La Embajada de Austria en la Argentina celebró su tradicional Fiesta Nacional en su residencia de Belgrano. Esta vez, a diferencia del año anterior, el clima acompañó: la tormenta que amenazaba con arruinarlo todo recién se soltó pasada la medianoche. Hasta entonces, los jardines se mantuvieron abiertos, repletos de invitados, en una noche que combinó formalidad diplomática con el calor de una reunión entre amigos.
El encuentro fue el jueves 23 de octubre. Desde las 18:30, el embajador Gerhard Mayer comenzó a recibir a sus invitados. Funcionarios públicos, empresarios, representantes diplomáticos, miembros de la comunidad germano parlante, artistas y periodistas —incluido este medio— participaron de la recepción, que se extendió hasta pasadas las 21.
Himnos, aplausos y un mensaje directo al corazón de la política global
La ceremonia comenzó con los himnos de Argentina, Austria y la Unión Europea, que fueron seguidos por un respetuoso aplauso colectivo. Luego, el embajador Mayer tomó el micrófono y ofreció un discurso que combinó tono institucional, mensaje político y cercanía con los presentes.
“Esta es la casa de Austria, la casa de los austríacos y de todos nuestros amigos y socios”, comenzó Mayer, marcando el tono de bienvenida. Luego repasó algunos de los ejes de la política exterior del nuevo gobierno austríaco, con énfasis en el relanzamiento del vínculo con América Latina, especialmente con Argentina, Paraguay y Uruguay. “Austria se abre aún más al mundo como un socio estable y confiable en una economía globalizada”, aseguró.
También confirmó que su país se postulará para integrar el Consejo de Seguridad de la ONU en el período 2027/2028 y dejó una definición política clara sobre la guerra en Europa: “Para nosotros es muy importante acompañar la lucha de Ucrania contra la guerra de agresión de Rusia, una guerra imperialista que amenaza con desestabilizar Europa, y no solo Europa”. El Embajador Mayer también recordó la liberación de los últimos rehenes que aún permanecían con vida en manos de Hamás. Pidió por el final del conflicto en Medio Oriente.
Cultura compartida y una comunidad creciente
En el tramo más cálido del discurso, Mayer resaltó los lazos culturales entre Austria y la región. “Con los argentinos y sus vecinos, compartimos muchos valores… y quizás más que con otros”, dijo. Y subrayó el lugar central que ocupa la música en la relación bilateral, saludando especialmente al Mozarteum Argentino.
Además, celebró el crecimiento de la comunidad austríaca en la Argentina, reforzado por la política de ciudadanía para descendientes de austríacos perseguidos por el régimen nazi. “Desde la última fiesta patria, hemos podido reincorporar acá en Argentina unos 150 austríacos a nuestras filas”, detalló.
Como gesto simbólico, anunció que la ciudad de Buenos Aires iluminará hoy, domingo, tres monumentos porteños con los colores de la bandera austríaca.
Goulash, strudel y algo más
Tras el discurso, el evento adoptó un tono más distendido. Los invitados disfrutaron de una mesa generosa con especialidades austríacas y argentinas. El siempre celebrado Goulash con Spätzle —también en versión vegetariana con quesos— fue uno de los platos más buscados, junto con las clásicas salchichas de Viena.
Por el lado argentino, no faltaron los sándwiches de carne y las infaltables empanadas criollas, que también tuvieron gran demanda. En el momento de los postres, el strudel se llevó todos los elogios.
Con una copa de vino o una lata de Red Bull en mano, los invitados recorrieron los jardines, conversaron en alemán, español o inglés, y se sacaron fotos frente a la embajada iluminada. La fiesta se sostuvo en un clima distendido, elegante, con aires de reencuentro.
Diplomacia con rostro humano
El evento no solo sirvió para marcar una fecha patria, sino para mostrar una diplomacia de cercanía, con vínculos culturales y afectivos que se profundizan con el tiempo. “Ustedes son el corazón de nuestras relaciones bilaterales”, dijo Mayer para cerrar su discurso.
Con la colaboración de Carolina Iglesias, Directora de Relaciones Institucionales del Argentinisches Tageblatt
Hacé tu comentario