Jürgen Klopp dejó atrás la intensidad de los vestuarios y los estadios colmados. El exitoso entrenador alemán, que ganó la Champions League con el Liverpool y múltiples títulos en Alemania e Inglaterra, sorprendió al mundo del fútbol cuando en enero de 2024 anunció su salida de Anfield. En ese momento, Liverpool peleaba en todas las competencias y parecía insólito que un técnico en la cima de su carrera decidiera dar un paso al costado.
Sin embargo, su decisión no fue improvisada. Klopp explicó que la presión de “sentir el pecho cerrado antes de cada partido” ya no era sostenible. “Podría haber seguido, pero estaba al límite. Mi botella estaba llena y una gota más hubiera explotado”, relató en una entrevista con CBS Sports.

El nuevo desafío en Red Bull
Lejos de retirarse, Klopp aceptó un cargo inédito: jefe global de fútbol en Red Bull. El conglomerado deportivo, que maneja clubes en Europa, Estados Unidos y Asia, le ofreció un puesto estratégico en el que diseña la filosofía de juego y supervisa proyectos de formación de talentos.
“Mi vida siempre fue como la filosofía Red Bull: organización perfecta contra la pelota, intensidad alta. Encajamos naturalmente”, dijo el alemán de 58 años. Mario Gómez, exdelantero de la selección germana y actual director técnico del grupo, lo describió como “un verdadero maestro del juego, que inspira a todos con su mentalidad de aprendizaje permanente”.

“No extraño nada”
La frase más repetida por Klopp desde que se alejó de los bancos de suplentes es categórica: “No extraño nada del trabajo de entrenador”. Reconoce que ver partidos sin tener que cargar con la “responsabilidad al mil por ciento” es un alivio. Ahora organiza su tiempo libre, viaja, observa fútbol y participa en reuniones estratégicas, sin la presión de justificar cada derrota ante la prensa.
Incluso bromeó: “El año pasado, un sábado como este hubiera tenido que explicar por qué perdimos contra el Crystal Palace. Hoy camino feliz por Central Park”.

Un cuerpo que pidió descanso
Después de dejar Liverpool, Klopp vivió una advertencia física. Tras asistir al debut de Alemania en la Eurocopa 2024, sufrió una gripe severa que lo dejó dos semanas en cama. “Nunca estuve tan enfermo en mi vida. Mi cuerpo necesitaba parar”, confesó.
Ese episodio reforzó su convicción de no volver a dirigir a corto plazo. “Si hoy tuviera que decidir, diría que no. No volveré a entrenar”, afirmó, aunque con una salvedad: “Carlo Ancelotti tiene más de 60 y sigue. Quizás en unos años cambie de opinión”.
Filosofía y estilo de juego
Aunque ya no da órdenes al borde del campo, Klopp sigue pensando como entrenador. Insistió en que todas las franquicias de Red Bull jueguen con línea de cuatro defensores y sistemas flexibles como 4-3-3 o 4-2-3-1. “Los mejores equipos del mundo juegan con extremos. Eso marca la diferencia”, explicó.
Su idea central es ofrecer un marco estable para que los jugadores jóvenes se animen a arriesgar. “Quiero darles alas. Si el equipo es sólido atrás, ellos pueden ser valientes adelante: tirar un caño, un taco, mostrar su talento”, resumió.

Futuro sin selección
El alemán fue vinculado a varias selecciones nacionales, entre ellas Inglaterra, Estados Unidos e incluso Alemania. Pero él mismo descartó esa opción: “Nunca estuve en esa situación. Para mí, entrenar una selección no es menos intenso. Por ahora, no me lo imagino”.
Klopp, en cambio, se mostró como un firme defensor de Julian Nagelsmann, actual DT de Alemania: “Espero que salga campeón del mundo y renueve muchos años más”.

Una vida más equilibrada
La gran diferencia, reconoce, está en la libertad. “Antes salía de vacaciones solo cuando me lo permitían. Ahora elijo cuándo irme, y Mario Gómez se queda al frente. El mundo no cambia porque uno de nosotros se tome una semana libre. Y así debería ser siempre”, aseguró. En su nuevo rol, Klopp mantiene la pasión por el fútbol, pero desde otro ángulo. Mira la misma cantidad de partidos que antes, participa en decisiones clave, evalúa entrenadores y jugadores. “Sigo gestionando. La única diferencia es que no estoy en la cancha”, concluyó.




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