Buenos Aires / Gütersloh – La mayor economía de Europa tiene -entre otros- un problema de falta de talento. Ahora comienza a emerger la dimensión de cuan urgente el problema se puede transformar para Alemania en una crisis y cuánto depende de incorporar trabajadores extranjeros al mercado laboral alemán. Un análisis encargado por la fundación Bertelsmann Stiftung muestra que se necesitarían unos 288.000 trabajadores internacionales al año hasta 2040 para disponer de una oferta suficiente. Actualmente, la migración laboral es considerablemente inferior a la necesaria. Hay que eliminar obstáculos y mejorar las condiciones de los emigrantes, afirma Susanne Schultz, experta en emigración de la fundación, según recopila la dpa.
Una experiencia reveladora
Un ejemplo puede ser aleccionador. Un joven de 29 años, que huyó de Siria en 2016, declaró a la Agencia Alemana de Prensa recientemente que había cursado una licenciatura y un máster en universidades de Renania del Norte-Westfalia, y que ahora abandona Alemania como informático bien formado. El destino? Suiza.
“Siempre me he esforzado por generar los mejores resultados para que me reconocieran como un igual a nivel profesional, pero aún así me sentí discriminado y rechazado a nivel social”, comenta el joven, que pide mantener el anonimato. Según cuenta, en Alemania se encontró con mucha desvalorización en su vida social, en su entorno de estudios y en su trabajo a tiempo parcial. A pesar de tener un trabajo a tiempo parcial en un instituto y un postgrado de excelencia, no recibió una oferta de trabajo adecuada: “Quiero que me traten como a un igual, pero no quiero mendigarlo”, resume.
El experto Schultz cree que el caso no es atípico. “Alemania no puede permitirse algo así, necesita ser más atractiva“, dice. El estudio también advierte de que hay que intensificar la contratación de trabajadores cualificados extranjeros y, para eso, eliminar obstáculos.
Una demanda con diferencias regionales
La proyección calcula que Alemania necesitará una media de 288.000 personas del extranjero cada año hasta 2040. Un segundo modelo de proyección, que se basa en un punto de partida ligeramente menos favorable, supone incluso que se necesitarán 368.000 personas. De 2041 a 2060 -suponiendo también efectos positivos de la inmigración anterior- cabe esperar una necesidad media anual de unas 270.000 personas.
Sin inmigrantes adicionales, el número de trabajadores descendería de los 46,4 millones actuales a 41,9 millones -en torno a un 10%- debido al cambio demográfico. El impacto de la falta de inmigración podría variar de una región a otra: según el análisis, el descenso en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado, se situaría en torno a la mitad de la tabla, con un supuesto descenso del 10%. Turingia, Sajonia-Anhalt y Sarre se verían más afectados. Sin embargo, Baviera, Baden-Wurtemberg y Hesse también se enfrentarían a una grave escasez de personal sin mano de obra internacional adicional.
La falta: inmigración de terceros países, no de la UE
La inmigración procedente de otros países de la Unión Europea (UE) ha caído bruscamente en los últimos tiempos y apenas será significativa en el futuro, según los informes. Esto hace que los terceros países sean aún más importantes. Según Schultz, en 2023 llegarán unos 70.000 trabajadores de terceros países, pero 20.000 abandonarán Alemania al mismo tiempo. Esto se debe en parte a los problemas con los permisos de residencia, pero también a la discriminación.
“Alemania tiene ahora una ley de inmigración muy liberal”, afirma el investigador, refiriéndose a la Ley de Inmigración de Trabajadores Cualificados reformada. “Sin embargo, debe aplicarse mucho mejor en la práctica”. La burocracia y la escasez de personal, incluso en las autoridades de inmigración, son los principales obstáculos.
Además, es necesario un cambio mental en muchas autoridades: “pasar claramente de una actitud restrictiva y despectiva a una acogida activa”. Se necesitan más conocimientos sobre la contratación en el extranjero o la evaluación de las cualificaciones extranjeras. “Pero también hay historias de éxito. Muchas cosas van muy bien”. Se busca mano de obra en casi todos los sectores: construcción y oficios, asistencia y sanidad, turismo y también en gran medida en el sector de las TI.
Discriminación en las profesiones de alto nivel
Según el estudio, el éxito de la inmigración en el mercado laboral beneficia a las empresas y a los inmigrantes, y también debería “promover de forma sostenible actitudes de cooperación hacia la inmigración entre la población local”. Sin embargo, existe discriminación y una tendencia a que la discriminación esté más extendida en las profesiones de alto nivel que en los trabajos que pueden desempeñarse con menor cualificación, dijo Herbert Brücker, del Instituto de Investigación sobre el Empleo (IAB). “Cuanto más se trata de inmigrantes en profesiones académicas y de alto nivel, más fuertes se vuelven a veces las señales de rechazo”, explica el economista: “Cuando los inmigrantes quieren ser maestros, profesores o jueces, observamos que se vuelve problemático”.
Además: “En general, estas personas están bien integradas, tienen altas cualificaciones y rinden bien, pero aun así a menudo denuncian experiencias de discriminación“, subraya Brücker. Las encuestas muestran una y otra vez: “Mucha gente dice, por ejemplo, que un sirio o un musulmán como colega está bien para ellos, pero un musulmán o un sirio como jefe, profesor, juez o alcalde sería un problema para ellos.”
Por qué Suiza lo hace mejor
El experto del IAB en migración, integración e investigación del mercado laboral internacional sabe: “No todas las personas de origen inmigrante están en desventaja en el mercado laboral, pero la discriminación desempeña un papel y aquí hay jerarquías claras”. Mientras que los austriacos o los suizos, por ejemplo, son tratados como alemanes, el escepticismo hacia los países de origen del sur de Europa suele empezar enseguida. “Las personas procedentes de Turquía, Oriente Medio y el África subsahariana son las más afectadas por la discriminación, luego disminuye de nuevo hacia Extremo Oriente“, resume.
Brücker deja claro que esta discriminación no es un problema exclusivo de Alemania. La discriminación y las desventajas para determinados grupos de inmigrantes también existen en Suiza, en otros países europeos y en Estados Unidos. “Sin embargo, Suiza cuenta desde hace muchos años con una elevada proporción de trabajadores extranjeros. Allí también es más normal que los altos cargos estén ocupados por extranjeros e inmigrantes”.
Lo confirma el especialista en informático de 29 años, que dejó Alemania y se ha instalado en Berna: “Tengo buenas condiciones para un nuevo comienzo, me respetan en el trabajo, he recibido varias ofertas de alojamiento compartido y ya no me miran así”.
Yuriko Wahl-Immel, dpa
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