Buenos Aires (AT) – La escalada de la guerra híbrida llevada adelante por Rusia ha puesto en alerta a Europa. Con operaciones que abarcan desde ciberataques hasta sabotajes a infraestructuras críticas, las acciones del Kremlin subrayan un enfoque estratégico que combina elementos militares y no militares para desestabilizar a sus adversarios. Esta amenaza ha ganado visibilidad tras una serie de incidentes recientes que exponen las vulnerabilidades del continente.
La tensión en el Báltico aumentó tras reportarse daños a cables submarinos de comunicación en la región. Según el Bundesnachrichtendienst (BND), el servicio de inteligencia alemán, estas acciones son parte de una estrategia deliberada para erosionar la seguridad europea. Aunque en algunos casos se apuntó a la participación de barcos bajo bandera china con capitanes rusos, la atribución exacta de estas operaciones sigue siendo incierta.
Johann Schmid, coronel del ejército alemán y experto en guerra híbrida, explicó en una entrevista con el sitio alemán WirtschaftsWoche, la dificultad de señalar responsabilidades: “Los actores híbridos, como Rusia, operan a través de intermediarios para ocultar su implicación. Esto genera una ‘zona gris’ que dificulta las respuestas claras”. Este patrón se repite en incidentes como el reciente accidente de un avión DHL en Lituania, cuyas causas aún no están confirmadas, pero encajan en el esquema de las tácticas rusas.
El factor Trump y la intensificación del conflicto
La próxima asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos en enero de 2025 añade complejidad al panorama. El BND advirtió que el Kremlin podría aprovechar la incertidumbre sobre el compromiso estadounidense con el artículo 5 del Tratado de la OTAN, que garantiza la defensa colectiva de sus miembros.
Schmid subrayó cómo esta situación puede haber llevado a Rusia a intensificar sus acciones en Ucrania antes del cambio político en Washington. En respuesta, potencias como Estados Unidos, Francia y el Reino Unido han autorizado ataques ucranianos en territorio ruso utilizando misiles occidentales. “La reacción del Kremlin ha sido recurrir a estrategias no lineales, desde la desinformación hasta el sabotaje”, afirmó el experto en una entrevista con el sitio alemán WirtschaftsWoche.
Un arsenal híbrido en constante expansión
Desde la anexión de Crimea en 2014, Rusia ha perfeccionado su arsenal híbrido. Además de los sabotajes y ciberataques, utiliza herramientas como la propaganda, la manipulación de flujos migratorios y la intimidación nuclear para sembrar caos en Europa. Según Schmid, uno de los métodos más preocupantes es la llamada “migración armada”, que Rusia emplea para desestabilizar países como Polonia y Lituania.
El BND advirtió que estos ataques no militares pueden ser tan destructivos como los enfrentamientos armados. “La capacidad de Rusia para operar en múltiples frentes es una amenaza sin precedentes para la seguridad europea”, señaló Schmid.
Respuesta europea: integración en seguridad y cautela
Frente a esta amenaza, Europa ha comenzado a articular una estrategia más integrada. Alemania, por ejemplo, incluyó en su Estrategia Nacional de Seguridad el concepto de “seguridad integrada”, que busca coordinar acciones entre actores civiles y militares para proteger infraestructuras críticas y mitigar ataques híbridos.
Sin embargo, los expertos advierten que estos esfuerzos aún son insuficientes. “Alemania y Europa necesitan desarrollar un enfoque más holístico para enfrentar los conflictos híbridos”, opinó Schmid. Un caso que subraya esta necesidad es el de los sabotajes a los gasoductos Nord Stream en 2022, cuya autoría aún genera controversias.
Un delicado equilibrio entre guerra y paz
Las tácticas híbridas buscan operar en las grietas de los sistemas políticos y de seguridad occidentales, moviéndose entre las fronteras de guerra y paz. Según Schmid, “estas acciones explotan la falta de claridad en la asignación de responsabilidades entre actores civiles, militares y no estatales”.
Un ejemplo actual es el conflicto en la región del Báltico, donde un barco chino acusado de cortar cables submarinos ha sido retenido mientras un buque de guerra ruso patrulla la zona. “Estas operaciones híbridas pueden permanecer sin escalar militarmente por largos periodos, pero siempre existe el riesgo de un conflicto abierto”, afirmó el coronel.
El impacto en Ucrania y más allá
En Ucrania, las tácticas híbridas se han entrelazado con acciones militares convencionales. La invasión rusa en 2022 comenzó como una operación híbrida, combinando desinformación y ataques cibernéticos con avances militares. Sin embargo, las capacidades de defensa ucranianas, respaldadas por Occidente, han cambiado el curso del conflicto.
“El fracaso ruso en Ucrania demuestra que incluso las operaciones híbridas tienen límites y están sujetas a errores de cálculo”, explicó Schmid a WirtschaftsWoche. A pesar de esto, Europa debe prepararse para un panorama en el que estos métodos continúen evolucionando.
Preparación necesaria para una guerra invisible
La creciente sofisticación de las tácticas híbridas rusas plantea un desafío significativo para Europa. Desde la desinformación hasta el sabotaje, el Kremlin ha demostrado una capacidad inigualable para explotar vulnerabilidades. Mientras las tensiones aumentan, expertos como Johann Schmid insisten en la necesidad de desarrollar estrategias que no solo respondan a estas amenazas, sino que también las anticipen.
“La guerra híbrida no se limita a los campos de batalla tradicionales. Es un enfrentamiento que ocurre en el ciberespacio, en la política y en la economía. Europa debe actuar ahora para protegerse”, concluyó Schmid.
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