martes, 4 de junio de 2024

Buenos Aires (AT) – México ya tiene presidenta. El domingo 2 de junio de 2024  las urnas dieron como vencedora a la candidata oficialista, Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer en ganar unas elecciones presidenciales por primera vez en dos siglos desde la independencia del país. La Deutsche Welle realizó el siguiente perfil sobre la nueva mandataria, que promete reconfigurar las relaciones entre la segunda economía de la región y sus pares.

La llegada al Palacio Nacional

Con un 58,79 % de los votos, Sheinbaum fue elegida por cerca de 35,5 millones de mexicanos, según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE), cinco millones más que los que apoyaron a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Expertos consultados por DW sitúan al presidente saliente como un pilar fundamental en el éxito electoral de su candidata, sin que eso haya eclipsado el perfil político y estilo propio de Sheinbaum, más bien lo contrario.

“Sheinbaum ha construido una imagen de seriedad y capacidad técnica, con una trayectoria académica y profesional que le han conferido una percepción de competencia y dedicación, lo que ha sido fundamental para ganar la confianza de los votantes”, dice a DW Angélica Cazarín, directora del Centro de Estudios Políticos y Sociales del Colegio de Tlaxcala, México.

Una trayectoria política marcada por la investigación

Sheinbaum, descendiente de judíos que emigraron a México en el siglo XX, nació en la capital de ese país un 24 de junio de 1962. De sus padres, de izquierda e involucrados en la comunidad científica, posiblemente haya nacido su afán por la ciencia, que la llevó a destacar en los campos de la Física, con una licenciatura, y de la Ingeniería Energética, con una maestría y doctorado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De ahí que muchos la hayan apodado “La doctora” a lo largo de esta campaña.

Es en ese paso por la universidad que se entrelaza su carrera política, ya que tuvo vínculos con varios movimientos estudiantiles. “Creo que antes de ser una política o una científica deberíamos considerarla como una activista social”, indica a DW Andrea Samaniego, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

Su ingreso en política se remonta a los primeros años del nuevo milenio, cuando se ocupó durante seis años de la Secretaría de Medio Ambiente de Ciudad de México, cuyo jefe de Gobierno ya era por aquel entonces López Obrador.

Ese 2006, la presidenta electa de México fue portavoz de AMLO como candidato presidencial del Partido de la Revolución Demócrata (PRD) -ahora integrado en la alianza opositora-, y del Partido del Trabajo (PT). Un año después, en 2007, Sheinbaum pasaría a formar parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) que obtuvo el Premio Nobel de la Paz ese año.

Entre 2015 y 2017 fue jefa delegacional en Tlalpan, al sur de Ciudad de México, hasta que en 2018 asumió el gobierno de Ciudad de México, con una agenda centrada en “políticas de movilidad, sustentabilidad, seguridad, y manejo de la pandemia de COVID-19”, destaca Cazarín.

“En la política se ve la influencia de su propia formación científica, porque suele impulsar política pública basada en evidencia”, explica a DW Khemvirg Puente, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Acostumbra tener personal calificado en distintas áreas, lo cual podría distinguirla del gobierno de López Obrador, donde para él lo más importante era la lealtad, aunque su personal no tuviera capacidades técnicas”, agrega. 

En 2023, sus esfuerzos se centraron en la llamada Coordinación de Defensa de la Transformación de la alianza de los partidos Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), los que forman parte de la coalición Sigamos Haciendo Historia, ganadora de las elecciones del domingo.

Personalidad y agenda de gobierno

El perfil propio de Sheinbaum encuentra paralelismos a nivel internacional. Cazarín traza paralelismos con la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, e incluso con la excanciller alemana Angela Merkel : “Aunque Merkel ha sido líder nacional, su enfoque pragmático y basado en la ciencia, así como su política de energías renovables, resuena con los principios que Sheinbaum podría implementar en México”, indica a DW.

Para Andrea Samaniego, Sheinbaum es comparable con Dilma Rousseff, “quien también provenía de una familia de clase media y se la vincula con movimientos sociales; ambas son precursoras de líderes carismáticos”, sostiene.

En este sentido, Puente considera que Sheinbaum buscará capitalizar el estilo de AMLO, como con las “mañaneras”, pero deberá marcar la diferencia debido a lo que supone que una mujer ocupe el cargo de presidenta del país. “Se van a generar muchas expectativas, no solo en políticas en materia de género, sino en el resto de las políticas: salud, políticas sociales, derechos humanos, seguridad pública. Ella tendrá que construirse un perfil distinto”, recalca Puente. 

Para Samaniego, el discurso de Sheinbaum se ubica en una corriente ideológica de centro izquierda, estatista, aunque con matices, con una agenda progresista con fuerte presencia en temas de medioambiente. 

El medioambiente, las energías renovables, la migración y la violencia son los asuntos que los expertos apuntan como claves en el perfil de la nueva presidenta electa, aunque opinan que su liderazgo tardará en surtir efecto debido a la fuerte personalidad de López Obrador al frente del gobierno.

La estela de AMLO

Desde su primer cargo público, en el 2000, bajo el paraguas del gobierno de AMLO, la colaboración de Claudia Sheinbaum con el actual mandatario ha sido estrecha. Lo acompañó en sus campañas presidenciales de 2012 y 2018, y ha participado en la fundación del partido que ganó el pasado sexenio, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Analistas indican que, pese a constituir a priori una continuidad con las políticas de la administración de López Obrador -como la Cuarta Transformación (4T) y las estrategias de seguridad para reducir la violencia y corrupción- su experiencia académica, su personalidad y las expectativas creadas en torno a su figura harán que difiera del estilo de AMLO para este sexenio.

“Ella puede parecer poco carismática. De hecho, lo es, porque nunca se ha destacado por ser una persona de trabajo territorial, sino que es una persona más ejecutiva, y eso marcará una diferencia con el estilo de López Obrador”, sostiene Puente. “Buscará construir más una personalidad de jefa de Estado y menos de líder popular”, agrega.

Por Andrea Ariet, DW

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