Dresde vivió horas de tensión este miércoles por la aparición de una bomba sin explotar de la Segunda Guerra Mundial. El artefacto fue descubierto durante tareas de limpieza en la zona del puente Carola, una estructura colapsada desde septiembre de 2024. Ante el riesgo, las autoridades ordenaron evacuar a unas 17.000 personas en el casco histórico de la ciudad, incluyendo residentes, turistas y trabajadores.
El hallazgo paralizó gran parte del centro. La bomba, de fabricación británica y con un peso de 250 kilos, fue encontrada bajo los escombros del puente. Especialistas en explosivos intervinieron de inmediato. Luego de un operativo que duró varias horas, lograron desactivarla sin que se registraran daños ni heridos. El transporte público se reforzó con micros especiales para facilitar el traslado de los evacuados.
Entre las zonas afectadas estuvieron la Frauenkirche —símbolo de la reconstrucción alemana tras la guerra— y varios hoteles cercanos al río Elba. La evacuación incluyó medidas de seguridad adicionales debido a la proximidad de áreas turísticas y edificios históricos.
Un puente colapsado y una amenaza oculta por décadas
El puente Carola, uno de los principales cruces del Elba en Dresde, sufrió un colapso parcial en la madrugada del 23 de septiembre de 2024. Desde entonces, se encuentra inhabilitado y en proceso de demolición. Durante los trabajos de remoción de escombros surgió el hallazgo: una bomba enterrada desde hace más de ocho décadas.
La ciudad de Dresde fue uno de los blancos más atacados durante la Segunda Guerra Mundial. Entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, fue bombardeada por la Royal Air Force y la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Las cifras estimadas de muertos varían, pero se calcula que más de 25.000 personas perdieron la vida en esos días. El centro histórico quedó en ruinas.

El hallazgo de esta bomba no es un hecho aislado. En Alemania todavía quedan miles de artefactos sin detonar. Muchos fueron lanzados y no explotaron. Otros se encuentran a gran profundidad. Se calcula que entre un 10% y un 15% de las bombas lanzadas durante la guerra no llegaron a estallar.
Alemania, bajo tierra explosiva
En los últimos años se multiplicaron los hallazgos de este tipo de artefactos. En junio de 2025, más de 20.000 personas fueron evacuadas del centro de Colonia por el hallazgo de tres bombas estadounidenses, dos de 20 toneladas y una de 10, todas con espoletas de impacto. La operación fue la más grande en la ciudad desde el fin de la guerra. Se evacuaron hospitales, geriátricos, escuelas y hasta un estudio de televisión.
En marzo de este año, una bomba fue encontrada cerca de las vías de la estación Gare du Nord, en París. En febrero, se hallaron más de 170 bombas en un parque infantil del norte de Inglaterra. Y en octubre de 2024, una bomba explotó en un aeropuerto de Japón, dejando varios heridos.
Riesgo latente y costos elevados
El desminado de artefactos de la Segunda Guerra representa un gasto constante para las ciudades alemanas. Cada operación requiere logística, evacuaciones, interrupciones de servicios y personal calificado. Según cifras del Ministerio del Interior de Alemania, en 2024 se detectaron más de 2.000 bombas en territorio alemán.
El costo de una operación de evacuación masiva como la de Dresde puede superar los 1,5 millones de euros, dependiendo del tiempo de duración, el tamaño del área afectada y la complejidad del dispositivo encontrado. A esto se suma el impacto en el turismo, la actividad comercial y el transporte público.

Estas situaciones obligan a tomar precauciones durante cualquier obra pública o excavación. Los operativos de remoción o desactivación requieren personal especializado y medidas de seguridad extremas. En el caso de Dresde, intervinieron técnicos de la unidad de desactivación de explosivos de Sajonia, quienes trabajaron con equipamiento blindado y trajes protectores.
El puente Carola, donde se halló la bomba, será demolido por completo antes de octubre de este año. El municipio ya está evaluando si se revisarán otras áreas cercanas antes de avanzar con las obras definitivas. Las autoridades buscan evitar nuevas sorpresas bajo tierra.
Una ciudad que convive con su pasado
La Frauenkirche, uno de los edificios más emblemáticos de Dresde, fue destruida casi por completo durante los bombardeos aliados. Recién en 1994 comenzó su reconstrucción, ladrillo por ladrillo, con técnicas tradicionales y materiales originales. Hoy es un símbolo de paz, memoria y resistencia.
La evacuación de este miércoles incluyó a varios hoteles ubicados cerca del puente y del centro histórico. Algunos turistas debieron salir de sus habitaciones en plena madrugada. El servicio de transporte urbano organizó traslados a zonas seguras con apoyo de voluntarios.
A pesar del susto, el operativo fue considerado exitoso. La bomba fue desactivada, no se registraron daños colaterales y la ciudad retomó su ritmo habitual al final del día. Sin embargo, el hecho vuelve a recordar que las huellas de la guerra siguen vivas bajo el suelo de Europa. En Alemania, se calcula que todavía pueden quedar más de 100.000 bombas sin explotar.



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