Buenos Aires (AT) – Las empresas suizas han reconocido el potencial del hidrógeno verde y están impulsando su desarrollo para aprovechar sus beneficios medioambientales y energéticos. Sin embargo, se advierte que si el Gobierno no establece una estrategia clara, Suiza corre el riesgo de quedarse rezagada en Europa, donde el hidrógeno renovable se considera clave para reducir las emisiones de la industria y el transporte.
El hidrógeno verde se ha convertido en el “arma suiza para combatir la descarbonización”, según Steven Schenk, un investigador de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (École polytechnique fédérale de Lausanne – EPFL). Este elemento puede ser producido, transportado y almacenado, y representa una alternativa ecológica a los combustibles fósiles. Schenk está trabajando en el desarrollo de un electrolizador más eficiente y económico, un dispositivo que utiliza electricidad para producir hidrógeno a partir del agua.
Los avances realizados en Suiza hacia la transición energética
Suiza cuenta con diversos proyectos relacionados con el hidrógeno renovable. Un ejemplo es la empresa energética Groupe E, que anunció la inauguración de una planta de producción de hidrógeno ecológico en la central hidroeléctrica de Schiffenen, en la Suiza francófona, considerado un gran avance en la transición energética del país. Esta planta es la cuarta de su tipo en Suiza.
Además, otras empresas suizas están logrando avances en el extranjero. Por ejemplo, el grupo de ingeniería eléctrica ABB participa en uno de los proyectos más ambiciosos de Europa relacionados con el hidrógeno renovable, ubicado en Suecia. Asimismo, el fabricante ferroviario Stadler Rail ha firmado un contrato para suministrar trenes propulsados por hidrógeno a California, Estados Unidos, y también tiene planes para las regiones italianas de Calabria y Cerdeña.
A pesar de la reputación innovadora y emprendedora de Suiza, el país no cuenta aún con una estrategia nacional clara para el hidrógeno. Esto podría llevar a que Suiza quede excluida del desarrollo de infraestructuras de transporte de hidrógeno en Europa, ya que no existe un acuerdo energético entre el país helvético y la Unión Europea en la actualidad. Es fundamental que Suiza establezca una estrategia sólida para aprovechar el potencial del hidrógeno verde y no quedarse rezagada en esta importante transición energética.
La clave: reducir los costos de producción del hidrógeno verde
El costo de producción del hidrógeno verde ha experimentado una reducción significativa en los últimos años, lo que ha generado un creciente interés en su implementación a nivel mundial. A diferencia del hidrógeno producido a partir de fuentes fósiles, el hidrógeno verde se obtiene a través de la electrólisis del agua utilizando energía renovable, como la solar, eólica o hidroeléctrica. Esta forma de producción es considerada ecológica, ya que no emite carbono durante el proceso.
Tradicionalmente, el hidrógeno verde ha sido costoso de producir, lo que ha limitado su uso a solo el 1% del hidrógeno utilizado a nivel mundial. Sin embargo, en la actualidad, el coste de producción del hidrógeno verde en Europa oscila entre EUR 3 y EUR 8 por kilogramo, en comparación con los EUR 1 y EUR 2 por kilogramo del hidrógeno proveniente de combustibles fósiles. Esta reducción de costes ha llevado a considerar el hidrógeno verde como una opción viable y atractiva.
El hidrógeno verde desempeña un papel fundamental en la descarbonización de sectores donde la electrificación no es suficiente, como la industria siderúrgica y el transporte pesado de larga distancia. Además, el hidrógeno también es utilizado para el almacenamiento y transporte de energía generada a partir de fuentes renovables.
Suiza tiene una historia destacada en el desarrollo y uso del hidrógeno
François Isaac de Rivaz, inventor franco-suizo, diseñó el primer vehículo propulsado por hidrógeno en 1813. Posteriormente, en 1838, el químico y físico suizo Christian Friedrich Schönbein estableció el principio de la pila de combustible, que se utiliza en la actualidad para obtener electricidad a partir de hidrógeno y oxígeno.
Recientemente, Suiza ha sido pionera en la creación de la primera industria verde del hidrógeno, impulsada por el sector privado. Este consorcio incluye un centro de producción, una red de estaciones de servicio y una flota de camiones de hidrógeno, lo que demuestra el compromiso del país en el desarrollo y promoción de esta fuente de energía sostenible.
Suiza cuenta actualmente con 15 estaciones de servicio de hidrógeno, lo que la posiciona como uno de los países europeos con mayor número de estas instalaciones. Solo Alemania, Francia, el Reino Unido y los Países Bajos superan a Suiza en este aspecto, con un mayor número de estaciones de servicio de hidrógeno en funcionamiento.
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