Buenos Aires (AT) – Alemania conmemoró este domingo, 12 de mayo, el septuagésimo quinto aniversario del cese del histórico puente aéreo instaurado por los aliados para socorrer a Berlín Occidental, sitiado por las fuerzas soviéticas después de la Segunda Guerra Mundial.
Durante el evento, Boris Pistorius, ministro de Defensa alemán, hizo un llamado a la solidaridad internacional para mantener el orden y la paz global.
“El puente aéreo es un testimonio del valor de actuar correctamente. De no haber sido por la determinación de nuestros aliados, que rechazaron la indiferencia y el temor a los altos costos y riesgos, Berlín podría haber caído”, expresó en una ceremonia en la capital.
Añadió que, al igual que los aliados defendieron a Alemania en aquel entonces, es imperativo que hoy defendamos con firmeza nuestro orden internacional, así como la paz y la libertad.
El ministro, perteneciente al partido socialdemócrata, enfatizó que Alemania no puede permanecer inerte ante la imposición de regímenes autoritarios sobre naciones y pueblos soberanos.
“Es inaceptable permanecer pasivos ante la violación del derecho internacional, nuestro sistema y nuestros principios”, afirmó, señalando que esto es válido globalmente: en África, Medio Oriente, el Indo-Pacífico y, especialmente, en Ucrania. Pistorius también resaltó la importancia de la colaboración internacional.
El puente aéreo a Berlín: una campaña internacional única en la historia
Pilotos de Estados Unidos, Reino Unido, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia, entre otros aliados, formaron un corredor aéreo desde junio de 1948 hasta mayo de 1949, realizando cerca de 280.000 vuelos para transportar alimentos y suministros, asegurando así la subsistencia de la población berlinesa.
Como respuesta al establecimiento del marco alemán en Berlín Occidental, fruto de la reciente reforma monetaria en Alemania Occidental, la Unión Soviética bloqueó los accesos terrestres y acuáticos y limitó severamente el suministro de electricidad y gas. Gracias a los constantes aterrizajes, los aliados lograron garantizar la supervivencia de dos millones de habitantes.
La historia de lo que fue el primer round de la guerra fría
En agosto de 1945, Berlín se encontraba bajo control aliado, y el Imperio Japonés estaba a punto de capitular en el Pacífico. Los dirigentes de las naciones vencedoras se congregaron en Potsdam, Alemania, donde Harry S. Truman asumió la presidencia de EE.UU. tras el deceso de Roosevelt, y Clement Attlee reemplazó a Churchill como primer ministro británico. Josef Stalin, líder de la Unión Soviética era el tercer representante de las potencias vencedores. Francia no participó de la cumbre Potsdam, ni de la Teherán y Yalta, pero fue de todas formas rehabilitada como potencia. En Potsdam, se delinearon las fronteras y condiciones para la división de Alemania y las anexiones territoriales por parte de la Unión Soviética y Polonia.
El consenso inicial buscaba debilitar a Alemania para prevenir su resurgimiento como potencia dominante en Europa. Sin embargo, la perspectiva cambió hacia la reconstrucción alemana ante un inminente nuevo conflicto.
El dilema pendiente era Berlín, la capital del extinto Reich alemán, dividida en cuatro sectores por las fuerzas victoriosas, a pesar de estar enclavada en la zona de ocupación soviética.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, emergió un periodo de recelo mutuo, rivalidad ideológica, y tensión armamentística entre las potencias occidentales y la Unión Soviética, preludio de la Guerra Fría. La división de Berlín se convirtió en el epicentro de la primera gran crisis de esta era.
Del 24 de junio de 1948 al 12 de mayo de 1949, la sección de Berlín administrada por EE.UU., Reino Unido y Francia fue prácticamente aislada del oeste por Stalin, sobreviviendo sus dos millones de habitantes gracias al puente aéreo (Berliner Luftbrücke).
Durante ese año, se transportaron dos millones de toneladas de suministros esenciales en 277.569 vuelos, alcanzando un pico de 300 vuelos diarios con 5.000 toneladas. El aeropuerto de Tempelhof, principal en Berlín y ubicado en la zona estadounidense, y el aeródromo militar de Gatow, en la zona británica, fueron los centros de esta operación.
La necesidad llevó a la rápida construcción de un tercer aeródromo en Tegel, dentro de la zona francesa. El bloqueo terrestre soviético de Berlín parecía sentenciar el fin de la alianza antinazi y augurar un nuevo conflicto mundial.
Los planes de Stalin para la Alemania de la posguerra
Tras la guerra, la implementación de los acuerdos de Potsdam fue compleja. Mientras las potencias occidentales debatían el futuro rol de Alemania, para los soviéticos la visión era clara: Alemania debía resurgir como un estado comunista bajo influencia de Moscú, evitando así una nueva agresión como la “Operación Barbarroja” de 1941, que desató una guerra devastadora en el este.
Los líderes comunistas alemanes fueron convocados para iniciar este proceso, brindando un fuerte respaldo al Partido Comunista de Alemania (KPD), histórico pero suprimido por el régimen nazi, cuyos miembros habían encontrado refugio en la URSS.
En 1946, las crecientes tensiones ideológicas y la devastación posbélica llevaron a la Unión Soviética a cesar el envío de alimentos y combustible a las zonas ocupadas por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, incumpliendo los acuerdos de Potsdam. Como respuesta, estos aliados occidentales también detuvieron el envío de maquinaria industrial a la zona soviética.
La falta de cooperación entre Moscú y las potencias occidentales se hizo evidente, y en enero de 1947, Estados Unidos y Gran Bretaña decidieron fusionar sus zonas de ocupación en Alemania, creando la “bizona”. Posteriormente, en 1948, Francia se unió a esta unión, formando la “trizona”, con el fin de asegurar el desarrollo económico de los territorios alemanes occidentales. Este movimiento incluyó la reintroducción del marco alemán como moneda, lo que sentó las bases para el establecimiento de la República Federal de Alemania.
En represalia por la formación de la trizona, Stalin intensificó la confrontación al bloquear el 24 de junio todos los accesos terrestres y fluviales a Berlín, aislándola dentro de la zona de ocupación soviética. Además, anunció la introducción de una nueva moneda para su zona.
Solo dos días después, se inició la “Operación Vittles” (Operación Víveres), con aviones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y la Real Fuerza Aérea Británica transportando alimentos y suministros esenciales. Aunque Francia no pudo contribuir con aeronaves, participó construyendo el aeródromo de Tegel.
Existían tres corredores aéreos establecidos por acuerdos previos con los soviéticos, que conectaban Berlín Occidental con la trizona. El corredor norte unía Hamburgo y Bremen con Tegel; el central, Hanover y Colonia con Gatow; y el sur, Frankfurt y Múnich con Tempelhof. Estos corredores, de solo 32 kilómetros de ancho, permitían vuelos a una altitud máxima de 3.000 metros para evitar interferencias con operaciones militares soviéticas. Estos corredores se mantuvieron hasta la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Los aviones principales en el Puente Aéreo estadounidense incluyeron los Douglas C-47 Skytrain, C-54 Skymaster y C-74 Globemaster; los Fairchild C-82 Packet; y los Boeing C-97 Stratofreighters. Los británicos utilizaron los Avro Lancaster y Lincoln, y los cargueros Avro York y Handley Page Hastings, que a veces lanzaban suministros por paracaídas.
Este esfuerzo logró sostener a los habitantes de una Berlín devastada por la guerra y con servicios públicos limitados. A pesar de los problemas iniciales, el Puente Aéreo se optimizó y el flujo de bienes se mantuvo incluso durante el invierno, asegurando la supervivencia de la ciudad. Los pilotos recibieron apodos cariñosos como “Der Schokoladen Flieger” (El aviador de chocolate) por parte de los niños berlineses, y los vuelos fueron conocidos como “Rosinenbomber” (bombarderos de pasas), un término que, retrospectivamente, parece irónico considerando que solo tres años antes, esos mismos aviones y pilotos habían bombardeado Berlín. Sin embargo, en ese momento, fue un gesto de agradecimiento.
La superación del bloqueo aéreo, combinada con un embargo impuesto por las potencias occidentales a la zona soviética, los costos políticos de restringir el acceso y el incremento de las tensiones militares, parecen haber motivado a Moscú a reabrir las rutas terrestres y fluviales hacia Berlín Occidental el 12 de mayo de 1949. El Puente Aéreo continuó operando hasta el 30 de septiembre para garantizar el suministro completo de la ciudad.
El nacimiento de la OTAN y de las “dos Alemanias”
La enemistad entre el bloque de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que se habían unido militarmente en la recién formada OTAN un mes antes, y la Unión Soviética, se hizo evidente.
Diez días después del levantamiento del bloqueo, se proclamó la República Federal de Alemania (Bundesrepublik Deutschland) en el territorio de la trizona aliada. El 7 de octubre de ese año, se estableció la República Democrática Alemana (Deutsche Demokratische Republik) en la zona soviética.
Así, se superó la primera gran crisis, pero era solo el comienzo de la Guerra Fría. Berlín aún tendría un largo camino por recorrer, incluyendo la construcción del tristemente célebre Muro de Berlín por las autoridades soviéticas, que este año cumplirá 35 años de su caída, marcando uno de los primeros y más significativos frentes de un conflicto que definiría el siglo XX y moldearía el mundo por venir.
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