Unos 37.000 soldados estadounidenses en Alemania, incluidos los destinados en la base aérea de Ramstein y en la guarnición de Baviera, atraviesan días de incertidumbre. La paralización del gobierno de EE.UU. por la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos mantiene en riesgo el pago de sus salarios. El cierre, iniciado el 1 de octubre, se convirtió en el más largo de la historia del país.
El Ejército estadounidense publicó una guía con consejos para sobrellevar la situación. Incluye enlaces a ayudas de emergencia, préstamos y bancos de alimentos locales. Entre las recomendaciones figura acudir a organizaciones alemanas que ofrecen reparto gratuito de comida o frigoríficos comunitarios donde los vecinos dejan alimentos sobrantes.
Sin acceso a beneficios sociales en Alemania
El experto en derecho laboral Michael Fuhlrott explicó que los soldados extranjeros no pueden recibir prestaciones alemanas, ya que su estadía es temporal. La normativa de la OTAN impide aplicar a las tropas extranjeras las leyes locales de seguridad social y bienestar, lo que excluye subsidios como el de ciudadanía o el desempleo. El objetivo es evitar una doble cobertura, pero deja a los militares sin red de contención.

En algunos casos excepcionales, podrían acceder a subsidios parentales o familiares, aunque el alcance es mínimo. Por ahora, el Ministerio de Hacienda alemán decidió hacerse cargo de los 12.000 empleados civiles de las bases militares estadounidenses, cubriendo sus sueldos de manera transitoria. Para ello se destinaron EUR 43 millones, en calidad de préstamo que Estados Unidos deberá reembolsar cuando se levante la parálisis presupuestaria.
Los trabajadores locales de logística, seguridad, mantenimiento y catering seguirán percibiendo sus ingresos gracias a esta ayuda. En cambio, los soldados dependen de sus ahorros, préstamos o la solidaridad de la comunidad militar para cubrir gastos básicos.
Paga garantizada solo hasta octubre
El Pentágono logró abonar los sueldos de fin de octubre mediante reasignaciones internas. Según medios estadounidenses, se utilizaron 2.500 millones de dólares provenientes de la ley de recortes fiscales, junto con 1.400 millones de adquisiciones militares y 1.400 millones de investigación y desarrollo. Estos fondos evitaron que miles de militares quedaran sin cobrar, pero no garantizan el pago de noviembre.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, advirtió que el dinero disponible alcanzará solo hasta el 15 de noviembre. A partir de esa fecha, los militares podrían dejar de percibir sus sueldos. En Estados Unidos los salarios se abonan cada quince días, lo que genera un margen de tiempo muy corto entre pagos.
En medio de la crisis, trascendió una donación privada de 130 millones de dólares (equivalentes a EUR 113,2 millones) realizada al Estado por un allegado al presidente Donald Trump. Según el vocero del Pentágono, Sean Parnell, el dinero fue destinado a cubrir el costo de salarios y prestaciones de las tropas. La información generó polémica y críticas en el Congreso, donde se cuestiona la falta de planificación financiera y la dependencia de fondos privados para sostener funciones básicas del Estado.
Familias militares al límite
De acuerdo con la organización Blue Star Families, menos de una de cada tres familias de militares cuenta con ahorros por encima de 3.000 dólares. La mayoría vive al día y depende del salario quincenal para afrontar gastos de vivienda, transporte y alimentación.
En Alemania, los costos de vida son altos y los soldados carecen de acceso a las redes de apoyo social del país. Varios recurrieron a préstamos personales, mientras otros se apoyan en asociaciones de veteranos o en bancos de alimentos administrados por voluntarios.
Políticos de ambos partidos en Washington buscan un acuerdo para destrabar el presupuesto federal. John Thune, líder de la mayoría republicana en el Senado, manifestó optimismo sobre una posible resolución antes de fin de semana, aunque no precisó plazos concretos. Mientras tanto, el temor persiste en las bases militares fuera del país.
Los mensajes del Ejército intentan mantener la moral de las tropas, pero la preocupación es evidente. Miles de soldados en Alemania observan el calendario con angustia, esperando que la próxima transferencia llegue a sus cuentas antes de que el dinero y la paciencia se terminen.



Hacé tu comentario