La histórica planta de Ford en Colonia, Alemania, atraviesa su momento más difícil en décadas. La compañía confirmó que echará hasta 1.000 empleados a partir de 2026, al pasar de dos turnos de producción a uno. La medida forma parte de un plan de ajuste que busca contener costos tras el débil desempeño de sus nuevos modelos eléctricos en el mercado europeo.
Los trabajadores fueron informados de la decisión el martes por la mañana. “Somos conscientes del impacto en nuestros empleados y haremos todo lo posible para apoyarlos”, expresó un vocero de la firma en declaraciones a la prensa local.
Ford y un recorte que marca época
Ford ya había lanzado un programa de reducción de personal en 2023, con protestas y la primera huelga en la historia de la planta. Ese primer ajuste fue aceptado con resignación por los empleados, pero ahora se suma una nueva etapa: 2.900 despidos previstos hasta 2027, a los que se agregan los 1.000 anunciados esta semana.

La compañía aclaró que las desvinculaciones serán voluntarias, con planes de retiro anticipado e indemnizaciones especiales. El número final dependerá de las negociaciones con los representantes sindicales, aunque los primeros recortes podrían empezar en enero. De concretarse, la dotación quedaría en unos 7.600 trabajadores.
El contraste con el pasado es notorio. A fines de la década de 2010, la planta llegó a tener casi 20.000 empleados. En pocos años, la fábrica que simbolizó la presencia de Ford en Alemania vio reducida su fuerza laboral a menos de la mitad.

La noticia llegó apenas un mes después de que la marca celebrara su centenario en el país. La fecha, que pretendía destacar la trayectoria de la compañía, quedó empañada por la incertidumbre laboral.
Los eléctricos no despegan en Europa
El ajuste refleja el bajo nivel de aceptación de los nuevos modelos eléctricos de la compañía en el mercado europeo. Ford reemplazó al Fiesta y al Focus, dos vehículos populares durante años, por los SUV eléctricos Explorer y Capri. Sin embargo, las ventas no cumplieron con las expectativas.
En Alemania, las matriculaciones de autos nuevos cayeron un 14,3 por ciento en 2024 respecto al año anterior. Dentro de ese contexto, Ford perdió espacio. Su participación de mercado pasó de casi 7 por ciento hace diez años a menos de 3 por ciento, con un leve repunte al 4,5 por ciento en la actualidad.
La transición hacia los eléctricos resultó más difícil de lo que la compañía preveía. El cambio de estrategia dejó a la automotriz en una posición vulnerable frente a competidores que lograron adaptarse con mayor rapidez.
Estados Unidos, un escenario distinto
Mientras en Europa se multiplican las dudas, la estrategia de Ford en Estados Unidos muestra resultados sólidos. En 2024 vendió 2,08 millones de vehículos, lo que representó un aumento del 4,2 por ciento respecto al año anterior. Fue su mejor desempeño desde 2019.
Los modelos eléctricos e híbridos tuvieron una aceptación moderada, aunque la clave del éxito siguió siendo la camioneta F-150, líder indiscutida del mercado estadounidense durante décadas. Ese rendimiento le permitió a la compañía sostener sus ingresos, aunque las dificultades en Europa amenazan con generar un impacto financiero de gran magnitud.

El plan de recortes también busca liberar recursos para concentrarlos en la producción estadounidense. La empresa apuesta a que el mercado norteamericano continúe siendo su sostén mientras ajusta su estrategia en Europa.
La fábrica de Colonia, símbolo de una etapa de prosperidad para Ford en Alemania, se convirtió en el epicentro de un proceso de transformación lleno de incertidumbres. Lo que ocurra en los próximos meses marcará el rumbo no solo de la planta, sino también de la presencia de la marca en el continente.




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