Buenos Aires / Múnich (AT) – La Conferencia de Seguridad de Múnich (Münchner Sicherheitskonferenz) arranca hoy en la capital bávara con dos claros focos: el conflicto en la Franja de Gaza y la guerra en Ucrania. Christoph Heusgen, el director de esta cita sobre seguridad y defensa geopolítica que este año celebra su 60. edición, resumía hace unos días ante la dpa el objetivo en encontrar la respuesta a dos preguntas: “¿Dónde está el resquicio de esperanza en el horizonte? ¿Cómo podemos garantizar que el mundo no se desmorone aún más ante todas estas crisis, sino que sigamos dando una oportunidad al multilateralismo sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos?”.
En vista de la situación actual, pocos creen que se pueda llegar a una respuesta concreta en los tres días que durará la conferencia. Cabe recordar, que la Münchner Sicherheitskonferenz es la cita más importante del mundo para políticos y expertos en materia de seguridad y se celebra anualmente desde 1963. Para esta edición se espera la participación de 50 Jefes de Gobierno y más de 100 Ministros de Relaciones Exteriores. Entre ellos, Kamala Harris junto a Secretario de Estado Antony Blinken; el Canciller Federal de Alemania Olaf Scholz y sus Ministros de Finanzas, de Defensa y de Relaciones Exteriores; el Secretario General de la ONU Antonio Guterres; el Secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg; la Presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen; la Primera Ministra de Barbados Mia Mottley, el Rey de Jordania Abdullah II; el Ministro de RREE de Arabia Saudita Faisal Al Saud, de Emiratos Árabes Unidos y de Qatar. El Ministro de RREE de China también se integra al diálogo estratégico que termina opacando el inicio de la dinámica de reuniones del G20 en Brasil.
La Argentina estará representada por la canciller Diana Mondino. Su objetivo, según pudo saber Argentinisches Tageblatt de fuentes cercanas a Mondino será devolver a la Argentina a la plataforma de Seguridad global como socio confiable (ver nota aparte).
Evitar el cansancio de EEUU para seguir con Ucrania
La lista de invitados es larga, pero destaca un participante: el presidente ucraniano Volodímir Zelenski. Su presencia es más importante que nunca para su país, porque la unión de sus aliados amenaza con desmoronarse.
Los republicanos del Congreso de Estados Unidos llevan meses bloqueando nuevos miles de millones para armas y equipamiento militar para Ucrania. Con la aprobación por el Senado de un paquete de ayuda, ahora hay al menos alguna esperanza. Sin embargo, la Cámara de Representantes, la segunda cámara del parlamento, se considera un obstáculo más difícil. Por ello, sus miembros serán buscados como interlocutores en Múnich. De los más de 30 congresistas que viajarán a Alemania, alrededor de una docena pertenecen al Partido Republicano del expresidente Donald Trump. El Gobierno estadounidense estará representado por la vicepresidenta, Kamala Harris, y el secretario de Estado, Antony Blinken.
Si Estados Unidos dejara de ser el mayor donante para Ucrania, los europeos no podrían compensarlo totalmente. En ese caso, Alemania se encontraría inesperadamente en el papel principal de apoyo, por lo que el canciller germano, Olaf Scholz, no se siente cómodo con esta situación. Por eso lleva desde principios de año intentando instar a sus socios de la Unión Europea a que presten más ayuda. Este será también un tema importante para él en Múnich.
Entre Israel y Gaza
A su vez, la dramática situación en el sur de la Franja de Gaza y la desesperada búsqueda de posibles soluciones al conflicto de Oriente Próximo ocuparán quizá aún más espacio que Ucrania. El presidente Isaac Herzog y el ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz, acudirán a Múnich desde Israel. La Autoridad Palestina y Estados árabes vecinos como Catar, Arabia Saudí, Jordania y Egipto también estarán representados a alto nivel.
La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, acude a Múnich inmediatamente después de su quinto viaje a Israel desde el atentado del grupo islamista Hamás del 7 de octubre. Baerbock pidió un nuevo alto el fuego en la guerra de Gaza. Pero en Múnich se notará la ausencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cada vez más criticado por su gestión de la guerra.
Rusia, el elefante blanco en Múnich
Entre los invitados habituales a la capital de Baviera solían figurar altos miembros del Gobierno ruso. Desde el ataque ruso a Ucrania, este ya no es el caso. Heusgen explicó a la dpa que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha vuelto a dejar claro recientemente que no está dispuesto a negociar con el actual Gobierno de Ucrania. “Eso significa que no hay una voluntad seria de hablar”. Por eso, el director de la conferencia solo invitó a políticos rusos en el exilio y a rusos de organizaciones no gubernamentales, un enfoque similar al que adoptó con Irán.
La muerte de Alexéi Navalny
La relación con Rusia promete subir de tono ante la noticia de la muerte del disidente y opositor ruso Alexéi Navalni. Según informó hoy la agencia rusa RIA Novosti, el reconocido disidente -a quien Alemania le había sido refugio en su momento, falleció el viernes tras una caminata, de acuerdo a las informaciones del departamento del Servicio Penitenciario Federal del Distrito Autónomo de Yamal-Nenets. Los médicos confirmaron la muerte del político, informó la agencia estatal. Hace una semanas, en diciembre, En diciembre, los colaboradores del disidente hicieron sonar todas las alarmas cuando perdieron el contacto con él durante casi tres semanas. Según indica el diario español El País, el día 25 su portavoz, Kira Yarmish, informó de que había sido trasladado a la colonia penal IK-3 de Jarp, en la región de Yamal-Nenets, a unos 1.900 kilómetros al noreste de Moscú y a unos 60 kilómetros al norte del círculo polar ártico, donde se registran temperaturas de varias decenas de grados bajo cero. Esa prisión, conocida como la colonia Lobo Polar, está considerada una de las más duras de Rusia y está destinada a los presos condenados por delitos graves. La cárcel se fundó en la década de 1960 como parte del sistema de gulag de campos de trabajos forzados soviéticos.
(AT / dpa)
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