Buenos Aires (AT) – Poco antes del inicio 28º Conferencia Mundial sobre el Clima de Dubai, también conocida como COP28, el jefe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, ha recomendado a Alemania que reconsidere su decisión de abandonar la energía nuclear.
La decisión de Alemania de cerrar sus centrales atómicas (Atomausstieg) se basa en una combinación de preocupaciones por la seguridad nuclear, la opinión pública y el impulso hacia una matriz energética más sostenible. La ley alemana de salida de esta fuente de energía establece un cronograma para el cierre progresivo de las plantas nucleares. A medida que se cierran estas centrales, el país ha aumentado la inversión en energías renovables, con el objetivo de obtener al menos el 80% de su electricidad de fuentes renovables para 2050.
Este enfoque busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar la independencia energética. Alemania ha experimentado un aumento significativo en la capacidad de generación de energía renovable, especialmente en energía eólica y solar. Sin embargo, también enfrenta desafíos, como la necesidad de mejorar la infraestructura para gestionar la intermitencia de estas fuentes.
El proceso de transición energética en Alemania es seguido de cerca a nivel mundial, ya que sirve de ejemplo de cómo un país industrializado puede cambiar hacia un suministro de energía más sostenible y menos dependiente de los combustibles fósiles y la energía atómica.
Alemania busca eliminar el carbón como fuente de energía
En el marco de la transición energética en Alemania, también se ha abordado la reducción del uso del carbón. El gobierno alemán ha establecido objetivos para disminuir gradualmente la dependencia del carbón y fomentar fuentes de energía más limpias. La Comisión para el Cierre del Carbón, creada en 2018, ha propuesto un plan para cerrar gradualmente las centrales eléctricas de carbón y apoyar a las regiones afectadas en la transición.
El objetivo es eliminar gradualmente la generación de electricidad a partir del carbón, con la meta de cerrar todas las plantas de este tipo para 2038. Este proceso se acompaña de inversiones en energías renovables y medidas para apoyar a las comunidades que dependen económicamente de la minería de carbón.
La transición lejos del carbón forma parte del compromiso de Alemania con la sostenibilidad y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Al igual que con la energía atómica, este enfoque busca avanzar hacia un sistema de energía más limpio y sostenible.
El pedido de la OMM por la energía nuclear
“La energía nuclear es una buena tecnología para producir energía respetuosa con el clima”, declaró Petteri Taalas a la Agencia Alemana de Prensa (Deutsche Presse-Agentur – DPA) en Ginebra. Añadió que sería difícil eliminar gradualmente el carbón sin energía nuclear y seguir produciendo suficiente energía asequible. “Pido al Gobierno alemán que reconsidere la eliminación progresiva de la energía nuclear”.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que analiza y describe científicamente el estado del clima bajo los auspicios de la OMM, defiende en sus informes el uso de todas las fuentes de energía no fósiles para reducir los gases de efecto invernadero, incluida la energía atómica.
Si Alemania quiere mantener su nivel actual de consumo energético o producir aún más, por ejemplo para la electromovilidad, será difícil lograrlo en gran medida con el sol y el viento.
Petteri Taalas
La Comisión Europea ha incluido la electricidad procedente de centrales nucleares como fuente de energía verde en su reglamento de taxonomía. La conferencia mundial sobre el clima COP28 comienza hoy en Dubai. Taalas espera que los países anuncien allí medidas aún más estrictas de protección del clima para que el calentamiento global pueda limitarse a ser posible a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales.
“Si Alemania quiere mantener su nivel actual de consumo energético o producir aún más, por ejemplo para la electromovilidad, será difícil lograrlo en gran medida con el sol y el viento”, dijo Taalas.
Entonces habría que elegir: o comprar más, por ejemplo a Francia, donde parte de la electricidad procede de centrales nucleares, o aceptar las consecuencias para la economía. “Si los costes de la energía son muy altos en comparación con otros países, puede que a algunas industrias no les resulte atractivo quedarse en Alemania”.
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