Buenos Aires (AT) – La planta de Tesla en Gruenheide, Alemania, quedó sin electricidad y tuvo que detener la producción después de que presuntos activistas ambientales provocaran un incendio en una subestación eléctrica, informó el periódico BZ.
Michael Stübgen, ministro del interior del estado alemán de Brandeburgo, donde está ubicada la gigante fábrica, calificó el incendio como “un terrible ataque incendiario” que dañó una línea eléctrica de alta tensión tan gravemente que cortó el suministro eléctrico tanto a la fábrica de Tesla como a los pueblos circundantes.
“Si los hallazgos iniciales se confirman, este será un ataque terrible a nuestra infraestructura eléctrica”, dijo Stübgen en un comunicado. “Miles de personas fueron privadas de servicios básicos y puestas en peligro.”
Stübgen agregó que, aunque se sospecha de un incendio provocado, los perpetradores son desconocidos, “así que advertiría contra la especulación apresurada”.
Aunque las autoridades todavía no confirmaron la naturaleza del incidente, el grupo extremista de izquierda Volcano Group asumió la responsabilidad en una supuesta publicación en el sitio de noticias alternativo alemán Kontrapolis. La publicación acusó a Tesla de devorar “tierra, recursos, personas y trabajo” y llamó al propietario de Tesla, Elon Musk, un “tecnofascista” cuyo “capitalismo verde” es “un ataque tecnológico totalitario a la sociedad”.
“Nuestro objetivo con nuestro sabotaje es causar el mayor apagón posible de la Gigafábrica. Hemos descartado poner en peligro nuestras vidas y las de otras personas”, dijo Volcano Group en la publicación. “El cierre de la producción en la industria automotriz es el comienzo del fin de un mundo de destrucción.”
El ataque es extremo, pero sin embargo la oposición a la gigafábrica de Tesla en Grünheide no es nueva. La empresa había estado planeando expandir las operaciones en la fábrica, lo que requeriría derribar un bosque vecino a la fábrica actual, pero los residentes de Grünheide se opusieron al plan.
El mes pasado, los residentes votaron en contra de una moción para permitir que Tesla despejara el bosque en un intento de duplicar la capacidad de producción en la planta. Sin embargo, la votación no fue vinculante y desde entonces los activistas ambientales han construido un campamento de protesta en el bosque en un intento de evitar su destrucción si Tesla y las autoridades locales continúan con su plan.
La respuesta de Elon Musk y Tesla
El dueño de Tesla, Elon Musk, condenó de inmediato el ataque y lo calificó como “absurdo”. Según dijo, se estima que la reanudación de la fabricación de automóviles no ocurrirá antes de la próxima semana, con un costo potencial del apagón que se estima en “una cantidad cercana a los nueve dígitos en euros”.
En una publicación en X, previamente conocido como Twitter, Musk utilizó la expresión alemana “extrem dumm” (“extremadamente estúpido”) para describir el ataque al sitio. “Estos son o los eco-terroristas más tontos de la Tierra o son marionetas de aquellos que no tienen buenas intenciones ambientales”, expresó.
Por su parte, Tesla confirmó que los trabajadores fueron evacuados, asegurando que el edificio está en un “estado seguro”. Aunque el fuego no llegó a la fábrica de automóviles eléctricos en sí, sí dañó un poste de electricidad y cables de alta tensión.
Todavía cerca de 100 personas están acampando en un bosque próximo a la fábrica. Sin embargo, estos activistas han negado cualquier participación en el incendio. Un grupo, conocido como Robin Wood, declaró a la BBC que “no tuvo ninguna relación con el fuego”.
Actualmente, la fábrica de Tesla produce alrededor de 500.000 autos al año, con planes de duplicar esa cifra. La producción no se espera que se reanude hasta la próxima semana, según el gerente de la planta, Andre Thierig, quien también señaló que el apagón podría resultar en pérdidas financieras significativas en el rango de “nueve dígitos en euros” debido al corte en ambas líneas eléctricas hacia la planta.
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