Buenos Aires (AT) – Austria, conocida por su riqueza en suministro de agua, no es inmune a los efectos del cambio climático. Sin embargo, el país alpino ha sabido aprovechar tanto sus recursos como sus puntos de escasez para innovar y convertir la sustentabilidad en parte de su “modelo de negocio nacional”.
Austria es hoy reconocida en el mundo como un país que- a pesar de sus limitaciones geográficas y otros condicionamientos- está en la vanguardia en el camino hacia un modo de vida más acrode a las necesidades del futuro. Su embajador Andreas Melán lo describe en la entrevista exclusiva que le dio al Argentinisches Tageblatt.
Con motivo de un nuevo aniversario de su Día Nacional, aquí el ejemplo que grafica ese cambio en primera persona de la mano de una pequeña comunidad en Carintia, uno de los nueve estados austríacos, que hoy se destaca por saber aprovechar así lo más básico del agua: cada gota.
Cuando la gota de agua se convierte en oro líquido
La comunidad de Neuhaus, ubicada en el distrito de Völkermarkt, decidió dar el primer paso hacia digitalización en colaboración con el gobierno local y una subsidiaria del proveedor de energía Kelag. Este proyecto constó en cambiar los contadores de agua tradicionales por medidores inteligentes, que se conectaron a una red inalámbrica. El avance tecnológico permitió la lectura a distancia de los medidores de agua individuales, además de la supervisión en tiempo real del nivel de agua. La iniciativa fue tan exitosa que recibió el Premio A1 Kommunal Digital.
Sin embargo, lo que captó la atención de expertos no fue solo la eficiencia en la lectura de medidores, sino las oportunidades adicionales que ofrecía la infraestructura. Este proyecto surgió como respuesta a un problema mayor relacionado con el cambio climático: la disminución de los niveles de agua en los depósitos de agua potable, agravada por la creciente demanda debido a las altas temperaturas.
Según Heimo Hirner, director del Vienna Institute for Safety and Systems Engineering en la Universidad de Ciencias Aplicadas Campus Wien, un sistema de monitoreo así aborda esta cuestión de dos maneras fundamentales. En primer lugar, proporciona una visión precisa del consumo real de agua, lo que permite pronosticar los consumos y que el alcalde tome medidas restrictivas durante las épocas de sequía. En segundo lugar, el sistema ayuda a identificar rápido las pérdidas de agua, causadas por tuberías antiguas y dañadas que las comunidades con recursos limitados no pueden renovar por completo. Al detectar fugas de forma temprana, se evita una pérdida constante de agua.
El sistema funciona de manera sencilla, según describe el diario Der Standard: mide la cantidad de agua que fluye desde los depósitos de agua hacia los consumidores, y controla el consumo en los hogares utilizando datos de medidores que se recopilan cada tres horas. Cualquier desviación entre estos datos indica un problema en la infraestructura. Además, el sistema puede detectar problemas dentro de los hogares individuales, como fugas por olvidarse de cerrar la canilla durante las vacaciones. En tal caso, se envía automáticamente una alerta a las autoridades.
Para asegurar que las alarmas sean significativas, se ha implementado un criterio inteligente, evitando alertas innecesarias por desviaciones normales, como el aumento de consumo al mudarse a una casa previamente desocupada.
Sin embargo, el potencial del sistema aún no se ha agotado. El proyecto, desarrollado por estudiantes en el marco del programa de posgrado en Diseño e Ingeniería de Software, se llevó a cabo sin financiamiento público y ha demostrado ser altamente escalable y eficaz.
El problema del agua en el mundo
Según un reporte de la ONU publicado este años, a nivel mundial 2 mil millones de personas (26% de la población) no tienen acceso a agua potable segura, y 3.6 mil millones (46%) carecen de acceso a saneamiento gestionado de manera segura.
Además, entre dos y tres mil millones de personas experimentan escasez de agua durante al menos un mes al año, lo que representa graves riesgos, especialmente en lo que respecta a la seguridad alimentaria y el acceso a la electricidad. La población urbana global que enfrenta escasez de agua se prevé que se duplique, pasando de 930 millones en 2016 a 1.7-2.4 mil millones de personas en 2050.
A principios de 2020, ya se habían utilizado más de 2.141.668.773 toneladas de agua dulce en todo el mundo. La Oficina Europea de Estadísticas asegura que cada año la población mundial utiliza aproximadamente 151,85 billones de pies cúbicos de agua dulce. Esa cantidad de agua es comparable a 50 piletas olímpicas evaporándose cada segundo.
Finlandia tiene los recursos de agua dulce más abundantes en la Unión Europea disponibles para sus ciudadanos: aproximadamente 704.527 metros cúbicos por persona. Justo después de Finlandia, Suecia también es muy rica en agua. Sus habitantes pueden usar hasta 685.458 metros cúbicos de agua. Noruega, por su parte, tiene muchos más recursos de agua: casi 2,5 millones de metros cúbicos por habitante, pero no es miembro de la Unión Europea, donde Malta tiene los recursos de agua más bajos por persona (6.251 metros cúbicos).
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