Thomas Melchior va a los partidos de fútbol vistiendo la camiseta del equipo rival más odiado mientras sostiene un cartel que dice “perdí una apuesta”. Su estrategia busca provocar a los hinchas, generar atención y, sobre todo, generar debate sobre los riesgos de las apuestas deportivas. Sus encuentros quedan grabados y se publican en TikTok e Instagram, donde su campaña crece día a día en popularidad.
El método no está exento de riesgos. Los hinchas rivales raramente se mezclan en los estadios alemanes y la policía hace lo posible para separarlos. Algunos de los videos muestran a Melchior siendo insultado, empapado con cerveza o presionado para que se saque la camiseta.
“Sí, es peligroso, no lo recomendaría a nadie,” dijo Melchior a The Associated Press antes de revelar su camiseta oculta del Hertha Berlín en un partido contra el Unión Berlín.
Deudas y recuperación
El cartel dice que perdió una apuesta, pero Melchior perdió mucho más. Exbanquero, fue condenado en 2019 a cinco años y medio de prisión por fraude y robo, luego de perder más de EUR800.000 en apuestas deportivas. Perdió su trabajo, amigos y familia. Se sintió completamente solo y pensó incluso en suicidarse.
Ahora trabaja en reparar daños y pagar deudas. “Cuando se cerraron las esposas, fue el primer momento en que me sentí libre desde mi primera apuesta. Ahí comprendí que había sobrevivido a la adicción al juego,” contó. “Decidí que intentaría reparar todo el daño y salir de la prisión con las mejores condiciones posibles para poder informar y advertir sobre la adicción al juego. Por eso estoy aquí hoy.”
Críticas a la federación alemana
La campaña de Melchior coincide con un reclamo de la Unión de Jugadores Alemanes (VDV). La semana pasada pidieron a la Federación Alemana de Fútbol (DFB) que deje de aceptar fondos de patrocinadores de apuestas deportivas y que haga más para prevenir la adicción al juego.
“Es inaceptable que el DFB declare que ‘apoya la prevención efectiva de adicciones’ y, al mismo tiempo, venda enormes espacios publicitarios a proveedores de apuestas,” dijo Maik Franz, vicepresidente de la VDV y exjugador de la Bundesliga.
Competencias organizadas por la DFB, incluyendo la Copa Alemana, están patrocinadas por empresas de apuestas internacionales. Equipos de tercera división llevan el logo de estas compañías en sus mangas. Antes, otro proveedor patrocinaba esa división.
Franz acusó al DFB de “dañar la reputación del fútbol y enriquecerse a costa de personas con adicciones al juego y sus familias.”
Además, muchos clubes de la Bundesliga y de la segunda división, como Bayern Múnich, Borussia Dortmund y Bayer Leverkusen, publicitan proveedores de apuestas en sus camisetas y en carteles publicitarios, mostrando que también obtienen ganancias. Los espacios televisivos de apuestas dominan la publicidad.
“La publicidad omnipresente ya está afectando a niños y jóvenes,” señaló Franz. La DFB no respondió a pedidos de comentarios.
De la primera apuesta a la campaña internacional
Melchior contó que su adicción comenzó con su primera apuesta en un partido de la Champions League. “Vi un anuncio de apuestas en la televisión y no pensé que fuera un problema. Así empezó todo, y trece años después fui arrestado,” explicó.
Su objetivo ahora es llevar la campaña al extranjero, aunque su historial criminal dificulta los viajes. Por ejemplo, no pudo asistir al derby de Manchester para vestir la camiseta del Manchester United en el estadio del Manchester City.
“La adicción al juego no es solo un problema alemán. Por eso planeamos ir a otros países,” dijo Melchior. “Mi historial criminal complica la obtención de visas, debo pedirlas en la embajada. Toma tiempo, pero estoy seguro de que pronto nos veremos en Inglaterra.”
Thomas Melchior convirtió su experiencia en una advertencia visible. Cada camiseta rival que usa y cada cartel que sostiene recuerda que el juego puede destruir vidas y que la adicción requiere atención y prevención. Su campaña, audaz y riesgosa, busca que nadie más pierda tanto como él perdió.
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