Buenos Aires (AT) – El derretimiento de glaciares está modificando la frontera entre Suiza e Italia. Esto impulsa un reajuste en los mapas a medida que la nieve disminuye y las temperaturas aumentan. El fenómeno está afectando áreas situadas bajo el Matterhorn y la región de Plateau Rosa, en una zona cercana a importantes estaciones de esquí.
Las variaciones en las líneas de los glaciares y las zonas de nieve continua generaron desplazamientos en las fronteras naturales entre ambos países. Suiza ya aprobó la modificación en sus límites, mientras que Italia se encuentra en el proceso de formalizar el acuerdo.
El reajuste de las fronteras responde a intereses económicos comunes. También busca definir las responsabilidades sobre la conservación de ciertas áreas naturales. Según datos recientes, los glaciares suizos perdieron un cuatro por ciento de su volumen en el último año, luego de una pérdida histórica del seis por ciento en 2022, en un contexto de caída récord en la acumulación de nieve.
Investigadores advierten que, de continuar estas tendencias, el retroceso de las líneas glaciares podría intensificarse en los próximos años.
El derretimiento acelerado está sacando a la luz elementos hasta ahora ocultos. Recientemente, se hallaron los restos de un excursionista desaparecido desde 1986 en las cercanías del Matterhorn. Además, en 2022, emergieron los restos de un accidente aéreo ocurrido en 1968 cerca del glaciar Aletsch.
El derretimiento de glaciares en Suiza: una amenaza inminente
El derretimiento de los glaciares en Suiza es una crisis ambiental grave. En 2023, los glaciares suizos perdieron otro 4% de su volumen, siendo la segunda mayor pérdida registrada. El récord fue del 6% en 2022. Estos datos provienen del informe anual del Swiss Glacier Monitoring Network (Glamos), que monitorea 176 de los 1.400 glaciares suizos.
En solo dos años, los glaciares suizos perdieron el 10% de su volumen total. Esta cantidad es equivalente a la pérdida que ocurrió en tres décadas entre 1960 y 1990. Los investigadores advierten que ya podría ser tarde para salvar muchos glaciares, incluso si se cumplen los objetivos climáticos. Matthias Huss, director de Glamos, mencionó a la BBC que aunque la pérdida de este año fue menor a la del año pasado, el panorama sigue siendo desolador. “Es terrible ver cómo se repite lo que ocurrió el año pasado”, afirmó.
Causas del rápido derretimiento
El aumento de las temperaturas, producto del cambio climático, es la causa principal de la desaparición de los glaciares. Los veranos muy calurosos y la baja acumulación de nieve en invierno agravaron la situación. La falta de nieve dejó a los glaciares sin protección, lo que aceleró su derretimiento.
Algunos glaciares más pequeños ya desaparecieron por completo. Este año, Glamos dejó de monitorear el glaciar St Annafirn porque no queda hielo para medir. Otros glaciares también se reducen rápidamente y es probable que no se puedan recuperar, incluso si las temperaturas globales se mantienen dentro del límite de 1.5°C del Acuerdo de París.
Impactos más allá de la pérdida visual
La desaparición de los glaciares no solo afecta el paisaje. Estos cuerpos de hielo aportan agua dulce a los ríos de Europa. Esa agua es vital para el riego de cultivos y para enfriar plantas nucleares. En 2022, la escasez de agua redujo el tráfico fluvial en el río Rin. Este año hubo restricciones similares por el mismo motivo.
El impacto también afecta a los ecosistemas acuáticos. Durante el verano de 2022, se trasladaron peces de los ríos suizos a tanques porque el agua se calentó y disminuyó, haciendo inviable su supervivencia. La desaparición de los glaciares puede empeorar estos problemas en el futuro.
El glaciar Aletsch, el más grande de los Alpes suizos, tiene hielo de hasta 800 metros de espesor en algunas zonas. Sin embargo, incluso este glaciar corre peligro de desaparecer en una generación si no se reduce la emisión de gases de efecto invernadero.
Los glaciares muestran de manera visible los efectos del cambio climático. Según Matthias Huss, estos cuerpos de hielo son esenciales para comunicar la gravedad del problema. Si no se actúa pronto, Suiza y el resto del mundo podrían perder todos los glaciares alpinos para 2100.
Hacé tu comentario