Alemania enfrentó la semana pasada una serie de incursiones aéreas de drones sobre instalaciones militares, fábricas vinculadas a la defensa y plantas energéticas en el estado de Schleswig-Holstein, en la frontera con Dinamarca. Los vuelos ocurrieron durante la noche del 25 al 26 de septiembre y se sumaron a reportes en otros puntos del país, como Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Baviera.
Los objetos voladores fueron detectados sobre una refinería de petróleo en Heide, el hospital universitario de Kiel, un astillero naval de ThyssenKrupp Marine Systems, el parlamento regional y una planta de energía costera. Testigos describieron incluso una “drone madre” que liberaba aparatos más pequeños.

Advertencias oficiales
La ministra del Interior de Schleswig-Holstein, Sabine Sütterlin-Waack, confirmó ante el parlamento regional que los avistamientos involucraron drones de “distintos tipos y tamaños”, algunos sobre infraestructura crítica. Si bien varios de los reportes pudieron descartarse, otros permanecen bajo investigación.
“Estos incidentes, al igual que lo ocurrido en países vecinos como Dinamarca o Polonia, buscan principalmente generar incertidumbre y desestabilizar Europa. Son instrumentos típicos de la guerra híbrida”, afirmó la funcionaria de la Unión Demócrata Cristiana (CDU).
La jefa de fiscales de la región, Stephanie Gropp, informó que la fiscalía abrió una investigación formal por posible espionaje sobre infraestructura crítica.

Un problema compartido en Europa
En las últimas semanas, drones y aeronaves rusas violaron reiteradamente los espacios aéreos de Polonia, Rumania, Noruega y Estonia, mientras que en Dinamarca los aeropuertos de Copenhague y otros puntos debieron suspender operaciones por actividades sospechosas. También se reportaron drones sobre instalaciones energéticas en el Mar del Norte operadas por la empresa noruega Equinor.
El ministro del Interior alemán, Alexander Dobrindt, reconoció que no todos los vuelos corresponden a drones de potencias extranjeras, pero advirtió: “Los sobrevuelos son una señal de alerta. Debemos responder con la medida justa a cada amenaza”.
El primer ministro de Schleswig-Holstein, Daniel Günther, fue más categórico: “Está claro que estos incidentes forman parte de intentos de desestabilización, al igual que la desinformación o el sabotaje. Necesitamos con urgencia una defensa antidrone eficaz y operativa”.
Limitaciones defensivas
La respuesta alemana enfrenta un problema estructural. El país desmanteló en 2010 buena parte de sus sistemas de defensa aérea y aún carece de medios adecuados para neutralizar drones de forma segura en zonas pobladas. Disparar contra estos aparatos en entornos urbanos implicaría riesgos de que restos impacten sobre civiles o infraestructura.
Según reveló el semanario Der Spiegel, algunos vuelos podrían haber tenido como origen naves en el mar Báltico, aunque expertos descartan que los drones utilizados pudieran operar desde barcos tanque. La publicación también señaló que los aparatos avistados en el puerto de Rostock eran grandes cuadricópteros de más de 2,5 kilos, volando de manera “coordinada y sincronizada”.

Reacción internacional
La ola de incidentes llevó a Francia, Alemania y Suecia a anunciar el despliegue de personal militar y sistemas antidrone en Dinamarca durante las cumbres europeas en Copenhague. Estados Unidos también sumó aviones de patrulla marítima P-8 Poseidon en Noruega para reforzar la vigilancia en el Báltico.
Mientras tanto, la OTAN sigue con atención las incursiones rusas. En septiembre, tres cazas MiG-31 ingresaron durante 12 minutos en el espacio aéreo de Estonia antes de ser interceptados. Polonia derribó varios drones rusos en su territorio y Rumania detectó incursiones similares.

Perspectivas
Para las autoridades alemanas, los incidentes recientes no constituyen aún una amenaza concreta contra la población, pero sí marcan un desafío creciente. Sütterlin-Waack insistió en que “la defensa contra drones debe fortalecerse en coordinación con los estados del norte y con los socios europeos”.
En tanto, Dobrindt anunció que el gobierno federal prepara un proyecto de ley que permitirá a las Fuerzas Armadas derribar drones en circunstancias específicas. “No podemos permitirnos la indefensión ante este tipo de provocaciones”, subrayó.




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