Buenos Aires (AT) – Múnich, reconocida mundialmente por el festival de cerveza Oktoberfest, inaugurará hoy su primer Biergarten (jardín de cerveza) sin alcohol. Esta iniciativa responde a los cambios en los hábitos de consumo y a la creciente preocupación por el consumo excesivo de alcohol en público.
Die Null (El Cero), ubicado cerca de la estación principal de trenes de la capital bávara, ofrecerá exclusivamente bebidas sin alcohol, mocktails, jugos, agua y cervezas sin alcohol. Con esta propuesta, se busca cambiar la imagen de la zona, asociada con el exceso de bebida y el desorden.
Los operadores de restaurantes, hoteles y lugares culturales cercanos, que gestionarán el jardín de cerveza en conjunto, se quejan desde hace tiempo de los turistas que llegan en tren bebiendo en exceso. Múnich es conocida globalmente como un paraíso cervecero, pero se quiere dar una nueva imagen más sobria y familiar.
Nuevos hábitos, nuevos consumos
Los visitantes del Biergarten podrán llevar su propia comida y disfrutar de entretenimiento en vivo gratuito, incluyendo bandas, coros, artistas solistas y noches de baile con DJ y fiestas juveniles. El objetivo de Múnich es “mejorar” la zona y “reintegrarla en el centro de la sociedad”, según su administración municipal. El consumo de cerveza ha disminuido constantemente en Alemania, lo que motiva este tipo de iniciativas.
Florian Schönhofer, propietario de un bar y patrocinador de Die Null, explicó a The Guardian que el proyecto no busca eliminar el alcohol de manera permanente, sino mostrar alternativas atractivas. Schönhofer también comentó que en sus 20 años en el comercio ha observado una “disolución de fronteras” respecto al consumo de alcohol, con “jóvenes en trajes de negocios que no dudan en beber su cerveza en el tren de cercanías”.
La reacción a los planes ha sido positiva hasta ahora, aunque Schönhofer admitió que podrían enfrentar pérdidas económicas. Señaló que mientras algunos clientes podían beber 10 cervezas en una noche, pocos pedirían 10 jugos de frutas.
Un grupo de trabajo municipal está enfocado en desalentar a las ruidosas multitudes que frecuentan la estación de trenes y los parques de la ciudad, buscando hacer estos lugares más seguros y acogedores, mientras se combate la violencia y el tráfico de drogas.
Baja el consumo de cerveza en Alemania
Die Null, que será inaugurado por el alcalde de la ciudad, Dieter Reiter, operará hasta el 15 de septiembre, una semana antes del inicio del Oktoberfest.
El año pasado, una convención de la iglesia en Núremberg experimentó con un jardín de cerveza sin alcohol por un día, y un pub en Großenohe, cercano a Múnich, eliminó recientemente el alcohol de su menú, sumándose a su oferta libre de gluten y lactosa.
El consumo de cerveza en Alemania ha estado en declive desde la década de 1990. Con un promedio per cápita de 88 litros al año, Alemania se encuentra ahora detrás de la República Checa, Austria y Polonia. Este cambio en los hábitos de consumo amenaza la supervivencia de algunas cervecerías tradicionales, mientras que otras están apostando por las cervezas sin alcohol, que han ganado popularidad por su buen sabor, menos calorías y ausencia de resacas.
Además, este año, Alemania se convirtió en el primer gran país de la UE en permitir legalmente el uso recreativo personal de cannabis.
Oktoberfest: la fiesta de la cerveza
El Oktoberfest es una de las celebraciones más famosas del mundo, conocida por su vibrante ambiente, trajes tradicionales y, por supuesto, una gran cantidad de cerveza. Esta festividad tiene lugar anualmente en Múnich, Alemania, y atrae a millones de visitantes de todas partes del mundo.
El primer Oktoberfest se celebró en 1810 para conmemorar el matrimonio del príncipe Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. La festividad tuvo tanto éxito que se decidió repetirla cada año. Originalmente, era una feria agrícola con carreras de caballos y otras actividades, pero con el tiempo, la cerveza se convirtió en el centro de la celebración.
Contrario a lo que sugiere su nombre, el Oktoberfest comienza a mediados de septiembre y termina a principios de octubre, durando entre 16 y 18 días. La fiesta se lleva a cabo en Theresienwiese, un gran prado en el centro de Múnich, llamado así en honor a la princesa Teresa.
El Oktoberfest es famoso por sus enormes carpas de cerveza, donde las cervecerías locales sirven sus mejores brebajes. Estas carpas pueden albergar a miles de personas y ofrecen una variedad de cervezas, comidas tradicionales bávaras como pretzels, salchichas y chucrut, y música en vivo interpretada por bandas locales.
Además de las carpas de cerveza, el festival cuenta con una feria con atracciones mecánicas, juegos y puestos de comida. Las personas que asisten suelen vestirse con trajes tradicionales bávaros: los hombres usan lederhosen y las mujeres dirndls, lo que añade un toque de autenticidad y color a la celebración.
El Oktoberfest no es solo una fiesta de cerveza; es una celebración de la cultura bávara y su patrimonio. Los desfiles de trajes tradicionales, las competiciones de yodel, y las danzas folclóricas son parte integral del festival, mostrando la rica historia y costumbres de la región.
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