Buenos Aires (AT) – La Comisión Europea aprobó una ayuda estatal para un plan de Alemania que destinará EUR 2.200 millones en subvenciones directas para apoyar inversiones que eliminen el carbono en los procesos de fabricación industrial en empresas pequeñas y medianas.
Según un comunicado de prensa de la Comisión, la medida estará disponible para empresas que dependan del uso de combustibles fósiles en Alemania. La descarbonización deberá adoptar la forma de electrificación o inversiones que permitan la sustitución de combustibles fósiles por hidrógeno renovable o sus derivados.
Cada beneficiario podría recibir hasta EUR 200 millones antes de finales de 2025. Este esquema forma parte de las nuevas directrices de financiamiento Bundesförderung Industrie und Klimaschutz (BIK) del gobierno alemán.
El Ministerio de Economía y Acción Climática de Alemania señaló que BIK apoyará inversiones en todos los sectores industriales que reduzcan las emisiones de CO2 en al menos un 40%, mediante la conversión de procesos de combustibles fósiles a electricidad o hidrógeno renovable.
Para obtener financiamiento de más de EUR 15 millones, los estados federales deben cofinanciar el 30% de las subvenciones. El financiamiento de BIK aún debe pasar por procedimientos nacionales, pero se lanzará poco después de la adopción federal.
El nuevo esquema de 2.200 millones de euros complementará el programa de Contratos de Carbono por Diferencia (CCfD) de Alemania, que tiene como objetivo pagar a la industria pesada para cambiar a procesos de bajo carbono, incluyendo el uso de hidrógeno verde.
La Comisión considera que este esquema alemán es necesario, adecuado y proporcionado para acelerar la transición verde y facilitar el desarrollo de ciertas actividades económicas. Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión, destacó que esta medida ayudará a acelerar la transición verde y reducir la dependencia de Alemania de los combustibles fósiles importados, en línea con el Plan REPowerEU y el Plan Industrial del Pacto Verde.
¿Es posible una economía neutra en carbono?
La economía neutra en carbono, como se define en el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de 2023, “busca equilibrar un aumento de emisiones en un sector, como la agricultura, con reducciones correspondientes en otro”. Este enfoque, según el informe, ayuda a “limitar el calentamiento global” al vincular la tasa de emisiones con el aumento adicional de la temperatura y proporciona un método escalonado para alcanzar los objetivos climáticos.
Además, estas medidas permiten evaluar la efectividad de las medidas de reducción de gases de efecto invernadero, como la implementación de fuentes de energía renovable, mientras que también consideran factores de mitigación como iniciativas de captura de carbono o esquemas de reforestación.
Los informes del IPCC, como el AR6 sobre Cambio Climático de 2023, enfatizan la urgencia de reducir las emisiones para limitar el aumento de las temperaturas globales a no más de 1,5°C-2°C por encima de los niveles preindustriales. Este límite es crucial para prevenir los impactos devastadores del cambio climático, como eventos climáticos extremos, aumento del nivel del mar y pérdida de biodiversidad.
Para alcanzar el objetivo de mantener el calentamiento por debajo de 1,5°C, el informe del IPCC establece que las emisiones deben reducirse al menos un 43% para 2030 en comparación con los niveles de 2019, y al menos un 60% para 2035. Este período se considera crucial para tomar medidas decisivas.
Algunos países, como el Reino Unido, han logrado cumplir con sus objetivos de presupuesto de carbono, como se menciona en la carta abierta del profesor Piers Forster al diputado Graham Stuart, presidente interino del Comité de Cambio Climático (CCC).
Sin embargo, es importante mantener un enfoque ambicioso hacia el neto cero de emisiones y no permitir que las emisiones excedentes comprometan este objetivo. La carta señala que el cumplimiento del tercer presupuesto de carbono del Reino Unido se vio facilitado por factores externos como el impacto de la pandemia de COVID-19 en las emisiones de transporte.
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