Buenos Aires (AT) – El hidrógeno irrumpe en el transporte ferroviario de Baviera como una promesa de movilidad sostenible. Este lunes, el primer tren a hidrógeno del estado alemán realizó su primer viaje entre Augsburgo y Füssen, marcando el inicio de un ambicioso proyecto piloto de dos años y medio. Se trata del modelo Mireo Plus H, desarrollado por Siemens Mobility, que busca demostrar la viabilidad de reemplazar a los tradicionales trenes diésel, especialmente en rutas no electrificadas.
Sin embargo, la apuesta no está exenta de desafíos. Aunque la tecnología promete cero emisiones contaminantes y una autonomía de hasta 1.000 kilómetros con una sola carga, su alto costo y la infraestructura aún incipiente despiertan dudas entre los expertos. Según Christian Bernreiter, ministro de Transporte de Baviera, “el hidrógeno es, por ahora, la alternativa más costosa al diésel. La prioridad debería ser electrificar las líneas donde sea posible y recurrir a baterías como segunda opción”.
Un viaje silencioso y ecológico
El tren partió puntualmente a las 15:23 horas desde la estación central de Augsburgo y recorrió varias ciudades, incluyendo Marktoberdorf y Kaufbeuren, antes de regresar a su punto de origen sin demoras ni inconvenientes. A bordo, además de los pasajeros habituales, viajaron desarrolladores de Siemens Mobility, quienes monitorearon en tiempo real el funcionamiento del tren mediante software especializado.
“Lo más impresionante fue la suavidad del viaje y el silencio del motor”, comentó un pasajero habitual, destacando una experiencia completamente diferente a los ruidosos trenes diésel. Este es un punto clave, ya que la reducción del ruido es uno de los grandes beneficios del hidrógeno, además de sus emisiones limitadas a vapor de agua.
Tecnología y financiamiento detrás del proyecto
El desarrollo del Mireo Plus H cuenta con una inversión de EUR 4,3 millones (US$ 4,51 millones) por parte del estado de Baviera, con la intención de evaluar su rendimiento y costos operativos. El tren utiliza dos celdas de combustible montadas en el techo, que convierten hidrógeno en electricidad, y baterías de última generación instaladas en el piso para almacenar la energía sobrante.
Arnulf Schuchmann, director técnico de la Bayerische Regiobahn, la empresa encargada de operar el tren, explicó: “Nos entusiasma probar esta tecnología y explorar alternativas ecológicas en el transporte ferroviario. Sin embargo, esto implica atender múltiples factores, desde la capacitación del personal hasta la instalación de infraestructura para su abastecimiento”.
La producción de hidrógeno: clave para el futuro
La sostenibilidad del hidrógeno depende en gran medida de su proceso de producción. En este sentido, Baviera avanza con la construcción de una planta de generación de hidrógeno verde en Wunsiedel, al norte del estado. Esta instalación, con una capacidad de 8,75 MW, producirá anualmente hasta 1.350 toneladas de hidrógeno utilizando energía renovable proveniente de parques solares y eólicos.
Se estima que el uso de este hidrógeno evitará la emisión de 13.500 toneladas de CO₂ al año, lo que representa un paso significativo en el camino hacia la descarbonización del transporte y la industria. Karl Blaim, director general de Siemens Mobility, destacó que este tipo de proyectos permiten “avanzar hacia un transporte público limpio y eficiente”.
Dificultades para la industria del hidrógeno en Alemania
Pese al optimismo inicial, la industria del hidrógeno en Alemania enfrenta obstáculos económicos y logísticos. Veronika Grimm, integrante del Consejo Nacional del Hidrógeno, advirtió recientemente que el país está “muy por detrás” de las expectativas. Empresas pioneras como Hydrogenius, dedicada a la producción de esta tecnología, han reportado problemas financieros y recortes de personal, reflejando las dificultades para impulsar esta industria a gran escala.
“La infraestructura y la inversión deben ir de la mano para garantizar el éxito del hidrógeno como alternativa sostenible”, explicó Grimm. Este desafío se suma a la necesidad de reducir los costos del hidrógeno verde y expandir las plantas de producción en todo el país.
Un modelo a seguir para Argentina
En Argentina, donde gran parte del sistema ferroviario carece de electrificación y se depende en gran medida del diésel, el proyecto bávaro presenta un ejemplo interesante. La posibilidad de incorporar trenes a hidrógeno en rutas clave podría contribuir significativamente a reducir las emisiones contaminantes, especialmente si se utiliza hidrógeno verde producido con energías renovables.
El potencial argentino para generar hidrógeno verde es considerable. Regiones como la Patagonia, con su abundancia de viento, podrían convertirse en polos de producción de este combustible, posicionando al país como un actor relevante en la transición energética global. Además, el desarrollo de una red ferroviaria más limpia beneficiaría no solo al medio ambiente, sino también a la economía y la conectividad regional.
El debut del primer tren a hidrógeno en Baviera marca un avance crucial en la búsqueda de alternativas sostenibles para el transporte ferroviario. Si bien persisten desafíos económicos y técnicos, la experiencia bávara servirá para evaluar el potencial real de esta tecnología en otras regiones del mundo.
En Argentina, con su capacidad para producir hidrógeno verde y la necesidad urgente de modernizar su red ferroviaria, iniciativas como esta representan una inspiración y una oportunidad para transformar el transporte público y reducir su impacto ambiental.
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