En una entrevista extensa y reciente con el medio Tribuna, Jürgen Klopp habló sobre liderazgo, empatía y gestión de grupos, pero una frase terminó robándose toda la atención. Al referirse al jugador argentino Alexis Mac Allister, dijo: “Es de Argentina, creció en una casa sin ventanas” al compararlo con otro jugador que “creció en Múnich, donde todo estaba bien”. El comentario buscaba graficar el contexto humilde del futbolista, pero fue interpretado por muchos como una frase insensible o condescendiente.
De hecho, Klopp explicó que busca comprender el contexto de cada jugador para construir una relación más humana dentro del plantel. “Intento entender de dónde vienen, qué los formó, qué los hizo ser así”, señaló. Aclaró que no se refiere solo al talento deportivo, sino al recorrido vital que moldea el carácter de quienes llegan al máximo nivel.
En ese punto remarcó que su tarea como entrenador consiste en acompañar al jugador más allá de lo técnico. “Cuando alguien me dice que un futbolista no se adapta, pienso que es mi trabajo ayudarlo. No es un favor, es parte del trabajo”, agregó.

La referencia al argentino Mac Allister surgió en ese contexto: Klopp usó su trayectoria como ejemplo de superación. Pero el modo en que lo expresó provocó incomodidad. En redes sociales, varios usuarios interpretaron que la metáfora “sin ventanas” reforzaba estereotipos sobre la pobreza en América Latina.
El rechazo al Manchester United y su llegada a Liverpool
Durante la misma entrevista, Klopp recordó cómo el Manchester United intentó contratarlo antes de su desembarco en Liverpool. Contó que existieron conversaciones, pero que el momento no era el adecuado. “Lo intentaron, pero era el momento equivocado. Tenía contrato con el Dortmund y no me habría ido por nadie en ese momento”, afirmó.
El alemán explicó además por qué la propuesta del United no lo convenció. “Hubo cosas que me dijeron en esa conversación que no me gustaron. United era tan grande que decían: ‘Conseguimos a todos los jugadores que queremos, traemos a este y a aquel’. Y yo pensaba: ‘¿Así funciona esto?’”, recordó. Según su relato, entendió que se trataba de un modelo centrado en el poder económico y no en un proyecto deportivo.

Tiempo después apareció la posibilidad de dirigir a Liverpool. Klopp la describió como una oportunidad distinta, basada en la esencia del juego. “El proyecto puramente futbolístico llegó con Liverpool, y al final fue algo realmente especial”, señaló.
A lo largo de sus años en el club, conquistó todos los títulos relevantes: Premier League, Champions, Mundial de Clubes, Supercopa de Europa y FA Cup. Más allá de los trofeos, se destacó por su vínculo con los jugadores y por una idea de fútbol sustentada en la energía, la solidaridad y el compromiso.
Consultado sobre un eventual regreso, fue contundente: “Dije que nunca entrenaría a otro equipo en Inglaterra. Así que, si se trata de Liverpool, teóricamente podría ser posible”. Después matizó esa posibilidad con una sonrisa: “Ni siquiera sé exactamente qué tendría que pasar para que vuelva. Me encanta lo que hago ahora”.
Esas palabras ratifican el lazo emocional que mantiene con el club. Para Klopp, Liverpool representa un lugar de pertenencia más que un simple destino profesional.
Messi, la excepción dentro del fútbol
En otro tramo de la entrevista, Klopp habló sobre Lionel Messi al reflexionar sobre el esfuerzo defensivo de sus jugadores. “Mientras no seas Messi, tenés que defender”, dijo entre risas.

El entrenador amplió su idea al mencionar otros nombres. “No quería traer de vuelta a Pogba. Paul es un jugador sensacional, pero esas cosas no suelen funcionar. O Cristiano, que junto con Messi es el mejor del mundo, pero traerlo de regreso nunca ayuda”, explicó. Su argumento apuntó a que los proyectos deportivos se construyen mirando hacia adelante, no repitiendo fórmulas pasadas.
Esa comparación con Messi funcionó como ejemplo de una excepción: un futbolista que desafía las reglas por la magnitud de su talento. Jürgen Klopp lo consideró un caso único, capaz de alterar cualquier planteo táctico. Sin embargo, su comentario principal —“mientras no seas Messi”— reafirma su convicción de que el fútbol moderno depende del sacrificio colectivo más que de las individualidades.



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