Alemania sostuvo durante décadas una relación privilegiada con Israel, cimentada en la responsabilidad histórica del Holocausto. Sin embargo, el prolongado conflicto en Gaza y la crisis humanitaria que se intensifica han comenzado a tensionar ese vínculo.
El gobierno del canciller Friedrich Merz anunció recientemente la suspensión de exportaciones de armas que puedan ser utilizadas por Israel en operaciones dentro de la Franja. Se trata de un giro inédito en la política exterior alemana y un mensaje claro sobre los límites de su respaldo.
La razón de Estado alemana: orígenes y transformación
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Alemania asumió un compromiso con la existencia del Estado de Israel que trascendía la diplomacia. En 1952, con el Acuerdo de Luxemburgo, el gobierno de Alemania reconoció formalmente su responsabilidad en los crímenes del nazismo y acordó un programa de reparaciones que alcanzó los 3.000 millones de marcos. Esa decisión dio inicio a una relación que con el tiempo se tornó políticamente estructural.
El punto de inflexión llegó en 2008, cuando la entonces canciller Angela Merkel declaró ante la Knesset israelí que la seguridad de Israel era parte de la “Staatsräson”, la razón de Estado alemana. Esta expresión no solo tuvo valor simbólico, sino que fijó un principio rector que sus sucesores, incluyendo al actual canciller Merz, mantuvieron hasta ahora.
Interés estratégico, cooperación económica y militar
Además del componente moral e histórico, el vínculo germano-israelí se consolidó por razones estratégicas. Alemania es el principal socio comercial de Israel en la Unión Europea, concentrando cerca del 20% del comercio bilateral del Estado judío con el bloque. La cooperación incluye tecnología, ciencia, educación y proyectos de infraestructura.

En materia de defensa, Alemania es el segundo mayor proveedor de armamento para Israel, solo por detrás de Estados Unidos. Desde la masacre de Hamás del 7 de octubre de 2023, Berlín aprobó transferencias militares por un total de US$500 millones. En sentido inverso, Israel ha exportado a Alemania el sistema antimisiles Arrow 3 por un valor de US$3.500 millones.
La guerra en Gaza y un viraje incómodo
El deterioro de la situación humanitaria en la Franja de Gaza generó una creciente presión internacional. Organismos multilaterales denuncian hambruna y restricciones al ingreso de ayuda. Berlín comenzó a desmarcarse del respaldo irrestricto a Israel.

“Cada vez es más difícil comprender cómo el plan de Israel puede contribuir a lograr objetivos legítimos”, declaró Friedrich Merz al anunciar la suspensión parcial de exportaciones de armas hacia su aliado histórico. La decisión fue tomada tras conocerse que el gobierno de Benjamin Netanyahu planea controlar completamente Gaza.
Divisiones internas y presión política
La decisión del ejecutivo de Merz refleja también tensiones internas. En la coalición de gobierno hay sectores más críticos hacia Israel, particularmente en el ala socialdemócrata. El historiador Michael Brenner, profesor de la American University y experto en la relación judeo-alemana, advierte que “existe un desequilibrio entre el apoyo institucional y la opinión pública alemana, que está virando hacia posiciones más críticas”.
Según el politólogo Matthias Künztel, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores alemán, el concepto de Staatsräson “podría resquebrajarse si el conflicto en Gaza no se detiene y la crisis humanitaria escala aún más”. La tensión se hizo visible incluso en las calles: protestas propalestinas en ciudades como Berlín o Múnich conviven con manifestaciones de apoyo a la comunidad judía local.

Responsabilidad histórica vs. realidad geopolítica
El debate actual enfrenta dos lógicas. Por un lado, el compromiso moral con la historia alemana del siglo XX. Por otro, la complejidad geopolítica de Oriente Medio y el deterioro de la imagen internacional de Israel.
Michael Brenner señala que “la responsabilidad histórica no implica respaldar cualquier acción de Israel”. Y Meron Mendel, director del Centro Educativo Anna Frank, agrega que “el consenso en torno a la relación con Israel ya no es total; está cambiando, especialmente entre los jóvenes y dentro del espacio progresista”.

El futuro de una alianza compleja
Aunque los vínculos económicos, diplomáticos y militares entre Alemania e Israel seguirán siendo profundos, la política alemana comienza a redefinir los límites de su apoyo. No se trata del fin de la razón de Estado, pero sí de su reinterpretación en clave de derechos humanos y derecho internacional. “No creo que el principio de la Staatsräson vaya a desaparecer”, dice Mendel, “pero si la guerra no termina y la crisis humanitaria se agrava, habrá cambios estructurales en la relación bilateral”.




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