La presidenta del Bundestag, Julia Klöckner, declaró que “Alemania es el burdel de Europa” y reclamó un cambio profundo en la legislación que regula la prostitución. Sus dichos, emitidos durante la entrega del premio Heldinnen-Award en Berlín, reavivaron una discusión que divide aguas entre feminismo, libertades individuales y derechos humanos.
La propuesta: el modelo nórdico como alternativa
Klöckner, dirigente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), propuso que Alemania adopte el llamado “modelo nórdico”, ya vigente en Suecia y Noruega. Este sistema penaliza a quienes compran sexo pero no a quienes lo venden, promoviendo a su vez programas estatales para que las trabajadoras sexuales puedan abandonar la actividad.

“Debemos prohibir la prostitución y el sexo pago en nuestro país”, afirmó Klöckner en su discurso. Y agregó: “Decir que la prostitución es un trabajo como cualquier otro es ridículo y ofensivo para las mujeres”.
Una crítica al sistema actual
Según la presidenta del parlamento, la legislación alemana actual “no protege a las mujeres”. En 2017 entró en vigencia el Prostituiertenschutzgesetz, que exige el registro obligatorio de quienes ejercen la prostitución y la licencia para los establecimientos. No obstante, Klöckner cuestionó que estas leyes no logran frenar la violencia, la coacción y la trata.

“Ni la ley de prostitución ni la de protección a las prostitutas fortalecen efectivamente los derechos de las mujeres”, sentenció. Sostuvo que el sistema actual favorece la explotación y consolida el poder masculino sobre los cuerpos femeninos.

Cifras que alarman
Las estadísticas oficiales dan cuenta de 32.000 trabajadoras sexuales registradas, pero otras fuentes, como la Federación Alemana de Sindicatos Fiscales, estiman que el número real supera las 250.000 personas. Algunas organizaciones llegan a hablar de hasta 700.000.
Estas cifras, sumadas a los casos de trata y explotación sexual, han convertido a Alemania en uno de los mercados más activos de Europa. De allí el calificativo de Klöckner, que generó apoyo en algunos sectores y fuerte repudio en otros.

Premio a dos referentes contra la explotación sexual
Durante la ceremonia, se premió a las trabajadoras sociales Sabine Constabel y Cathrin Schauer-Kelpin con el Heldinnen-Award (Premio Heroínas), por su labor de asistencia a víctimas de prostitución forzada. Constabel lleva más de 30 años ayudando a mujeres a salir de la prostitución; Schauer-Kelpin lidera la organización KARO, centrada en combatir la trata y la explotación sexual infantil.
Una mirada desde el sur
Desde Argentina, la discusión en Alemania resuena con particular fuerza en organizaciones que también denuncian la mercantilización del cuerpo femenino. Aunque el contexto legal y social es diferente, las problemáticas de fondo -violencia, vulnerabilidad, desigualdad- son universales.

El debate vuelve a poner sobre la mesa la tensión entre libertad individual y protección de derechos, y obliga a los Estados a revisar si sus leyes realmente garantizan dignidad y autonomía a quienes están en situación de prostitución.




Hacé tu comentario