La automotriz Togg se hizo conocida en el mundo automotor como el “Tesla turco”. Y comenzó a vender sus primeros autos eléctricos en Alemania. La automotriz turca entregó 600 unidades en Stuttgart, ciudad símbolo de la industria automotriz alemana, y puso en marcha una estrategia que apunta a competir directamente con gigantes como la propia marca de Elon Musk y Volkswagen, apostando a precios más bajos, diseño atractivo y fuerte integración digital.

Togg, una startup con respaldo industrial y ambiciones globales
La marca Togg (acrónimo de “Türkiye’nin Otomobili Girişim Grubu”) fue creada en 2018 como un consorcio respaldado por empresas industriales turcas y la Unión de Cámaras de Comercio e Industria de Turquía (TOBB). Bajo la dirección de Gürcan Karakaş, exdirectivo de Bosch, la compañía se posiciona como una firma tecnológica más que una automotriz tradicional. Su propuesta: un “smartphone sobre ruedas”.
En Turquía, Togg ya lidera el segmento de autos eléctricos con más de 70.000 unidades vendidas. Su meta es ambiciosa: producir 175.000 vehículos por año a partir de 2030.

Modelos, autonomía y precios por debajo del mercado
Los modelos que llegan a Alemania son el SUV T10X y la berlina T10F. Ambos son 100% eléctricos, están disponibles con tracción trasera o integral y lograron la máxima puntuación (cinco estrellas) en las pruebas de choque Euro NCAP.
El T10X, un SUV de 4,60 metros, se ofrece con baterías de 52,4 kWh (314 km de autonomía) y 88,5 kWh (hasta 523 km). La versión más potente, con tracción integral, alcanza los 435 caballos de fuerza pero reduce su autonomía a 468 km. Por su parte, la berlina T10F mantiene las mismas opciones mecánicas, pero gracias a su menor peso ofrece hasta 623 km de autonomía.
El precio de entrada parte en 34.295 euros (noviembre de 2025), significativamente por debajo de rivales como el VW ID.4 o el Tesla Model Y. Por el momento, las ventas son exclusivas a través de Trumore, la plataforma digital de la empresa, sin intermediarios ni concesionarias.

Diseño digital y experiencia de usuario al estilo “Silicon Valley”
El interior de los modelos Togg está dominado por pantallas: una instrumentación digital de 12,3 pulgadas, un panel táctil central de 29 pulgadas y un tercer display en la consola. La conectividad es central en la experiencia de usuario: el vehículo se controla y actualiza vía app, como un celular.
Según explicó Karakaş al diario Handelsblatt, el objetivo es generar “espacios digitales que mejoren la vida diaria con confort, eficiencia e integración a los ecosistemas personales”. La marca evita deliberadamente el esquema clásico de concesionarias y talleres: hay tres centros de servicio en Berlín, Bottrop y Múnich, y un hub europeo en Stuttgart.

Una apuesta fuerte al mercado turco-alemán
El desembarco de Togg en Alemania no es casual. Allí residen entre 2,5 y 3 millones de personas con raíces turcas. Este segmento representa el núcleo inicial al que apunta la marca. A mediano plazo, el objetivo es expandirse a Francia e Italia, donde también hay comunidades importantes.
El posicionamiento como “Tesla turco” no es casual ni inocente. Busca capitalizar el orgullo nacional, pero también generar tracción en el exigente mercado europeo con una propuesta tecnológica y económica a la vez. La fabricación se realiza en la planta de Gemlik, en el oeste de Turquía, donde Togg opera junto a Farasis una fábrica de baterías bajo el nombre de Siro.

Desafíos por delante
Togg no es la primera en intentar esta estrategia. Varios fabricantes chinos han fracasado en el intento de vender sin red de concesionarios. La clave estará en la confiabilidad de sus autos, el servicio postventa y la capacidad de escalar su producción. La marca turca ha dado un primer paso audaz. Con precios competitivos, diseño moderno y un enfoque digital disruptivo, se metió en el corazón industrial de Alemania. Si logrará sostener ese envíon, solo el tiempo lo dirá.





Hacé tu comentario