Buenos Aires (AT) – Las estaciones de esquí del sur de Alemania y Austria se preparan para abrir a finales de noviembre o principios de diciembre, con la esperanza de que las bajas temperaturas y las nevadas permitan una temporada exitosa. Zugspitze, la montaña más alta de Alemania, planea inaugurar la temporada el 29 de noviembre.
Sin embargo, el cambio climático representa un desafío constante para los deportes de invierno. La Asociación Alemana de Teleféricos y Remontes (VDS) informó que la falta de nieve afectó gravemente las pistas en los valles durante la temporada pasada, mientras que las zonas más elevadas recibieron nevadas superiores al promedio.
El invierno pasado en Europa expuso las consecuencias del calentamiento global y trajo consigo fenómenos meteorológicos extremos y fluctuaciones que afectaron la planificación de las estaciones. A inicios de este año, la estación de esquí de Jenner, en la región bávara de Berchtesgadener Land, cerró definitivamente la práctica del esquí tradicional, luego de décadas de operación, como resultado del impacto climático.
Estrategias para reducir emisiones
Los operadores de remontes en Alemania están trabajando para reducir sus emisiones de CO2 y adaptarse a un entorno cambiante. Según la VDS, el 74% de la energía utilizada en los teleféricos proviene de fuentes renovables. Además, muchas estaciones promueven opciones de transporte más ecológicas, como traslados gratuitos o paquetes de transporte público, ya que los desplazamientos hacia las estaciones generan casi el 80% de las emisiones en un día de esquí.
A pesar de los esfuerzos por adaptarse, la realidad económica de la temporada de esquí también está marcada por aumentos en los costes, principalmente en energía y personal. Esto se reflejará en un incremento de menos del 3% en el precio de los forfaits, según la VDS. Aun así, los deportes de invierno en los Alpes continúan siendo fundamentales para la economía regional.
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