Buenos Aires (AT) – Después de Semana Santa, un submarino alemán surcará las aguas del mar del Norte y del Báltico con una particularidad que lo convierte en noticia: estará comandado por una mujer. Claudia Neben, capitana de corbeta de 35 años, liderará la misión a bordo del “U34” para convertirse en la primera mujer en dirigir un submarino en Alemania. No se trata solo de una marca personal o un hito para la marina alemana: su liderazgo se da en un entorno exigente, aislado, con desafíos físicos, técnicos y humanos únicos.
El “U34” zarpará desde Eckernförde, en el norte del país. Tiene una longitud de 56 metros y cuenta con una tripulación de 29 personas. Neben será la única mujer a bordo, algo que no le resulta ajeno ni intimidante. Por el contrario, asegura que la convivencia bajo el agua no deja espacio para tensiones no resueltas. “En un submarino no hay posibilidad de evitar a alguien si hay conflictos”, afirma. “O te los tragás o los resolvés antes de partir”. Su tono es firme pero accesible, y deja en claro que, bajo su mando, se privilegia el respeto mutuo y la comunicación clara.
Bajo presión y en silencio

La vida en un submarino no se parece a la de ningún otro entorno militar. No hay ventanas. No hay luz natural. Y durante días o semanas, el contacto con el exterior es mínimo. Para muchos, ese escenario puede sonar asfixiante. Para Neben, es parte de la fascinación.
“El silencio es total. Casi no se escucha nada. Dormir ahí es muy fácil”, cuenta. Solo en contadas ocasiones se perciben ruidos provenientes del exterior, principalmente de mamíferos marinos. Algunos, como los delfines, emiten sonidos agudos que pueden volverse molestos. Otros, como las ballenas jorobadas, aportan una especie de música submarina. “Sus sonidos son mucho más agradables. Más tranquilos”, describe, con una mezcla de admiración y curiosidad científica.
Compartir espacios pequeños no le resulta problemático. Dormirá en una litera junto a un compañero, como parte del sistema de rotación habitual en este tipo de misiones. La rutina diaria no da lugar al aburrimiento. Cada movimiento está planificado. Cada miembro de la tripulación cumple un rol preciso. El margen de error es mínimo.
Buena comida y humor a bordo

No todo es disciplina y silencio. La capitana también se permite ciertas licencias para hablar del costado más humano de la experiencia. Según cuenta, la cocina del “U34” tiene fama entre los marinos alemanes. “Tenemos la mejor comida de toda la flota. Hay cuatro comidas al día”, dice, con orgullo. Eso sí, no puede abusar del menú. “Si probara todo lo que sirven, no podría salir del submarino”, bromea.
Ese tipo de comentarios son frecuentes en sus entrevistas: siempre intercala la seriedad del cargo con un toque de humor que le da calidez a su figura. A pesar de ser pionera en su puesto, evita todo tono épico. Habla con naturalidad, como si comandar un submarino fuera una extensión lógica de su carrera.

El logro de Claudia Neben no implica únicamente romper una barrera simbólica. Refleja una evolución dentro de las fuerzas armadas, que hace pocos años ni siquiera admitían a mujeres en roles de combate bajo el agua. Su caso no busca convertirse en un emblema, pero sin duda lo será para futuras generaciones.
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