Buenos Aires (AT) – En la década de 1970, Alemania Oriental enfrentó una aguda escasez de café, desencadenando una serie de desafíos para cubrir la demanda de sus ciudadanos. Factores meteorológicos, como la “helada negra” en Brasil, junto con problemas políticos y económicos, crearon una crisis que amenazaba la estabilidad y la legitimidad del gobierno.
Es pertinente recordar, sobre todo para las generaciones más jóvenes, que la República Democrática de Alemania (RDA) fue un país socialista que existió en el este de Alemania durante la Guerra Fría, desde 1949 hasta la reunificación alemana en 1990. Surgió como una entidad separada después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania fue dividida en dos estados: la RDA, respaldada por la Unión Soviética, y la República Federal de Alemania (RFA), respaldada por las potencias occidentales.
La RDA tenía un sistema político socialista bajo el control del Partido Socialista Unificado de Alemania (SED), con su capital en Berlín Este. Durante su existencia, la RDA experimentó tensiones con la República Federal de Alemania (también llamada Alemania Occidental) y un periodo de notables divisiones políticas y sociales antes de la reunificación en 1990, tras la caída del Muro de Berlín en 1989.
El Kaffee-mix: inventando soluciones alternativas para la crisis del café:
En la República Democrática Alemana (RDA), el café no era simplemente una bebida, sino que representaba mucho más. Su escasez podía generar descontento y poner en entredicho la legitimidad del gobierno, que se había comprometido a mejorar los niveles de vida de la población. Los granos de café, o más bien su escasez, se convirtieron en un asunto político de gran importancia. Ante este problema, el Politburó decidió aumentar el precio del café y, en última instancia, optó por “reinventarlo”.
Ante la escasez de café, se introdujo el Kaffee-mix o Mischkaffe, un sucedáneo que combinaba café real con otros ingredientes como remolacha azucarera o harina de guisantes. Sin embargo, este sucedáneo no fue bien recibido, ya que su sabor no gustó a los habitantes de la RDA y, además, se decía que obstruía los filtros de las cafeteras.
El experimento fue un fracaso, y los alemanes orientales llegaron a apodarlo con sarcasmo como Erichs Krönung, en referencia al líder de la RDA, Erich Honecker, y a Jacobs Krönung, la marca de café consumida en Alemania Occidental. A pesar de que las autoridades de la RDA esperaban que el sucedáneo acaparara el 80% del suministro, en 1977 se encontraron con 14.000 quejas por su mala calidad.
Acuerdos Internacionales: La RDA y sus Relaciones con Etiopía
La RDA optó por una nueva estrategia: comenzó a buscar café en otros países socialistas del Sur, como Angola, Etiopía o Mozambique. A pesar de que Alemania Oriental no contaba con excedentes de sacos de café, podía ofrecer otras mercancías de alto valor, como armamento, en intercambio. Esta propuesta resultó convincente para el líder Mengistu Haile Mariam de Etiopía, quien aceptó recibir equipamiento militar a cambio de los preciados granos, los cuales le permitirían reforzar su capacidad para reprimir a los disidentes.
El convenio que permitiría a la RDA importar aproximadamente 5.000 toneladas de café al año a cambio de armas y equipamiento representaba un ahorro significativo de varios millones de dólares para Alemania Oriental. Sin embargo, el contexto global era considerablemente más complejo: además de la ideología de “solidaridad”, la URSS respaldaba a Etiopía en su confrontación con Somalia, lo que implicaba que el apoyo de la RDA a Etiopía estaba respaldado por Moscú. Los alemanes también establecieron relaciones con otros países del sur, como Mozambique para el carbón, y Angola para el níquel. Se estima que hasta 1978, las importaciones de café de Etiopía y Angola representaban alrededor del 40% del café importado por la RDA.
No obstante, el acuerdo con Etiopía no perduró indefinidamente. A finales de la misma década, las autoridades de Etiopía comenzaron a exigir dinero a cambio del café y decidieron poner fin al pacto.
Vietnam: el nuevo aliado cafetero
Para la RDA era de extrema necesidad buscar alternativas y encontró un valioso aliado en el Sudeste Asiático: Vietnam, otra nación socialista que había heredado cultivos de la época colonial francesa y que, una vez finalizada la guerra, vio una oportunidad para impulsar sus plantaciones.
Vietnam, aún recuperándose de la guerra que concluyó entre 1975 y 1976, decidió aumentar la producción de café. Hacia 1977, Alemania Oriental reconoció el enorme potencial de Vietnam para el cultivo de café. En el verano de 1980, se llegó a un acuerdo para crear una plantación en la provincia vietnamita de Dak Lak.
¿Cuál fue el acuerdo? Vietnam exportaría gran parte de su producción a Alemania Oriental, la cual a cambio se encargaría de proporcionar equipamiento, materiales y expertos para mejorar los cultivos. La RDA invirtió alrededor de 20 millones de dólares en las plantaciones de café de Vietnam, y el acuerdo le permitió al país asiático plantar y cuidar más de 10.000 hectáreas de cafetos, lo que contribuyó a su desarrollo agrícola. Además, el plan requirió la movilización de decenas de miles de trabajadores, quienes finalmente se establecieron en la zona de Dak Lak.
La RDA facilitó maquinaria, fertilizantes, pesticidas, especialistas e infraestructura para reasentamientos, lo que permitió a Alemania Oriental importar alrededor de 5.000 toneladas de grano en 1986. Sin embargo, no logró mucho más. En noviembre de 1989, el Muro de Berlín cayó, y en 1990 se declaró la disolución de la RDA, lo que en la práctica significó un revés para los acuerdos cafetaleros alcanzados con Vietnam en su momento.
Vietnam en la cima de la industria cafetera
A pesar de que Alemania Oriental no logró cosechar los beneficios de su inversión, contribuyó a sembrar la semilla de lo que hoy es uno de los principales productores mundiales de café. De hecho, a menudo se señala a Vietnam como la segunda potencia global y la mayor en términos de café Robusta.
De acuerdo con los datos de Statista, en 2022 Vietnam fue el segundo mayor productor de café a nivel mundial, con 29 millones de sacos de café de 60 kilos, solo superado por Brasil, que alcanzó una marca de 69 millones. Sus plantaciones superan con creces a las de Colombia, Indonesia o Etiopía, que completan el “Top 5”. Según Statista, durante la campaña 2021/2022 se importaron a nivel mundial alrededor de 139,5 millones de sacos de 60 kg de café, lo que representó un aumento de ocho millones de sacos con respecto al año anterior. El peso de Vietnam es aún más importante si se analiza la producción de café Robusta, que según las estadísticas de World Coffee Research, genera el 40% del café comercializado. Los principales productores son Vietnam, Brasil, Indonesia, Uganda y la India, que aportan más del 90% de la producción global.
Hacé tu comentario