Buenos Aires (AT) – En el mosaico de tradiciones de Navidad que se despliegan alrededor del mundo, una de las más interesantes y, a veces, desconocidas, es la celebración del Nikolaustag. En algunas regiones de Europa, como Alemania, también se destaca la figura del Krampus.
Estas festividades, que tienen sus raíces en la cultura alemana y austro-bávara, ofrecen un contraste entre la alegría del espíritu navideño y la figura de Krampus, que representa la consecuencia para los niños traviesos.
Aunque usen ropa similar, el Nikolaus no debe confundirse con Santa Claus o Papá Noel, en alemán: “Weihnachtsmann”. Son dos personas diferentes. De hecho, muchas familias religiosas intentan centrarse más en Nikolaus a principios de diciembre para asegurarse de que la Navidad se trate del nacimiento de Jesús y no de regalos.
¿Quién es Nikolaus entonces?
Cada año, el 6 de diciembre, los alemanes recuerdan la muerte de Nicolás de Myra, quien falleció en ese día en 346. Fue un obispo cristiano griego conocido por sus milagros y por dar regalos en secreto.
Las creencias y tradiciones sobre el Nikolaus se combinaron con la mitología alemana, en especial con el dios pagano Odin, barbudo al igual que Nikolaus y que también llevaba una barba y una bolsa.
El Nikolaustag también se celebra en Austria, Suiza y los Países Bajos. En la víspera del 5 de diciembre, Nikolaus, con la ayuda de sus leales acompañantes, los “Nikoläuse,” llena las botas de los niños con dulces, frutas y regalos. Este acto simboliza la recompensa para los que se portaron bien durante el año.
Krampus: un castigo para los niños traviesos
Mientras que el Nikolaus encarna la benevolencia, el Krampus es su contraparte siniestra. El Krampus, una figura demoníaca con cuernos y peluda, se asocia con la noche del 5 de diciembre, conocida como Krampusnacht. Según la leyenda, el Krampus merodea por las calles asustando a los niños que fueron desobedientes.
En algunas comunidades, los hombres se disfrazan como Krampus con trajes aterradores y recorren las calles para asustar a la gente. Algunas representaciones incluyen cadenas y campanas que generan un sonido tenebroso mientras se acercan.
La dualidad de estas tradiciones refleja la complejidad de la cultura alemana. Mientras que el Nikolaustag fomenta la bondad y la recompensa, el Krampus recuerda que cada acción tiene consecuencias. Juntas, estas festividades representan una narrativa completa que abarca desde la alegría y la generosidad hasta la advertencia y la autorreflexión.
Por supuesto, en la actualidad la celebración del Nikolaustag y la conmemoración de la noche del Krampus se ha modificado. En algunos lugares, las representaciones de Krampus se volvieron más lúdicas y teatrales, permitiendo que la tradición persista mientras se suaviza su tono oscuro.
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