Buenos Aires (AT) – El coche se presentó, el nombre se concretó y las expectativas eran altas. El primer coche eléctrico de Alfa Romeo iba a llevar el nombre de la ciudad donde se fundó la tradicional marca italiana: Milán. Sin embargo, el SUV eléctrico saldrá a la venta como Alfa Romeo Junior. Alfa Romeo lo ha confirmado en un comunicado de prensa.
Se dice que Adolfo Urso, Ministro italiano de Empresa y Made in Italy, es el responsable del nuevo nombre. Su cargo es similar al del Ministro de Economía alemán. Es miembro del partido gobernante Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia). Según los medios de comunicación, habría instigado el cambio de nombre porque el Junior no se fabrica en Italia. Según una ley de 2003, es ilegal utilizar nombres de marcas italianas para productos fabricados fuera del país. Sin embargo, el Junior se fabrica en Polonia. Así que no debería llamarse “Milano”.
La ley pretende proteger los nombres de productos de los sectores agrícola y alimenticio. Por ejemplo, el famoso queso parmesano o los tomates San Marzano. Si en la etiqueta se menciona una región de Italia, el producto debe provenir de Italia. Similar a las leyes de denominación de origen.
De la moda al diseño, de la gastronomía al arte, el Made in Italy representa lo mejor de nuestro saber hacer, fruto de una tradición milenaria y de una búsqueda constante de innovación”
Adolfo Urso, Ministro italiano de Empresa y Made in Italy
Alfa Romeo reaccionó con calma en un comunicado. El nombre Milano se encontró junto con el público en un proceso de selección. Como ocurrió por última vez con el Alfa Romeo Spider en 1966. No obstante, la empresa está ahora dispuesta a seguir la orden de Roma, “en un espíritu de comprensión mutua”, según reza el comunicado. El Grupo Stellantis, propietario de la marca Alfa Romeo, sugirió el nombre de Milano en honor a la ciudad donde se fundó Alfa Romeo en 1910.
“Somos plenamente conscientes de que este momento pasará a la historia de Alfa Romeo”, declaró Jean-Philippe Imparato, Director General de Alfa Romeo. “Hemos decidido cambiar el nombre, aunque no estamos obligados a hacerlo”, continuó Imparato. La orden de Roma puede considerarse el siguiente paso en la disputa entre el gobierno de Georgia Meloni y la empresa automovilística Stellantis. El gobierno quiere obligar a la empresa a fabricar más coches en Italia. Stellantis calcula que el Junior sería unos EUR 10 mil (US$ 10,6 mil) más caro si se fabricara en Italia.
El Alfa Romeo Junior es totalmente eléctrico o con tecnología híbrida suave
El práctico SUV de 4,17 metros de longitud saldrá a la venta este verano. Alfa Romeo aún no ha anunciado los precios. Sin embargo, la cuarta serie de modelos de los italianos se basa en el mismo sistema modular que el Mokka de la marca hermana Opel – que actualmente comienza en EUR 26.550 (US$ 28.270).
Al recurrir al sistema modular, Alfa Romeo se ha asegurado por primera vez una propulsión puramente eléctrica. Así, la gran corporación monta también en el Junior el motor eléctrico de 115 kW/156 CV y la batería de 54 kWh. Los italianos le atribuyen una autonomía estándar de 410 kilómetros y declaran una capacidad de carga de 100 kW.
Como alternativa, Alfa ha anunciado un motor de gasolina con tecnología híbrida suave: el motor tricilíndrico de 1,2 litros entrega 100 kW/136 CV y se apoya en un motor eléctrico de 21 kW/28 CV en la transmisión, que también se encarga de la propulsión por sí solo, al menos durante unos cientos de metros en el tráfico urbano. Los italianos también quieren añadir pronto una variante de 176 kW/240 CV a la versión E, haciendo así honor a su reputación de hot hatch.
Rechazo italiano al “todo eléctrico” europeo para 2035
El ministro italiano de Empresa, Adolfo Urso, ha expresado su oposición al cese de ventas de vehículos de combustión interna en Europa para el año 2035. En una entrevista con La Stampa, Urso reiteró la postura del gobierno italiano: rechazo a la exclusividad eléctrica y apertura a alternativas como los combustibles sintéticos y el hidrógeno, argumentando que la electricidad es una tecnología, no una doctrina, y que se debe adoptar un enfoque neutral hacia su uso. El gobierno tiene un plan para prevenir una transición completamente eléctrica.
Búsqueda de Alianzas Estratégicas
El gobierno italiano cuenta con una cláusula de revisión hasta 2026, momento en el que la Unión Europea evaluará la viabilidad de los combustibles sintéticos. Si se demuestra que estos son de emisión cero, podría reconsiderarse el programa Fit for 55. Urso ve esto como un momento crucial y se prepara para formar alianzas estratégicas, anticipando un cambio en la Comisión Europea y el Parlamento Europeo. El objetivo es influir en otros estados miembros para que adopten una postura más flexible como la de Italia y presentarla en Bruselas y Estrasburgo.
Independencia de la Influencia China
Urso advierte contra la prohibición de la gasolina y el diésel, calificándola de visión cortoplacista e ideológica que ignora la realidad actual. Existe una preocupación significativa de que Europa, después de depender del petróleo ruso, pueda caer en una dependencia excesiva de la tecnología verde y las tierras raras de China. Urso aboga por una perspectiva más realista e innovadora, que permita alcanzar los objetivos establecidos sin destruir la industria existente.
El llamado es a superar los retrasos pasados y centrarse en invertir en tecnologías verdes y digitales, como baterías, acumuladores, semiconductores, silicio de carbono, inteligencia artificial, así como en la infraestructura de la red eléctrica y estaciones de recarga.
Un Frente Unido con Europa
Matteo Salvini, ministro de Infraestructuras y Transportes, comparte la postura de Urso y enfatiza la importancia de las alianzas europeas. Salvini argumenta que la preocupación por el medio ambiente no debe traducirse en el despido de trabajadores ni en el cierre de empresas. Critica el “fundamentalismo eléctrico” como perjudicial para Italia y Europa, y beneficioso para China. Salvini subraya que la electrificación requiere tiempo y no debe destruir la industria automotriz.
Además, señala que la producción de baterías implica procesos contaminantes y explotación de recursos en África y Eurasia. Salvini está colaborando con ministros de transporte de Alemania y Rumanía para abogar por más tiempo, recursos económicos y apoyo para aquellos que desean cambiar sus vehículos y mejorar la eficiencia energética de sus hogares, buscando una transición equilibrada sin caer en una dependencia de China.
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