La selección de Alemania perdió 2-0 contra Eslovaquia en Bratislava, en su debut rumbo al Mundial 2026. El resultado sorprendió por lo categórico, ya que el conjunto de Julian Nagelsmann partía como claro favorito. Sin embargo, el equipo mostró una cara apagada, sin reacción en ataque y con fallas defensivas alarmantes.
El central Antonio Rüdiger, referente del Real Madrid y pilar habitual de la defensa alemana, quedó en el centro de la tormenta. Su actuación en la capital eslovaca encendió críticas tanto en la prensa local como en medios internacionales.

Una noche negra para Antonio Rüdiger
Antes del primer gol, el defensor ya había mostrado síntomas de desconexión. Fue desbordado varias veces por el juvenil Leo Sauer, de apenas 19 años, quien lo dejó en el suelo con una serie de amagues dentro del área.
En la jugada del 1-0, Rüdiger salió a destiempo y perdió la marca de David Hancko, que definió sin oposición dentro del área. El segundo golpe llegó con el tanto de David Strelec: el delantero lo encaró, lo dejó otra vez en el piso y clavó la pelota en el ángulo. Una postal que recorrió portales deportivos en toda Europa.

El vestuario y el rol de líder
Tras la derrota, la prensa alemana informó que hubo una conversación intensa en el vestuario. Según Bild, Rüdiger tomó la palabra y pidió unidad: “Ahora debemos actuar como un equipo. Solo podemos salir de esto juntos. Nadie puede ayudarnos excepto nosotros mismos”.
Maximilian Mittelstädt, lateral izquierdo del seleccionado, confirmó luego el intercambio: “El entrenador habló, y Toni también. No hace falta dar muchas vueltas: fue un mal partido. Pero ya demostramos que podemos mostrar otra cara”.

Debate en Alemania: ¿debe seguir Rüdiger en la selección?
El problema para Rüdiger no fue solo su floja noche en Bratislava. En Alemania, su comportamiento viene siendo cuestionado desde hace meses. En la final de Copa con el Real Madrid, vio la roja por lanzar un objeto desde el banco y tuvo que ser contenido por integrantes del cuerpo técnico.
Ese episodio, sumado a su actuación contra Eslovaquia, alimentó una encuesta de Bild con resultados lapidarios: el 77 % de los lectores cree que no debe volver a vestir la camiseta de la selección, contra apenas un 20 % que defiende su continuidad.
Algunos comentarios publicados por el diario fueron contundentes: “Es un reincidente incorregible. Una suspensión larga en España y una prohibición total de la DFB serían lo más apropiado”. Otros mostraron una visión más indulgente: “Después de un castigo y una disculpa, debería ser suficiente. Todos cometemos errores”.
Las críticas de la prensa internacional
La derrota alemana también hizo ruido más allá de sus fronteras. El diario español Marca tituló: “Una Copa del Mundo sin Alemania parece impensada”, mientras que As escribió: “Alemania es un drama. Eslovaquia la humilló y Rüdiger tuvo una noche especialmente amarga”.
En Inglaterra, la BBC resaltó que el seleccionado germano perdió por primera vez un partido de clasificación mundialista fuera de casa en 52 presentaciones. The Guardian recordó que el equipo lleva tres caídas consecutivas, sumando los tropiezos ante Portugal y Francia en la Nations League de junio.
En Suiza, Blick resumió con ironía: “El rostro de Nagelsmann se volvió más oscuro que el cielo tormentoso de Bratislava”. En Francia, L’Équipe subrayó que la victoria eslovaca “fue incontestable, y eso es lo más preocupante para Alemania”.

Nagelsmann bajo presión
El entrenador Julian Nagelsmann, que asumió con la promesa de renovar la Mannschaft y llevarla de vuelta a la cima, enfrenta su primera gran crisis. La selección, que se fijó como meta conquistar el Mundial 2026, mostró carencias en todas las líneas: 14 remates al arco, pero solo tres dirigidos al arco rival, y sin capacidad de romper la defensa eslovaca.
El técnico reconoció la gravedad de la situación: “Fue un partido muy malo en todos los aspectos. Tenemos que asumirlo y mejorar ya mismo. No hay excusas”.

Un equipo en búsqueda de identidad
Alemania arrastra desde hace tiempo la sensación de equipo en construcción. La eliminación temprana en Qatar 2022 y la irregularidad en la Nations League dejaron cicatrices. La caída en Bratislava volvió a exponer la falta de solidez y liderazgo.
La figura de Rüdiger simboliza esa contradicción: de referente indiscutido en el Real Madrid a jugador discutido en su propia selección. Su futuro con la Mannschaft dependerá no solo de lo futbolístico, sino también de la confianza que logre recuperar dentro y fuera de la cancha.
Mirando hacia adelante
La próxima fecha de la clasificación pondrá a Alemania frente a rivales de menor jerarquía, pero la presión será mucho mayor. El margen de error es mínimo: otra caída podría complicar el camino al Mundial y, sobre todo, dinamitar el proceso de Nagelsmann.
Por lo pronto, el debate en Alemania está instalado: ¿Rüdiger merece seguir siendo parte de la selección? ¿O su ciclo con la camiseta germana está agotado? Lo que está claro es que el tropiezo en Bratislava dejó más que tres puntos perdidos. Expuso dudas profundas sobre un equipo que, a pesar de su historia y tradición, sigue sin encontrar el rumbo hacia el próximo gran objetivo: volver a ser protagonista en una Copa del Mundo.




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