uno de los slogans que circularon en redes sociales.

Streetwear y running: alianza inesperada
Otra fusión sorprendente es la de Patta, marca de streetwear nacida en Ámsterdam, con Nike. La colección conjunta incluye desde zapatillas hasta camperas técnicas. “Nike aporta la experiencia deportiva, nosotros la credibilidad urbana”, explicó Edson Sabajo, cofundador de Patta, en una entrevista para Highsnobiety. El “Patta Running Team”, fundado hace más de una década, organiza eventos semanales donde el estilo y la inclusión social ocupan un lugar central. “Crewlove Run es mucho más que correr. Es comunidad”, afirma Guillain Irankunda, uno de los coordinadores del grupo.

Ropa técnica con estética minimalista
Marcas como Satisfy (Francia) y Soar (Reino Unido) desarrollan prendas con tecnología textil de última generación. La primera recaudó recientemente EUR 11,3 millones (US$ 12,4 millones) para expandirse globalmente. Sus camisetas incorporan zonas de ventilación específicas, y materiales como el “CloudMerino” (lana merino ultraligera hecha en Japón) redefinen el concepto de confort. “El running está reconfigurando el diseño textil. Ya no se trata sólo de correr, sino de sentirse libre, visible y cómodo”, explicó Daniel Groh, director de marca de Satisfy.

Cifras que corren rápido
Según el último informe financiero de On Holding AG, la compañía suiza triplicó su ganancia neta en 2024, alcanzando los EUR 258,6 millones (US$ 283,4 millones). En paralelo, Asics, histórica marca japonesa, informó un crecimiento del 14,3 % en su segmento “Performance Running”, con ingresos que superaron los EUR 2.100 millones (US$ 2.301 millones). Estos números confirman que el running, en su versión técnica y estética, está lejos de ser una moda pasajera.

El rol de las grandes cadenas
Fast fashion también juega su carta. H&M y Zara lanzaron en los últimos años líneas completas de ropa para correr. Tops, calzas, camperas, cinturones, todo con estética cuidada y precios accesibles. No sin controversia: Tim Soar, fundador de la marca británica Soar, acusó a Zara de copiar diseños propios. “Se inspiran demasiado directamente en nuestras piezas”, denunció en LinkedIn.

Argentina: una comunidad en crecimiento
En Argentina, la tendencia todavía no tiene el mismo nivel de desarrollo comercial, pero gana adeptos. Marcas nacionales como Ánima, Zeta o Urban Active buscan posicionarse en este nicho. Apuestan por diseño, materiales sostenibles y producción local. “Queremos que la ropa funcione para correr, pero también para ir a tomar un café o salir con amigos”, señala Clara Villanueva, diseñadora de Ánima.

Correr como acto cultural
Lo que en apariencia es una actividad deportiva individual, se ha convertido en acto social, performático y hasta político. En los encuentros de running de marcas como Patta o en grupos locales como “Corredores del Parque Saavedra”, se construye una identidad colectiva donde correr es también pertenecer. “Es una excusa para juntarse, para habitar el espacio público con otros códigos”, dice Mariana Santillán, socióloga especializada en culturas urbanas.

Tendencia con futuro
Todo indica que el “running con estilo” no solo llegó para quedarse, sino que seguirá evolucionando. Nuevas colaboraciones, tecnologías textiles y comunidades activas están redefiniendo qué significa correr en el siglo XXI. Y lo hacen con una consigna clara: ya no alcanza con llegar a la meta; también hay que llegar bien vestido.

Running con estilo:
- Buenos Aires no se queda atrás
- De zapatillas a objetos de deseo
- Diseño y rendimiento: el maridaje de las nuevas marcas
- Streetwear y running: alianza inesperada
- Ropa técnica con estética minimalista
- Cifras que corren rápido
- El rol de las grandes cadenas
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- Tendencia con futuro
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