Alemania acordó un modelo de servicio militar basado en el voluntariado, con controles más estrictos y la posibilidad de activar mecanismos obligatorios solo si el número de interesados resulta insuficiente. La decisión cerró semanas de negociaciones dentro del gobierno, marcadas por tensiones entre quienes reclamaban una forma moderada de conscripción y quienes defienden la libertad de elección. La reforma busca modernizar la Bundeswehr, ampliar el reclutamiento y responder a un escenario internacional inestable.
El nuevo modelo establece que todos los hombres de 18 años deberán responder un cuestionario sobre su disposición a servir y su aptitud física. Esa encuesta será obligatoria, pero la incorporación no lo será. Los jóvenes deberán indicar si estarían dispuestos a sumarse al ejército y qué tipo de funciones les interesan. También podrán ser convocados a exámenes médicos que determinarán sus capacidades.
El ministro de Defensa, Boris Pistorius, asegura que el servicio militar debe atraer por convicción, no por obligación. Sostiene que la Bundeswehr necesita jóvenes motivados, con interés real en formarse y con condiciones adecuadas para desempeñarse. Las autoridades remarcan que el objetivo es ordenar el proceso de convocatoria, detectar perfiles útiles y fomentar una imagen más favorable del ejército.

Un punto crítico giró alrededor de un mecanismo de sorteo obligatorio que algunos sectores reclamaron para complementar el sistema. La idea consistía en seleccionar por azar a jóvenes aptos si el número de voluntarios quedara por debajo de lo necesario. Esa propuesta quedó suspendida después de negociaciones intensas dentro de la coalición.
Sin embargo, permanece como recurso eventual. Jens Spahn, referente conservador, dijo que la convocatoria obligatoria será inevitable si el número de voluntarios no alcanza. El gobierno aclara que una medida de ese tipo requerirá una nueva ley y un debate parlamentario específico.
Desde el sector socialdemócrata, Matthias Miersch rechazó una vuelta inmediata a la conscripción. Planteó que la reforma debe entenderse como una invitación abierta para quienes quieran servir. La propuesta, según él, será suficiente para completar los cupos si se acompaña con mejores condiciones de instrucción, herramientas modernas y un entorno laboral atractivo.
Presupuesto militar, déficit de personal y presión internacional
El debate sobre el servicio militar se originó en un problema estructural. Alemania necesita aumentar la cantidad de soldados y modernizar a la Bundeswehr, que muestra deficiencias de personal e infraestructura. El objetivo es alcanzar 460.000 efectivos entre soldados activos y reservistas. Hoy el ejército dispone de unos 182.000 soldados activos y cerca de 49.000 reservistas. La brecha es amplia.
Así, según adelantó el presidente del grupo parlamentario alemán CDU/CSU, Jens Spahn en declaraciones reproducidas por Euronews, desde el 1° de enero de 2026, unos 700.000 jóvenes nacidos en 2008 o después serán contactados ante la posibilidad de ser reclutados, lo que incluye a hombres y mujeres. De todos modos, aclaró que no estarán obligados a responder.

El gobierno lanzó un plan de inversión que supera EUR 100.000 millones para mejorar instalaciones, adquirir equipamiento, renovar sistemas de comunicación, reforzar bases y diseñar nuevos centros de entrenamiento. La alianza atlántica exige que Alemania recupere un papel más sólido en materia de defensa, y el canciller Friedrich Merz considera que el país debe convertirse en la fuerza convencional más fuerte de Europa.
Las tensiones geopolíticas también influyen. Las autoridades mencionan el riesgo que representa la política exterior de Rusia y la incertidumbre sobre el compromiso de Estados Unidos con la defensa europea durante los próximos años. En este contexto, el gobierno alemán considera urgente una reestructuración que permita consolidar capacidades y reclutar más personal.
La OTAN celebró el acuerdo político. Sus autoridades señalaron que cualquier sistema que facilite la participación de más ciudadanos en la defensa es positivo. El mensaje oficial subraya que el nuevo modelo permitirá planificar mejor la disponibilidad de jóvenes aptos y capacitados.
Pistorius insiste en que el voluntariado puede funcionar si el Estado garantiza condiciones adecuadas. Asegura que los ejemplos de varios países europeos muestran que la combinación de voluntariado, incentivos y formación moderna puede generar niveles sostenidos de reclutamiento. El gobierno no quiere imponer, pero tampoco quiere depender de una cantidad insuficiente de aspirantes.
Impacto social, debate interno y próximos pasos legislativos
La reforma introduce un cambio relevante en la relación entre los jóvenes y el Estado. Alemania suspendió la conscripción en 2011. Desde entonces, el servicio militar dejó de ser parte de la vida común de los ciudadanos. El regreso a un sistema mixto, donde el cuestionario es obligatorio pero el ingreso no lo es, reabre la discusión sobre el deber cívico y la solidaridad nacional.

El modelo contempla diferentes escenarios. En el mejor de los casos, el cuestionario permitirá captar suficientes voluntarios y ordenar las incorporaciones de manera eficiente. Si las cifras no alcanzan, el Parlamento deberá decidir si activa el sorteo obligatorio. Ese mecanismo implicaría seleccionar por azar a jóvenes aptos para cumplir un servicio de once meses. También se prevé la posibilidad de eximir por razones médicas, académicas o familiares, aunque esos criterios quedarán establecidos en una ley complementaria.
El plan también considera ampliar alternativas de servicio. Las organizaciones civiles propusieron incluir opciones vinculadas a protección civil, apoyo social, salud o tareas ambientales. El gobierno no descarta incorporarlas más adelante dentro de un esquema conjunto de servicio al país.



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