Buenos Aires / Berlín – La compañía energética alemana Uniper probará una instalación subterránea de almacenamiento de hidrógeno junto al mar del Norte, en un momento en que Alemania trata de transformar su sistema energético. La instalación, situada en el distrito de Krummhörn, en Baja Sajonia, servirá para probar cómo reaccionan los materiales y la tecnología con el gas.
Se espera que el hidrógeno neutro en emisiones de carbono desempeñe un papel crucial como combustible ecológico para la industria. Los expertos prevén una gran demanda de instalaciones de almacenamiento en Alemania. Uniper, empresa recientemente estatizada, es el mayor operador alemán de almacenamiento de gas natural y se considera pionero en el desarrollo de una economía europea del hidrógeno. Uniper lleva varios meses probando cómo almacenar hidrógeno en depósitos de roca porosa en Bierwang, en Baviera. Pero en Krummhörn lo va a hacer en cavernas de sal.
Del Mar del Norte a Baviera
La instalación de pruebas de Krummhörn está situada a unos 1.700 metros de profundidad, tiene un diámetro de 16 metros, una altura de 30 metros y un volumen de unos 3.000 metros cúbicos. La cámara de almacenamiento goza de una ubicación privilegiada, ya que por sus inmediaciones pasará la red de conducciones de hidrógeno prevista, en el estado federado de Baja Sajonia. Olaf Lies, ministro regional de Economía declaró: “Este proyecto puede desempeñar un papel clave en el despegue de la economía alemana del hidrógeno”.
Gracias a su ubicación junto al mar del Norte y a las infraestructuras existentes, Baja Sajonia está llamada a desempeñar un papel de liderazgo en la transición energética de Alemania, según Lies.
El llenado de la cámara de almacenamiento está previsto para finales de septiembre. Según el director técnico de la filial de almacenamiento de gas de Uniper, Frank Holschumacher, el hidrógeno verde llegará a la instalación en camiones cisterna.
Si el almacenamiento resulta económicamente viable tras la fase de prueba de dos años, Uniper planea ampliar la cámara para su uso comercial, un proceso que podría llevar de tres a cinco años con un coste de hasta EUR 500 millones (US$ 558 millones). La cámara ampliada tendría una capacidad de unos 250 gigavatios hora.
(AT / dpa)
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