La marca de calzado Elgg, considerada la más antigua de Suiza, inicia una nueva etapa tras su adquisición por Kybun Joya, la empresa dirigida por Claudio Minder y Karl Müller. El anuncio despertó interés en la industria y profundizó el valor simbólico de una marca que formó parte de la historia militar del país. Elgg fue durante décadas referente en la fabricación de los icónicos Kampfstiefel 90, los zapatos utilizados por el Ejército suizo hasta 2020. La noticia marca un retorno esperado por quienes conocieron ese calzado resistente y asociado a la identidad castrense helvética.
Kybun Joya comunicó que el objetivo es reactivar la línea de producción y presentar un nuevo modelo adaptado a las necesidades actuales. El proyecto busca combinar tradición y tecnología, con una mirada orientada a recuperar la esencia de un producto que permaneció en silencio durante más de dos décadas. La expectativa en la región es considerable, tanto por el arraigo histórico como por el potencial económico que implica la recuperación de una marca con fuerte reconocimiento.
Elgg, un regreso que combina tradición y estrategia industrial
Elgg posee una trayectoria que comienza en 1847, cuando se instaló en Winterthur la primera fábrica de calzado de Suiza. A partir de ese origen, la marca se consolidó como un símbolo nacional y marcó el rumbo de la industria durante gran parte del siglo XX. La empresa fabricó miles de pares de botas militares y acompañó capítulos decisivos de la historia europea. El estallido de la Primera Guerra Mundial impulsó su producción, debido a la demanda explosiva de equipamiento para soldados. Ese período consolidó su reputación como fabricante de calidad.

En su etapa más activa, la marca llegó a producir hasta 500 pares por día, con una plantilla de alrededor de 100 empleados. Eran cifras que mostraban la magnitud del negocio y el reconocimiento del Ejército suizo hacia Elgg. Los Kampfstiefel 90, conocidos por su resistencia y por su diseño robusto, marcaron generaciones de reclutas. El modelo se transformó en un objeto cultural, asociado al rigor militar y al estilo propio de la época.
La llegada del nuevo siglo puso presión sobre la empresa. El ingreso de productores extranjeros con costos laborales más bajos redujo la competitividad de Elgg. A partir de la década de 1970, el avance de marcas de países con salarios menores golpeó con fuerza a la industria local.
Aunque Elgg resistió durante años, la situación se volvió insostenible. En 2002, la empresa cerró su producción en Suiza y la marca quedó reducida a un nombre sin actividad. Durante más de veinte años, permaneció en el mercado sin presencia concreta ni desarrollo visible.

La compra por parte de Kybun Joya busca revertir ese escenario. Según los nuevos propietarios, la marca necesita recuperar su sentido original: producción suiza, estándares altos y vinculación directa con la identidad nacional. “Elgg es un patrimonio de la industria suiza del calzado”, señaló Claudio Minder al presentar el proyecto. La frase resume el espíritu de esta nueva etapa.
La apuesta por un nuevo modelo militar en Suiza
El plan de Kybun Joya incluye un giro llamativo. La empresa iniciará la producción con un modelo diseñado exclusivamente para mujeres. La decisión busca responder a la demanda del Ejército suizo, que incorporó más mujeres en los últimos años y requiere equipamiento específico. Los fabricantes consideran que un calzado con horma y estructura adaptadas mejorará el rendimiento y la comodidad.
El diseño de estos nuevos botines ya está en desarrollo. Los primeros prototipos llegarán el próximo año, según adelantaron los directivos. La idea es que, una vez evaluados por las autoridades militares, la producción avance hacia un nivel superior y se amplíe a modelos masculinos. El objetivo final será restablecer una línea industrial estable y basada en mano de obra suiza.

Hoy, el Kampfstiefel 19, el botín que utiliza la tropa, proviene de varios proveedores. Entre ellos se encuentra la firma suiza Minerva, que fabrica parte del calzado en el exterior, en países como Rumania. Elgg busca ocupar nuevamente ese espacio, pero con una propuesta basada en producción nacional. “Los soldados suizos merecen zapatos suizos”, afirmó Müller, una frase que sintetiza la estrategia de diferenciación.
La recuperación de un proyecto de estas características también podría generar empleo en la región. La empresa planea elevar la capacidad productiva de manera escalonada, con una estructura que permita responder a pedidos del Ejército y, eventualmente, del mercado civil. Aunque no se difundieron cifras, la expectativa se centra en construir un modelo de negocio sólido.



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