La situación del mercado laboral en Europa es, sin dudas, una paradoja difícil de resolver. Mientras 13,1 millones de personas estaban desocupadas en la Unión Europea en mayo de 2025, de acuerdo con Eurostat, en paralelo más de 3 millones de empleos permanecían vacantes en todo el continente. La falta de personal calificado y las diferencias entre oferta y demanda complican la recuperación económica.
Según los datos de Eurostat, el índice de vacantes laborales (JVR, por sus siglas en inglés) se ubicó en 2,1% durante el segundo trimestre de 2025. Esto implica que de cada 100 empleos existentes en la Unión Europea, dos permanecen vacíos. La cifra muestra una leve baja respecto del 2,2% registrado en el primer trimestre y del 2,4% en igual período de 2024.
Las diferencias entre países son marcadas. Rumania presentó la tasa más baja con 0,6%, seguida por España y Polonia con 0,8%, Bulgaria con 0,9%, y Turquía y Eslovaquia con 1,1%. En el otro extremo, los Países Bajos exhibieron la mayor proporción de vacantes con 4,2%, seguidos por Bélgica con 4,1%, Austria y Noruega con 3,4%, y Malta con 3%.

Alemania y Francia, las dos economías más grandes de Europa, registraron un JVR de 2,5%, por encima del promedio europeo. Italia se ubicó por debajo, con 1,7%.
En números absolutos, Alemania encabeza con 1,05 millones de puestos sin cubrir. El Reino Unido se ubica en segundo lugar con 781.000, seguido por Francia con 504.000 y los Países Bajos con 400.000. Turquía reportó 206.000 vacantes, mientras que España alcanzó las 145.000. Entre los países con menor cantidad aparecen Islandia (5.000), Luxemburgo (7.000), Malta (8.000) y Macedonia del Norte (10.000).
Alemania, destino de migrantes y país con más vacantes
La magnitud de las vacantes en Alemania contrasta con su rol como el destino más buscado por migrantes. Según Eurostat, en 2023 Alemania recibió 1.271.000 inmigrantes, de los cuales 324.000 llegaron desde países de la Unión Europea, 905.000 desde fuera del bloque y 42.000 de origen no determinado.
España, por su parte, se ubicó detrás en volumen de inmigración, con 1,25 millones de personas, pero presenta un nivel de vacantes mucho menor. Este contraste refleja que el tamaño de la economía y las características de cada mercado laboral condicionan la capacidad de absorber mano de obra extranjera.
Otros países con más de 100.000 vacantes son Bélgica (170.000), Austria (148.000), Suecia (113.000), Noruega (107.000) y Polonia (101.000). El Reino Unido, pese a no formar parte de la Unión Europea, conserva un papel central: sus 781.000 puestos sin cubrir muestran que la escasez de trabajadores es un fenómeno extendido.
Escasez de habilidades y desafíos
El índice de vacantes no solo mide empleos sin cubrir, también refleja un problema estructural: la brecha de habilidades. Muchos desempleados no cumplen con los requisitos que exigen las empresas.

Una encuesta de ManpowerGroup realizada en 21 países europeos en 2023 reveló que el 75% de los empleadores no encontraba trabajadores con las competencias necesarias. En 2018 esa cifra era de 42%. Alemania y Grecia mostraron los niveles más altos, con un 82% de compañías que reportaron problemas para contratar.
El Eurobarómetro de 2024 arrojó un dato similar: el 54% de las pequeñas y medianas empresas de la Unión Europea colocó la falta de trabajadores calificados entre sus tres principales preocupaciones.
La situación es aún más complicada en algunos sectores estratégicos. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los rubros con mayor déficit de personal en Europa son salud, construcción, transporte y tecnologías de la información. La pandemia profundizó la presión sobre los sistemas sanitarios y aceleró la digitalización, lo que disparó la demanda de perfiles tecnológicos que escasean en casi todos los países.

Los salarios también juegan un papel central. Datos de Indeed y otros portales laborales muestran que los sueldos más altos en Europa se concentran en tecnología, finanzas y áreas vinculadas a la ciencia de datos. En Alemania, por ejemplo, un especialista en ciberseguridad puede superar los EUR 80.000 anuales, mientras que en Francia un ingeniero en inteligencia artificial puede rondar los EUR 70.000. Sin embargo, los sectores con más vacantes, como la construcción y la hostelería, ofrecen remuneraciones más bajas, lo que limita el atractivo para los trabajadores locales.
Europa enfrenta un doble desafío. Por un lado, millones de ciudadanos buscan empleo sin éxito. Por otro, empresas de distintos tamaños no logran cubrir puestos básicos ni especializados. Esta paradoja amenaza con ralentizar el crecimiento económico y genera tensiones sociales.




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