jueves, 10 de julio de 2025

Buenos Aires (AT) – En Viena avanza la construcción de una nueva torre que promete modificar el perfil urbano de la capital austríaca. Se trata de la DC Tower 2, una estructura de 174 metros de altura que, una vez finalizada, se convertirá en el segundo edificio más alto del país. Su finalización está prevista para 2026.

Ubicada en el distrito Donau City, la torre se levanta junto a la ya existente DC Tower 1, que con sus 220 metros sigue siendo la más alta de Austria. El proyecto original concebía ambas torres como gemelas, pero el diseño de la segunda fue reformulado por recomendaciones del Consejo Asesor de Planificación Urbana. El resultado es un edificio de 30 plantas con espacios de oficina flexibles, áreas de coworking y zonas de restauración en su base.

Uno de los aspectos más innovadores del proyecto es su fachada con elementos solares integrados. Se trata del primer uso a gran escala de fotovoltaica en la envolvente de un rascacielos en Europa. Esta decisión busca mejorar la eficiencia energética del edificio, en línea con los nuevos estándares de sostenibilidad urbana.

Un edificio para la nueva Viena

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Una ciudad que mira hacia arriba y apuesta por un skyline moderno que refleje innovación y compromiso ambiental.

La DC Tower 2 no solo destaca por su altura. Está pensada como un centro de actividad empresarial y laboral moderno. Cada una de sus plantas tendrá una superficie de unos 980 m², lo que permitirá configuraciones abiertas, adaptables y compartidas. La planta baja incluirá restaurantes, comercios y espacios comunes, con acceso directo desde el espacio público.

La torre forma parte del desarrollo del distrito Donau City, un proyecto urbanístico iniciado en los años 90 sobre antiguos terrenos ferroviarios. En las últimas tres décadas, esa zona se transformó en un polo de arquitectura contemporánea. Allí funcionan ya empresas multinacionales, instituciones internacionales y sedes gubernamentales.

El diseño arquitectónico apunta a combinar altura con eficiencia. La integración de energía solar en la fachada responde tanto a criterios ambientales como estéticos. La estructura utilizará materiales de alta durabilidad y aislamiento térmico, además de sistemas de ventilación automatizada.

Tecnología de construcción de alta precisión

La empresa alemana Peri, especializada en sistemas de encofrado y andamios, volvió a tener un rol central en esta obra, como ya lo había hecho en la DC Tower 1. Desde el inicio del proyecto, Peri aportó equipos y soluciones técnicas adaptadas a las necesidades de un edificio de gran altura.

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El horizonte de Viena comienza a transformarse con proyectos que combinan altura, diseño y eficiencia energética.

Durante las primeras etapas, hasta la sexta planta, se empleó una técnica de construcción convencional, gracias a elementos de acero sólidos en los muros laterales. A partir de ahí, se adoptó una estrategia optimizada para acelerar los procesos y aumentar la seguridad.

El núcleo del edificio fue dividido en cuatro zonas de trabajo. Esto permitió avanzar en paralelo con distintos equipos. Se utilizó un sistema de encofrado trepador con plataforma cerrada para el hormigonado, lo que posibilitó trabajar de manera segura incluso en alturas superiores a dos pisos y medio. El encofrado Maximo, con ajuste mediante carro, redujo los tiempos de ejecución. Para la protección de los operarios se usó el panel RCS P, que funciona como escudo contra caídas, viento fuerte y desprendimientos de materiales.

Estas tecnologías no solo redujeron riesgos laborales, sino también tiempos muertos y errores en la obra. Según Peri, los sistemas implementados están diseñados específicamente para construcciones verticales donde la precisión estructural es crítica.

Una torre con sello europeo

La DC Tower 2 representa una apuesta por combinar diseño, sostenibilidad y tecnología en un mismo edificio. No es un caso aislado. En los últimos años, Austria y otros países del centro europeo comenzaron a incorporar criterios más estrictos de eficiencia energética en sus proyectos de gran altura.

El uso de fachadas activas, como la fotovoltaica, permite aprovechar superficies verticales que antes eran pasivas. Esta solución, aunque todavía poco común, podría extenderse a nuevas torres en ciudades con buena radiación solar.

En cuanto a costos, el valor total del proyecto no fue oficialmente publicado. Sin embargo, se estima que una obra de estas características podría rondar entre EUR 150 y EUR 200 millones, considerando los estándares técnicos y arquitectónicos aplicados.

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