El gobierno de Nueva Zelanda firmó en agosto de 2024 la orden de extradición de Kim Schmitz, más conocido como Kim Dotcom, a Estados Unidos. La decisión pone fin a más de una década de batallas legales y mediáticas. Dotcom es acusado de encabezar una red criminal global dedicada a la piratería digital a través del sitio Megaupload, que en su apogeo concentró el 4% del tráfico total de Internet.

De hacker adolescente a magnate de la piratería
Kim Dotcom nació en Kiel, Alemania, en 1974. Desde muy joven se vinculó al mundo del hacking. A los 20 años ya acumulaba antecedentes por fraude informático, espionaje de datos y uso indebido de redes telefónicas. Tras algunas condenas en Alemania, se trasladó a Asia y luego a Hong Kong, donde en 2005 fundó Megaupload.
El sitio ofrecía almacenamiento en la nube, pero se convirtió rápidamente en la plataforma preferida para compartir archivos pirateados: películas, series, música y software. En 2010, Megaupload contaba con 180 millones de usuarios registrados y generaba ingresos por más de 175 millones de dólares, según el FBI.

El operativo cinematográfico que marcó su caída
El 20 de enero de 2012, Dotcom fue detenido en su mansión de US$ 30 millones en Coatesville, Nueva Zelanda, en una operación conjunta entre la policía local y el FBI. La redada incluyó helicópteros, fuerzas especiales y cobertura mediática. Las autoridades estadounidenses lo acusaron de crimen organizado, lavado de dinero y violación masiva de derechos de autor.
La industria del entretenimiento estimó las pérdidas causadas por Megaupload en más de US$ 500 millones. Dotcom, por su parte, sostuvo que era víctima de una persecución política. “Nueva Zelanda es una obediente colonia de Estados Unidos”, escribió en la red social X tras conocerse la orden de extradición.
Un juicio que nunca llegó, pero podría estar cerca
Desde su arresto, Dotcom logró demorar su extradición con una serie de apelaciones judiciales. En 2020, la Corte Suprema de Nueva Zelanda autorizó el proceso, pero dejó abierta la posibilidad de una revisión judicial. Finalmente, en agosto de 2024, el ministro de Justicia neozelandés firmó la orden de extradición.
A pesar de esa decisión, Dotcom aún permanece en el país. A fines de noviembre de 2024, informó haber sufrido un ACV y desde entonces se desplaza en silla de ruedas. Publicó una foto familiar en Navidad, rodeado de sus hijos y su esposa.

Lujo, videojuegos y una derrota política
Durante los años de bonanza, Kim Dotcom llevó una vida de excesos: autos de lujo con patentes personalizadas (“GOD”, “STONED”), fiestas con celebridades, chefs internacionales y partidas de videojuegos. En un momento, llegó a ser el número uno mundial en Call of Duty. También lanzó un disco de música electrónica en 2014.
Ese mismo año fundó el Internet Party, un partido político que defendía la privacidad digital y los derechos de los usuarios. Nunca obtuvo representación parlamentaria y fue dado de baja en 2018.

Un legado controvertido
En 2019 anunció un nuevo proyecto, K.im, basado en criptomonedas y distribución descentralizada de contenidos. A pesar de las promesas, el sistema no despegó. Hoy, Dotcom conserva algo de influencia en redes sociales, pero está lejos del poder que supo ostentar. Para sus seguidores, es un símbolo de resistencia frente a las grandes corporaciones. Para sus detractores, un pirata digital que hizo fortuna explotando un vacío legal. Su destino está ahora en manos de la justicia estadounidense. Si es extraditado y condenado, podría pasar décadas en prisión.






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