Buenos Aires (AT) – Del mismo modo que existe el índice Big Mac para las hamburguesas, los kebabs en Alemania también cuentan con su propio indicador económico. El precio de este popular plato turco se duplicó en los últimos años, lo que influenció la percepción de una inflación descontrolada.
Este fenómeno, conocido como Kebabflación o Dönerflation, genera preocupación entre la clase política. En particular, los sectores más izquierdistas del Bundestag abogan por limitar estos precios.
Los restaurantes de kebab en Alemania, que una vez fueron símbolos de accesibilidad, ahora son testigos del descontento a medida que los precios se disparan. Lo que solía costar alrededor de EUR 4 antes de la pandemia, ahora se acerca a los EUR 7, casi el doble de su precio anterior.
Esta inflación ha transformado al kebab en algo más que un simple alimento callejero, convirtiéndose en un reflejo de los desafíos económicos que enfrenta Alemania. Ahora, su costo actúa como un indicador económico que contrasta con la inflación oficial del 2,2%.
¿Cuánta inflación marca el kebab?
El precio promedio del döner kebab, introducido en Alemania por inmigrantes turcos, aumentó un 75% en los últimos años. Este incremento llevó a que tanto consumidores como políticos de izquierda propongan en el Bundestag medidas para limitar su precio y crear subsidios que mantengan su asequibilidad.
El kebab, considerado una opción económica, ahora es visto como un barómetro de la economía alemana, que en 2023 experimentó una caída del 0,3% en su PIB, junto con una disminución en las ventas minoristas y exportaciones.
El döner kebab es el plato callejero más popular en Alemania, con aproximadamente 18.000 negocios que generan unos EUR 7.000 millones anualmente y venden alrededor de 1.300 millones de döner al año.
El aumento de los salarios y los costos energéticos, junto con las tensiones geopolíticas como la guerra en Ucrania, contribuyeron a lo que el canciller alemán Olaf Scholz ha denominado Dönerflation, según Euro News. Scholz ha expresado su sorpresa ante la frecuencia con la que se le pregunta sobre la posibilidad de controlar los precios del kebab.
El debate de la inflación en el Parlamento
Este tema captó la atención de varios partidos políticos, generando debates sobre posibles soluciones. Los partidos de izquierda, como Die Linke, propusieron una Donerpreisbremse, o límite al precio del kebab, similar a las regulaciones que controlan los alquileres en ciertas regiones. Die Linke sugiere un precio máximo de EUR 4,90, con una tarifa reducida de EUR 2,90 euros para jóvenes de entornos desfavorecidos, lo cual costaría unos EUR 4.000 millones anuales en subsidios.
A pesar de estos llamados, Scholz ha descartado la viabilidad de los controles de precios en una economía de libre mercado, y prefirió elogiar los esfuerzos del Banco Central Europeo para gestionar la inflación.
Por otro lado, los vendedores de kebabs lamentan su “incapacidad para influir en los precios”, citando factores como los costos de alquiler, energía y alimentos, que están fuera de su control.
El debate sobre los precios del kebab refleja un cambio en la actitud hacia la asequibilidad de los alimentos y el papel de la intervención estatal en el mercado. Desde una perspectiva de justicia social, la Dönerflation subraya las dificultades que enfrentan las personas con bajos ingresos, para quienes incluso modestos aumentos de precios pueden tener graves consecuencias.
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